miércoles, 28 de octubre de 2009

América Latina, denuncia el cerrojo de Barajas


Argentina y Venezuela se quejan formalmente al Gobierno por el alto número de inadmitidos y las denuncias de malos tratos a sus ciudadanos. Otros cuatro países transmiten su malestar.
La política migratoria española resulta cada vez más ofensiva para muchos ciudadanos de países de América Latina. Argentina y Venezuela han enviado quejas formales al Ministerio de Asuntos Exteriores y las embajadas de otros cuatro países (Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia) confirman el malestar de sus ciudadanos por el endurecimiento de los requisitos para entrar en España como turistas. En todos estos casos, se trata de países cuyos nacionales no necesitan un visado para entrar en el país.

Las protestas de Argentina y Venezuela se originan en el alto número de inadmitidos, especialmente en el aeropuerto de Barajas, y en las denuncias de los viajeros que son enviados de vuelta a su país. Muchos de ellos aseguran que sufren intimidaciones y trato discriminatorio por parte de los funcionarios policiales durante el tiempo de retención. El consulado brasileño asegura que todos los meses envía a Exteriores alguna queja de ciudadanos que dicen haber sufrido maltrato psicológico.

Fuentes de este ministerio confirman que "se han mantenido reuniones diplomáticas con representantes de Argentina y Venezuela para escuchar sus quejas". Además, aseguran que "la policía aeroportuaria es profesional y se limita a actuar según la legislación acordada por los países que firmaron el acuerdo de Schengen".

El Ministerio del Interior niega también que los policías del aeropuerto maltraten a los ciudadanos inadmitidos. "Los requisitos están claros. Si un extranjero dice que viene a Madrid a hacer turismo y luego afirma en la entrevista personal que viene a ver la Rambla, está claro que sus intenciones son otras", dice Gabriel Retamar, delegado en Barajas del sindicato de policía UFP.
El Ministerio de Exteriores argentino afirma que están preocupados "por el malestar de la sociedad acerca del repunte en el número de inadmitidos". Un total de 800 argentinos fueron enviados de vuelta a su país hasta septiembre de este año; sólo en agosto se negó la entrada a 222. Cada año viajan a España unos 180.000. En 2008 se impidió entrar a 1.100, casi el doble que el año anterior.

"Interpretación benévola"
El consejero de Información de la embajada española en Buenos Aires, Luis Herrero, asegura que el porcentaje de inadmitidos es pequeño. No obstante, admite que, debido a las críticas, "el embajador ha tenido conversaciones con responsables de los ministerios españoles para que se extreme el cuidado y se haga una interpretación de la norma más benévola".

Los ciudadanos inadmitidos en Barajas, después de viajar durante al menos ocho horas, llegan a estar retenidos un día entero hasta que se aclaran las intenciones de su visita. Mientras tanto, según critica el embajador de Venezuela en España, Isaías Rodríguez, "son entrevistados en varias ocasiones, se les quita su equipaje personal, con dinero, medicamentos y documentación, y se les trata como delincuentes".

Rodríguez cree que el trato es más hostil con los ciudadanos con menos recursos, ya que "pocos estadounidenses o canadienses son rechazados por no cumplir los trámites de admisión". Añade que 1.051 venezolanos fueron inadmitidos en España hasta septiembre, por 1.173 en todo 2008.

Las embajadas de América Latina consultadas coinciden en que, desde la entrada en vigor en 2007 de la carta de invitación un certificado que acredita el lugar de la estancia durante el periodo vacacional, cada vez es más difícil visitar a un familiar o a un amigo residente en España.

Interior insiste en que sigue "los criterios fijados por el Código Europeo de Fronteras y la normativa aprobada en el Parlamento Europeo" y que, por tanto, "la carta es un requisito imprescindible para entrar en España si el ciudadano no ha hecho una reserva hotelera".

El cónsul de Uruguay en España, Mayo Ferrer, explica que no es tan simple: "Detrás de este engorroso trámite hay un criterio subjetivo y un fin migratorio, ya que en muchos casos los ciudadanos tienen la carta y aún así no les dejan pasar en la entrevista personal".

Este trámite también puede ser un freno cuando España es sólo una parada intermedia del viaje. El cónsul general de Chile, Claudio Rojas, dice que "si un chileno va, por ejemplo, a Suiza y hace escala en España, tiene que presentar este documento, tan complicado de conseguir, aunque no se vaya a quedar, e incluso aunque en Suiza no sea necesario".

Los brasileños protestan en su consulado porque el trámite tarda, en ocasiones, más de un mes y medio y, una vez aprobada la carta, ha de ser enviada a Brasil. Esto retrasa el viaje, pero "lo peor es cuando la comisaría pide al solicitante que su invitado presente un atestado de residencia en Brasil mediante notario además de los otros trámites", explican fuentes consulares. El invitado tiene que pedir el certificado en el Ministerio de Exteriores de su país, confirmarlo con el consulado de Brasil en España y hacer una traducción jurada al español, con el coste que eso conlleva", añade.

Bolivia también se suma a las quejas. Fuentes de la embajada afirman que entre sus compatriotas "hay descontento porque cada vez son más las exigencias para visitar a sus familiares en España".

Ángel Navarrete y Rocío Aguilar
Madrid.

No hay comentarios: