martes, 3 de noviembre de 2009

“Abuelas” recuperaron al nieto número 98

Su historia es la de un doble desaparecido. Su madre era una militante peronista, secuestrada durante la dictadura en octubre de 1979 y desaparecida. Hasta hace muy pocos meses, ninguno de sus familiares supo que estaba embarazada al momento de la detención. El hijo nació en cautiverio, en el Hospital Militar de Campo de Mayo, pero encaró solo su propia búsqueda por la identidad a partir de una sospecha. Las Abuelas de Plaza de Mayo hablarán de esa búsqueda y lo presentarán como el nieto restituido número noventa y ocho.
Con extremo sigilo, las Abuelas preservan los secretos de la causa judicial como lo hacen ante cada expediente. Cuando terminan las pruebas de sangre o las comparaciones genéticas que permiten confirmar la identidad biológica deciden finalmente hacer público todo el relato de la historia, para que otros puedan seguir o empezar ese mismo camino.


La nueva búsqueda terminó de cerrar hace apenas unos días. El viernes pasado, los familiares biológicos del niño secuestrado obtuvieron la confirmación de las pruebas de ADN. Y recién ayer lograron conocerlo.


El niño nació en el Hospital Militar de Campo de Mayo un edificio parecido a un cuartel, con explanada en la entrada, descripto en el Nunca Más con camas como en los hospitales y cubiertos con la inscripción “Ejército Argentino”. El lugar era uno de los centros clandestinos de Campo de Mayo y funcionaba como maternidad clandestina de las parturientas secuestradas. De dos a cinco días después de haber parido, todas volvían a los centros clandestinos, pero ninguna lograba sobrevivir. “Es necesario destacar –dice la página de Abuelas– que las detenidas ilegales que dieron a luz en el hospital permanecen desaparecidas”.
Hasta el momento de la detención, sus padres tenían tres hijos. Cuando los secuestraron en octubre de 1979, ninguno de los familiares sabía que ella estaba nuevamente embarazada. Y a lo mejor ni siquiera ella lo sabía, suponen algunos allegados.
Martín empezó a buscar a su familia a los quince años, cuando empezó a sospechar sobre su identidad. El hombre que aparecía como padre supuesto era un agente de inteligencia, que ahora está muerto. Dicen que el chico se acercó a Abuelas porque existía la duda, porque en su partida de nacimiento aparentemente dice que había nacido en esa unidad militar.


Cuando empezó la búsqueda, Abuelas encontró una clave para localizar a la familia. En la mayor parte de los casos, los datos de los que buscan a sus padres o a sus familias se cruzan con las muestras del banco de sangre de Abuelas con los registros de todos los familiares de desaparecidos que empezaron a buscar a sus familiares. Pero en este caso, la base de datos no servía. Las Abuelas encontraron un camino alternativo a través del testimonio de un arrepentido del Ejército, un militar que, quebrado, habría explicado que la mujer había tenido un hijo en Campo de Mayo mientras estaba detenida.


La identidad de la nieta 97 se conoció en febrero de este año cuando Estela de Carlotto contó la historia de una joven de 32 años, hija de Beatriz Recchia y Domingo García, ex militantes de Montoneros, desaparecidos en 1977 y con un embarazo de cinco meses.

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