martes, 10 de noviembre de 2009

A los argentinos, aunque valoran la amistad, no les gusta confiar en los otros

Un estudio mundial reveló que los argentinos tienen un bajo nivel de capital social. Son poco participativos y más del 80 % prefiere no fiarse de los demás. Mostrar sólo la fachada, para no ser vulnerable.
Amigueros y sociables. Que estas cualidades describen a los argentinos en el mundo no es una novedad. Pero que entre 104 naciones nos encontremos entre los 50 países con menor capacidad para creer y confiar en los otros representa más bien una paradoja. El fenómeno tiene su explicación: los expertos sostienen que si bien los lazos de amistad siguen siendo muy fuertes en nuestra sociedad, la confianza es un valor que ya no prima tanto en estas relaciones.
Un estudio proveniente de Inglaterra reveló semana algunos aspectos de la personalidad criolla. Se trata del índice de prosperidad que cada año realiza el instituto Legatum para medir la calidad de vida de los diferentes países. Uno de los aspectos que considera el trabajo es el "capital social", un conjunto de características que marcan la cohesión que tiene la comunidad, un valor fundamental para el desarrollo. Un ítem en el que Argentina está a un paso de desaprobar.

Aunque en el ranking general de países nuestro país aparece en una buena posición, el puesto 38, en la evaluación del capital social, Argentina muestra debilidad y baja varios escalones para ubicarse en el punto 56. Las cifras son hasta escalofriantes: menos de dos de cada 10 argentinos cree que puede confiar en otros. En una comparación con los demás países aparece, por ejemplo, que los uruguayos y colombianos confían hasta siete veces más que los argentinos en los otros.
En contraste con esta realidad, una gran proporción de habitantes de este país cree que los amigos son importantes y el 90 % de ellos asegura que confía sólo en sus amistades y en su familia cuando lo necesita.

Superficiales
Las relaciones más superficiales podrían ser la explicación para la gran distancia que hay entre la valoración de la amistad y la confianza en los demás.
Confiar supone asumir el compromiso de animarse a exponerse frente al otro, a entregar cada vez mayor cantidad y calidad de información, y la confidencialidad se construye por la reciprocidad de esta actitud, explica el psicólogo Arturo Gómez López.
"La disminución en la capacidad de confiar en el otro reside en que las personas prefieren mostrarse sólo superficialmente, un fenómeno que se revalorizó en las últimas dos décadas. El slogan social de hoy parece ser 'hay que tener y mostrar una buena fachada, pero no te expongas, no muestres mucho tus ideas ni tus sentimientos, pues eso te hace vulnerable frente a los demás'", sostiene.

Según el especialista, en la actualidad los grupos de pertenencia que más se cultivan son los que nos permiten "pasarla bien". Esto es lo más importante y para tal fin hay que mostrarse simpático, lindo, amistoso y divertido. "Esto en sí mismo no es un problema, pero imposibilita el avance a otro estadio vincular como el de la confianza", apunta.

Personalidad argentina
De toda la vida.-
Amistades largas y muy importantes. Así describen algunos tucumanos las relaciones con sus pares. "Mis amigos más íntimos están al lado mío desde la infancia. Yo trato de fomentar eso en mis hijos, que lleven amigos a casa. Eso no es común en otros países", sostuvo Miguel Sánchez, que se dedica al comercio exterior y viaja por todo Latinoamérica.

Demostrativos.- "Quizás el argentino es más cálido y demostrativo", define Martina Bollea. Esta tucumana que hace una década tuvo que abandonar su país para radicarse en Estados Unidos confiesa que todavía sufre porque no ha podido encontrar amigos y porque extraña demasiado a los que dejó en la otra punta del continente.

Individualismo.- "La amistad, a pesar de constituir un aspecto ponderable y favorable, muchas veces no alcanza para explicar o analizar con profundidad el germen de desconfianza e individualismo dentro de una sociedad fragmentada e individualista", resaltó el abogado Agustín Torres, investigador sociológico.

Cinco amigos por habitante.- Otra encuesta de cohesión social que se realizó entre 10.000 habitantes de Latinoamérica el año pasado ubicó a Argentina en el tercer lugar con promedio de cinco amigos por habitantes. Los brasileños son los más amistosos: tienen siete amigos por persona mientras que los chilenos aparecen en el último puesto con cuatro amigos.

Poco solidarios.- Además de individualistas y desconfiados, la investigación del instituto Legatum reveló otros aspectos menos gratos de la personalidad argentina: los niveles de solidaridad y trabajo voluntario son bastante bajos. Sólo el 51 % de los argentinos asegura haber ayudado a un extraño en el último año.

Mediciones.- El Indice de Prosperidad Legatum combina crecimiento económico, nivel de libertad, democracia, mediciones de felicidad y calidad de vida de un país. Entre 104 países, Argentina quedó debajo de Chile y Uruguay, y por sobre Brasil, México y Venezuela. La mejor cualidad de nuestro país es la libertad personal. El lugar más próspero del mundo es Finlandia.

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