“Mi sueño era desayunar. Luego almorzar. Luego cenar. La ley de la sobrevivencia. Nunca soñé con ser presidente.” Lula da Silva mira de frente. Sus frases son tan despojadas como contundentes. El presidente de Brasil habla y uno le cree. La historia del chico de Pernambuco que llega con su madre y sus siete hermanos a buscar a su padre a San Pablo es conocida. Menos sabido es que lo encuentran viviendo con una prima de la madre y otros cuatro hijos. “Mi padre tuvo veintiséis hijos”, cuenta Lula y dice que lo perdonó, aunque en su gesto se adivine un dolor irreparable.
Evo Morales cuenta que la primera vez que durmió en una cama, un catre en realidad, fue en la Argentina, cuando vino a trabajar en la zafra tucumana junto con su padre. Ya como presidente de Bolivia, lo apabulló la residencia oficial. Se sintió solo en ese lugar magnífico y la primera noche de mandato optó por irse a su departamentito de dos ambientes. Llamó a Alvaro García Linera –el vicepresidente, también soltero– y a otro funcionario para compartir el alojamiento. La austeridad no lo libró de otros rumores malintencionados.
La mayoría de los entrevistados comparte biografías con padres torturados, asesinados o sobrevivientes de la trágica historia latinoamericana. Las entrevistas pautadas en los huecos de las agendas oficiales se fueron extendiendo a medida que los presidentes se relajaban y dejaban espiar su pasado. Cada uno con su estilo.
Como era de esperar, el más verborrágico e impetuoso fue Hugo Chávez. Filmus comenta que habían preparado todo el equipo en el Palacio de Miraflores y Chávez dijo que ése no era el lugar. El ideal era el cuartel donde él se había levantado contra Carlos Andrés Pérez, en el ’92. Dos helicópteros y un avión despegaron entonces con todos en busca del destino señalado. Nada fue fácil. Chávez eligió el lugar dentro del lugar, un polígono de tiro al aire libre, donde el calor caribeño apenas era aplacado por un techito. Cinco horas en las que contó que entró al ejército con el único objetivo de llegar a Caracas para ser beisbolista, cantó y se explayó sobre el proyecto bolivariano. Tanta elocuencia obligó a desglosarlo en dos programas. Record que sólo comparte, por ahora, con Lula.
La palabra de cada presidente es completada con el relato de los hombres y mujeres que los acompañaron desde un comienzo. Durante la primera etapa del proyecto, Tristán Bauer, por entonces titular del canal Encuentro, estuvo con Filmus. “Desde el amor, que es lo más importante, el que más me impactó fue Evo. Desde lo intelectual, por su formación, su concepción del mundo, fue Correa”, comentó el ahora titular del Sistema Nacional de Medios Públicos, y aclaró: “Después de nuestra Presidenta”. En la segunda etapa de los reportajes, el lugar de compañía lo ocupó Ignacio Hernaiz, al frente del canal educativo. Hernaiz anticipó que como el ciclo se hizo en el marco del Bicentenario, la idea es completarlo con entrevistas a los primeros ministros de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y de Portugal, José Sócrates.
En Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia se difundirá durante este mes el ciclo de entrevistas. Los brasileños verán a Lula repetir que “necesitaba probar que un trabajador tenía competencia para gobernar el país” y contar que “hay que gobernar como una madre, porque una madre siempre se ocupa del más débil. Los ricos no necesitan al Estado”.
Nora Veiras
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