sábado, 31 de octubre de 2009
Seis de cada diez argentinas tienen problemas de insatisfacción sexual
Admiten que cuando se apaga la luz, se encienden los problemas. Viejos mandatos y tabúes hacen que no disfruten de su sexualidad. Cómo escuchar los mensajes del cuerpo.
Era el lugar. Era el momento. Sandra estaba de novia desde hacía casi un año, había cumplido 18 y él le profesaba su amor a ritmo constante. En esa tarde de sol en casa prestada, con más énfasis que nunca. ¿Por qué entonces sopesaba la decisión en su cabeza como un silogismo? De un lado, las amigas que ya habían debutado, la presión del rito necesario, las canciones, las películas, la promesa de aquel libro robado de la biblioteca paterna. Del otro: el miedo a embarazarse, a cruzar cierta barrera, y una inquietud sin nombre desparramada por el cuerpo. Su cuerpo. El único que faltó a la cita. Aún se apena al recordarlo.
Las congéneres de Sandra –que como todas las mujeres en esta nota, aceptó compartir su intimidad a cambio de guardarse el nombre–, las que hoy navegan los treinta, cuarenta, cincuenta, llegaron a la madurez en un mundo en el que el sexo ya no estaba prohibido; tampoco entendido, ni celebrado, ni transmitido de madres a hijas como un legado precioso de emoción y placer, de saber y sentir. El debut se cumplía a tientas, con la poca o mucha información que cada una hubiera podido acuñar.
Algunas saldaron esos comienzos con años de terapia, amantes más o menos idóneos, sensibles, compañeros. Otras, demasiadas, siguen sin comprender, en sus tripas, el motivo de tanto alboroto. "La verdad, te diría que en este momento de mi vida el sexo me da fiaca. Supe disfrutarlo con algunas parejas. Siempre fui buen copiloto, pero no me pidas que inicie ni sostenga yo la cuestión..." Carina, 45, está en pareja desde hace cinco años. Ambos son divertidos, cariñosos, disfrutan de sus comidas gourmet, de sus paseos, de transitar la vida lado a lado. Pero ante la pregunta, ella reconoce que el modesto casillero en el que arrumbaron el deseo tiene consecuencias. "Y... la autoestima. Me siento menos valorada como mujer y me voy aseñorando. ¿Autoerotismo? Ni de eso me dan ganas."
Carina no está sola en su desgano: es más, puede decirse que integra la mayoría. Según un estudio realizado por el sector de Disfunciones Sexuales del Servicio de Urología del Hospital Durand, el 63% de las mujeres sondeadas manifestó dificultades para conectarse con el deseo. En menor proporción, hablaron también de aversión al sexo, problemas para llegar al orgasmo o lograr la excitación, miedos, dolores y otras interferencias. ¿Quiénes dan cuenta de esta realidad? ginecólogas, psicólogos, sexólogos confesores, parteras. También instructoras de preparto que abren los ojos grandes cuando la apunto- de-ser-mamá admite no saber distinguir las partes de su anatomía: no la sinuosa intimidad de la vagina, sino aquella que aflora y es pura piel y sensación y secreto a descubrir.
"Una mujer de 36 años, profesional, sofisticada, vino a mis clases de preparación para el parto –cuenta Viviana Tobi, psicóloga, sexóloga y especialista en salud perinatal–. Un día, mientras les mostraba imágenes de genitales femeninos para que aprendieran a reconocerse, esta mujer me confesó, con gran alivio, que lo que ella siempre había creído una malformación, un apéndice raro que le había crecido allí abajo, no eran más que sus labios vaginales. Esta mujer había vivido su sexualidad con vergüenza por lisa y llana ignorancia". Otra mujer, algo mayor, contó con pudor que padecía de incontinencia urinaria al tener relaciones sexuales: resultó ser que lo que ella creía una emisión de orina involuntaria era en realidad la tan mentada como poco conocida eyaculación femenina.
"No se trata de reducir la sexualidad a la genitalidad –explica Tobi–. Pero gran parte de las mujeres viven sus genitales como una ausencia. Es un aspecto negado, desconocido y desvalorizado. Yo trabajo para reconectarlas con su erotismo a nivel de la piel y lo corporal, y parte del camino es que aprendan a mirarse, a nombrarse, a jerarquizar eso que habían negado y darse el lugar de poder disfrutar de ellas mismas".
Fabiana Fondevila
Serrat y Sabina, fervor apasionado por Buenos Aires
Es posible que a las multitudes no se les pare el tiempo cuando escuchan en Buenos Aires a Joan Manuel Serrat o a Joaquín Sabina, pero a ellos sí se les subleva el corazón y se les para el tiempo. Están enamorados de Argentina, y más específicamente de Buenos Aires. Sabina dice que cuando baja del avión, en Ezeiza, ejercicio que hace con frecuencia desde 1984, se siente en su sitio, "yo soy de allí". Y a Serrat le pasa eso desde 1969, hace cuarenta años, y el corazón no ha dejado de latirle bonaerense. Este fervor por Buenos Aires le viene a Serrat desde que fue allí. Antes del golpe militar actuó ahí, y esa fue, en 1974, su última actuación en la libertad argentina, hasta que pudo volver en 1983. "Después del golpe decidí no volver; al principio pensamos todos que aquello no duraría mucho". Pero el golpe se consolidó y el régimen militar creó un universo terrible de horror y de persecuciones. Sabina tuvo una relación distinta. Él llegó a Argentina en 1984, cuando ya la democracia gobernaba de nuevo el país, presidida en este caso por Raúl Alfonsín. "Serrat entonces ya era Dios", dice Sabina, que cantó con su amigo ("mi primo") catalán en 2008 en el marco de la gira que los juntó, Dos pájaros de un tiro. "Acababa la tragedia, en 1984, y yo llegué a cumplir un sueño de la infancia, conocer Buenos Aires". No era tanto conocer Argentina, dice Joaquín, como conocer Buenos Aires. "Yo tenía una fascinación adolescente. Viene de cuando leía o escuchaba a los artistas hablar de sus viajes a Buenos Aires. Quería conocer esa experiencia, pero no imaginaba que algún día iba a ser tan decisiva en mi vida". A los dos les entró este fervor por Buenos Aires a través de la cultura y de la música, y ahora es una pasión por todo, por la comida, por las plazas, por las calles, "por las minas, qué minas hay en Buenos Aires", dice Joaquín Sabina.
A Serrat la música argentina le entró muy pronto. "Fue un gran impacto conocer el país; entonces era un país extraordinario, muy distinto de aquella España oscura y reprimida en la que nosotros vivíamos aún. Argentina era y es un país que forma parte de una América muy dinámica en la que entonces ocurrían cosas que no pasaban en España".
En aquel entonces, y luego, dice Joan Manuel Serrat, "el futuro se peleaba con mucho entusiasmo, y eso tenía que entusiasmar a un muchacho que tenía ganas de ilusionarse".
Y el ambiente musical "era fantástico; la vida intelectual era muy intensa..." Él llegó en el gran momento de Astor Piazzolla, de Mercedes Sosa..., "y me integré muy rápidamente, porque yo sabía ya lo que era la música porteña". Había seguido el folclor, y conocía el tango. "Había cantado mucho el folclor argentino, y conocí allí a músicos tan importantes como Pugliese, Aníbal Troilo, Horacio Salgán... Tuve la fortuna de tener mucha cercanía con todo este mundo musical que llegó a convertirse en el fondo de mi propia música, y de mi experiencia".
Todo eso llevó a Serrat "a integrarme en el país, a cultivar relaciones personales, y amores, que son tan importantes..."
A Joaquín Sabina, Argentina le entró también por la música, y fue determinante. Un periodista argentino, Mariano del Mazo, editor musical del suplemento Espectáculos del diario Clarín, dice de la relación de ambos con Buenos Aires y la música:
-El amor entre Serrat y la Argentina tiene un origen más politizado. Desde sus primeras llegadas al país, a fines de los 60, Serrat caló fuerte en una sociedad con una clase media altamente comprometida (los que sobrevivieron partirían al exilio a mediados de los 70). Al nivel de sus canciones habrá que añadir el carácter tanguero de muchas de sus composiciones (Mi niñez es el mayor ejemplo). De aquellos años es el famoso encuentro con Aníbal Troilo en el boliche tanguero Caño 14, en el que Serrat cantó varios tangos. Ya con el regreso de la democracia, el amor se volvería simbólico e indestructible.
- ¿Y Sabina?
- El caso de Sabina tiene que ver más con la posmodernidad. Vino tardíamente a la Argentina (ya tenía toda una obra detrás) y yo creo que entró a través de la porteñidad de Con la frente marchita. Después creo que él mismo se encargó de escudriñar el alma de Buenos Aires, con largas estancias aquí durante las cuales vivía de noche. Eran antológicas las eternas zapadas con Charly García en cuevas y boliches. Su pulso de compositor, y esa voz cascada, creo que también tienen un anclaje tanguero.
Con Del Mazo coincide el editor de ADN, la revista cultural del diario La Nación, el escritor Jorge Fernández Díaz: Serrat y Sabina son queridos de una forma entrañable y profunda en Buenos Aires, pero ambos son dos casos diferentes, "como diferentes", dice Del Mazo, "son sus perfiles artísticos".
Así expone Fernández Díaz su juicio sobre lo que ambos suponen para Buenos Aires (y para él):
- A esta altura, Serrat y Sabina son artistas populares argentinos. Contrabandeábamos en las catacumbas de la dictadura militar los discos prohibidos del Nano, hacíamos el amor con sus canciones y nos iniciábamos en los versos de Machado, Hernández y León Felipe gracias a sus deslumbrantes rescates. Luego, en la época de los desengaños políticos y personales, llegó Sabina con sus crónicas gozosas del pecado y nos ayudó a cruzar la crisis de la mitad de la vida. Yo no quiero un amor de invernadero es un himno, y Nunca es triste la verdad/ lo que no tiene es remedio, un refrán que cita cualquiera en cualquier esquina de Buenos Aires. Estos dos pájaros de cuenta se apoderaron del Teatro Colón, el Gran Rex y la Bombonera; de Maradona, Fontanarrosa, la Negra Sosa y Les Luthiers. Son unos malditos: ya no sabríamos vivir sin ellos. Y lo saben.
El fervor es mutuo, pues. Y nació en momentos inolvidables, duros y especiales. Serrat recuerda aquella interrupción de la libertad en Argentina. ¿Que si el golpe le sorprendió? Sorprende, dice, todo lo que no te esperas, pero en este caso ya estamos acostumbrados a que "los militares expresen siempre cierta tendencia a reconducir situaciones..." No ocurrió de un día para otro, así que nos fuimos acostumbrando a fuera posible. "Hasta que ocurrió". Se veía venir, dice Joan Manuel Serrat, "a partir de la vuelta de Perón, cuando se constituyó la Triple A y los crímenes se volvieron algo horrorosamente cotidiano..." La normalidad del crimen, dice el cantautor catalán, "es lo peor que nos ha tocado vivir, y ahora ocurre igualmente, por ejemplo, en México, donde se producen hasta cuarenta asesinatos diarios y eso se recibe también con normalidad".
Aquella normalidad violenta en Argentina hizo que durante años aparecieron muertos en las cunetas y en los baldíos, y esa perversa cotidianeidad "fue repercutiendo en la mente hasta dejar una huella que es la huella que deja la maldad".
Nunca ha habido la sensación de que todo aquello se acabó; "no se acaban de situar las cosas en su lugar, aun hay desapariciones, persecuciones de aquellos que pudieron haber sido testigos... Se tiene que juzgar aquel tiempo sin rencor pero con justicia". No es un caso único, señala Serrat.
"En España nos pasa. Aquí hay un juez al que se persigue porque defiende el derecho de las familias a querer saber qué pasó con sus seres queridos en la guerra y después de la guerra".
Esa tragedia, dice Sabina, "los argentinos la llevan en el ADN. Nunca se rindieron; la gente peleó, hubo movimientos políticos muy serios; yo no he visto nunca a los argentinos vencidos. Es un pueblo que no se rinde fácilmente". Es cierto, comenta, que "la huella del peronismo ha hecho mucho daño, y allí desde el Gobierno a la oposición son peronistas, pero es un pueblo culto que se levanta siempre, y cuando se levanta es maravilloso, llena los teatros, las librerías, las plazas y las discotecas, y es mi pueblo, desde que desembarco yo soy de Buenos Aires".
Hablamos con ellos cuando Argentina y Uruguay iban a enfrentarse para estar (o no) en la Copa del Mundo. Los dos se mordían las uñas..., por Argentina. Es su equipo (y, en el caso de Serrat, no sólo porque esté ahí el barcelonista Messi), porque es su país, cuya música adoran, cuya capital veneran, y cuyas vicisitudes viven como si esa fuera una nacionalidad del alma.
Los dos han vivido esa atracción con un divertido espíritu competitivo. Un día, en casa de Joaquín, éste se vanagloriaba de sus llenos españoles, y su primo Serrat le dijo:
- No te sientas tan orgulloso: cuando seas capaz de llenar el Gran Rex de Buenos Aires ya puedes decir que has triunfado en la vida.
Ese momento llegó, y Sabina le envió a Serrat una foto suya triunfando en ese escenario mítico bonaerense.
Los dos comparten música y literatura como símbolo también de su relación con la cultura argentina. Sabina desgrana nombres de autores que también son para Serrat fundamentales. Ésta es la lista de Sabina: "Borges, Cortázar, Bioy Casares..., y nuestro querido amigo Juan Gelman".
A los dos les llegó el momento de despedir a una amiga fundamental que les hizo amar también Buenos Aires y la música. Sabina escribió estos versos sobre La Negra Sosa: "Canto ancestral de Argentina, la más frutal de las minas, todo es nada, no sabe cómo la lloro, desafinando en el coro de las hadas". Y los dos pudieron haberle puesto lágrimas y música, como le pondrían juntos música a su fervor por Buenos Aires.
Juan Cruz
A Serrat la música argentina le entró muy pronto. "Fue un gran impacto conocer el país; entonces era un país extraordinario, muy distinto de aquella España oscura y reprimida en la que nosotros vivíamos aún. Argentina era y es un país que forma parte de una América muy dinámica en la que entonces ocurrían cosas que no pasaban en España".
En aquel entonces, y luego, dice Joan Manuel Serrat, "el futuro se peleaba con mucho entusiasmo, y eso tenía que entusiasmar a un muchacho que tenía ganas de ilusionarse".
Y el ambiente musical "era fantástico; la vida intelectual era muy intensa..." Él llegó en el gran momento de Astor Piazzolla, de Mercedes Sosa..., "y me integré muy rápidamente, porque yo sabía ya lo que era la música porteña". Había seguido el folclor, y conocía el tango. "Había cantado mucho el folclor argentino, y conocí allí a músicos tan importantes como Pugliese, Aníbal Troilo, Horacio Salgán... Tuve la fortuna de tener mucha cercanía con todo este mundo musical que llegó a convertirse en el fondo de mi propia música, y de mi experiencia".
Todo eso llevó a Serrat "a integrarme en el país, a cultivar relaciones personales, y amores, que son tan importantes..."
A Joaquín Sabina, Argentina le entró también por la música, y fue determinante. Un periodista argentino, Mariano del Mazo, editor musical del suplemento Espectáculos del diario Clarín, dice de la relación de ambos con Buenos Aires y la música:
-El amor entre Serrat y la Argentina tiene un origen más politizado. Desde sus primeras llegadas al país, a fines de los 60, Serrat caló fuerte en una sociedad con una clase media altamente comprometida (los que sobrevivieron partirían al exilio a mediados de los 70). Al nivel de sus canciones habrá que añadir el carácter tanguero de muchas de sus composiciones (Mi niñez es el mayor ejemplo). De aquellos años es el famoso encuentro con Aníbal Troilo en el boliche tanguero Caño 14, en el que Serrat cantó varios tangos. Ya con el regreso de la democracia, el amor se volvería simbólico e indestructible.
- ¿Y Sabina?
- El caso de Sabina tiene que ver más con la posmodernidad. Vino tardíamente a la Argentina (ya tenía toda una obra detrás) y yo creo que entró a través de la porteñidad de Con la frente marchita. Después creo que él mismo se encargó de escudriñar el alma de Buenos Aires, con largas estancias aquí durante las cuales vivía de noche. Eran antológicas las eternas zapadas con Charly García en cuevas y boliches. Su pulso de compositor, y esa voz cascada, creo que también tienen un anclaje tanguero.
Con Del Mazo coincide el editor de ADN, la revista cultural del diario La Nación, el escritor Jorge Fernández Díaz: Serrat y Sabina son queridos de una forma entrañable y profunda en Buenos Aires, pero ambos son dos casos diferentes, "como diferentes", dice Del Mazo, "son sus perfiles artísticos".
Así expone Fernández Díaz su juicio sobre lo que ambos suponen para Buenos Aires (y para él):
- A esta altura, Serrat y Sabina son artistas populares argentinos. Contrabandeábamos en las catacumbas de la dictadura militar los discos prohibidos del Nano, hacíamos el amor con sus canciones y nos iniciábamos en los versos de Machado, Hernández y León Felipe gracias a sus deslumbrantes rescates. Luego, en la época de los desengaños políticos y personales, llegó Sabina con sus crónicas gozosas del pecado y nos ayudó a cruzar la crisis de la mitad de la vida. Yo no quiero un amor de invernadero es un himno, y Nunca es triste la verdad/ lo que no tiene es remedio, un refrán que cita cualquiera en cualquier esquina de Buenos Aires. Estos dos pájaros de cuenta se apoderaron del Teatro Colón, el Gran Rex y la Bombonera; de Maradona, Fontanarrosa, la Negra Sosa y Les Luthiers. Son unos malditos: ya no sabríamos vivir sin ellos. Y lo saben.
El fervor es mutuo, pues. Y nació en momentos inolvidables, duros y especiales. Serrat recuerda aquella interrupción de la libertad en Argentina. ¿Que si el golpe le sorprendió? Sorprende, dice, todo lo que no te esperas, pero en este caso ya estamos acostumbrados a que "los militares expresen siempre cierta tendencia a reconducir situaciones..." No ocurrió de un día para otro, así que nos fuimos acostumbrando a fuera posible. "Hasta que ocurrió". Se veía venir, dice Joan Manuel Serrat, "a partir de la vuelta de Perón, cuando se constituyó la Triple A y los crímenes se volvieron algo horrorosamente cotidiano..." La normalidad del crimen, dice el cantautor catalán, "es lo peor que nos ha tocado vivir, y ahora ocurre igualmente, por ejemplo, en México, donde se producen hasta cuarenta asesinatos diarios y eso se recibe también con normalidad".
Aquella normalidad violenta en Argentina hizo que durante años aparecieron muertos en las cunetas y en los baldíos, y esa perversa cotidianeidad "fue repercutiendo en la mente hasta dejar una huella que es la huella que deja la maldad".
Nunca ha habido la sensación de que todo aquello se acabó; "no se acaban de situar las cosas en su lugar, aun hay desapariciones, persecuciones de aquellos que pudieron haber sido testigos... Se tiene que juzgar aquel tiempo sin rencor pero con justicia". No es un caso único, señala Serrat.
"En España nos pasa. Aquí hay un juez al que se persigue porque defiende el derecho de las familias a querer saber qué pasó con sus seres queridos en la guerra y después de la guerra".
Esa tragedia, dice Sabina, "los argentinos la llevan en el ADN. Nunca se rindieron; la gente peleó, hubo movimientos políticos muy serios; yo no he visto nunca a los argentinos vencidos. Es un pueblo que no se rinde fácilmente". Es cierto, comenta, que "la huella del peronismo ha hecho mucho daño, y allí desde el Gobierno a la oposición son peronistas, pero es un pueblo culto que se levanta siempre, y cuando se levanta es maravilloso, llena los teatros, las librerías, las plazas y las discotecas, y es mi pueblo, desde que desembarco yo soy de Buenos Aires".
Hablamos con ellos cuando Argentina y Uruguay iban a enfrentarse para estar (o no) en la Copa del Mundo. Los dos se mordían las uñas..., por Argentina. Es su equipo (y, en el caso de Serrat, no sólo porque esté ahí el barcelonista Messi), porque es su país, cuya música adoran, cuya capital veneran, y cuyas vicisitudes viven como si esa fuera una nacionalidad del alma.
Los dos han vivido esa atracción con un divertido espíritu competitivo. Un día, en casa de Joaquín, éste se vanagloriaba de sus llenos españoles, y su primo Serrat le dijo:
- No te sientas tan orgulloso: cuando seas capaz de llenar el Gran Rex de Buenos Aires ya puedes decir que has triunfado en la vida.
Ese momento llegó, y Sabina le envió a Serrat una foto suya triunfando en ese escenario mítico bonaerense.
Los dos comparten música y literatura como símbolo también de su relación con la cultura argentina. Sabina desgrana nombres de autores que también son para Serrat fundamentales. Ésta es la lista de Sabina: "Borges, Cortázar, Bioy Casares..., y nuestro querido amigo Juan Gelman".
A los dos les llegó el momento de despedir a una amiga fundamental que les hizo amar también Buenos Aires y la música. Sabina escribió estos versos sobre La Negra Sosa: "Canto ancestral de Argentina, la más frutal de las minas, todo es nada, no sabe cómo la lloro, desafinando en el coro de las hadas". Y los dos pudieron haberle puesto lágrimas y música, como le pondrían juntos música a su fervor por Buenos Aires.
Juan Cruz
Una Argentina para el nuevo siglo
La imagen de Argentina en el mundo depende no sólo de sus políticas internas, sino también de su política exterior y de su posicionamiento en América Latina. “EL PAÍS” de España, ha querido alentar una mirada sobre ese futuro papel de Argentina en el mundo y ha convocado a tres políticos con experiencia reciente de gobierno y con demostrada voluntad de diálogo para protagonizar este debate.. Tres destacados políticos, dos peronistas y un radical, debaten cómo el país puede recuperar el peso internacional que ha perdido en los últimos 50 años
Argentina fue al principio del siglo XX una potencia emergente, capaz de compararse, por su sistema educativo, su red de transporte y su solidez económica, con Canadá o Nueva Zelanda. Las perspectivas eran favorables, pero los resultados resultaron decepcionantes. El mundo atraviesa ahora un nuevo proceso de cambio, en el que surgen nuevas referencias. ¿Qué puede hacer Argentina a principios del XXI para recuperar el protagonismo que tuvo en el concierto internacional en otro tiempo?
La imagen de Argentina en el mundo depende no sólo de sus políticas internas, sino también de su política exterior y de su posicionamiento en América Latina. EL PAÍS ha querido alentar una mirada sobre ese futuro papel de Argentina en el mundo y ha convocado a tres políticos con experiencia reciente de gobierno y con demostrada voluntad de diálogo para protagonizar este debate.
Dos de ellos fueron jefes de gabinete, el peronista Alberto Fernández (2003-2008) y el radical Rodolfo Terragno (1999-2000). Rafael Bielsa fue ministro de Relaciones Exteriores de 2003 a 2005 (con Kirchner). Los tres charlaron durante casi dos horas. Esto es un extracto de la conversación, con dos conclusiones posibles: Brasil tiene el liderazgo indiscutible en la región y eso debe ser una suerte para Argentina, y Argentina necesita de Mercosur y de los procesos de integración para recuperar influencia. Y un punto de acuerdo total: Argentina no hará nada si no es capaz de pensar a medio y largo plazo y si no termina con su extrema polarización política.
Pregunta. ¿Cuáles son los aliados de Argentina en los próximos años?
Rodolfo Terragno. Creo que los aliados privilegiados de la Argentina deben ser, primero, los países vecinos. Segundo, nuestros principales socios comerciales, que son EE UU y la UE. Tercero, los países que invierten en la Argentina, EE UU y la UE, principalmente España. Cuarto, en otro plano, los países con los que tenemos intereses comunes en el marco de los organismos internacionales, como la Organización Mundial del Comercio. Me parece además fundamental que la política exterior esté guiada por el pragmatismo, no en función de las políticas que aplicamos hacia el interior.
Alberto Fernández. A mí me parece que América Latina tiene un serio problema de integración. Pienso en Argentina y Uruguay, que tienen un nivel de asociación cultural enorme, o en Argentina y Brasil, que tienen una asociación económica inmensa, y en las dificultades que tenemos para traspasar las fronteras. Segundo, de la crisis ha emergido un nuevo polo de referencia, y Brasil es parte de ese nuevo polo, nada más y nada menos que nuestro principal socio. Brasil no solamente sobrellevó la crisis mejor que nosotros, sino que la aprovechó de un modo extraordinario. Esto es un ejemplo de pragmatismo. Es interesante ver cómo, con ese pragmatismo, Lula se anima a decir: "Hay que terminar con el dólar como moneda de intercambio común", y que, al mismo tiempo, sea el presidente al que Obama privilegia como su interlocutor en la región.
P. ¿Qué cambia para Argentina con la llegada del presidente Obama?
A. F. Argentina, como el resto de América Latina, ha encontrado por vez primera un presidente norteamericano que, al menos, expresa una vocación de entender a América Latina. Si nosotros no logramos llevarnos bien con el Gobierno de Obama, no vamos a llevarnos bien con ningún otro. Es una oportunidad que no debemos desaprovechar. Como consecuencia de una serie de cosas que han ocurrido últimamente, Argentina ha ido perdiendo protagonismo en la región. Y debe recuperarlo. Ya nadie duda de la posición de liderazgo de Brasil, económicamente hablando, pero Argentina tiene influencia cultural sobre muchos países de la región.
Rafael Bielsa. Retomo lo observado acerca del "enorme cambio" al que se refiere Alberto. Hay un cierto defecto de la institucionalidad internacional también. La OEA no ha podido solucionar un conflicto como el de Honduras, el FMI se replantea su función respecto de sí mismo, el Consejo de Seguridad de la ONU tampoco puede resolver el conflicto árabe-israelí... En este contexto, ¿cuál es el problema de Argentina? Si para nuestra patria el largo plazo es el fin de semana, es difícil pensar una política exterior y de qué manera insertarse. Cuando llegamos al Gobierno en 2003, Brasil tenía un liderazgo de volumen indiscutible. Hoy Brasil tiene un liderazgo de volumen y de concepto.
P. ¿Argentina reconoce ese liderazgo?
R. B. Objetivamente es así. Yo siempre soñé a la patria como un país con liderazgo e iniciativa. Pero los liderazgos no se disputan, se conceden o no. Argentina vuelve a tener una suerte, que consiste en ser vecino de Brasil. Para nosotros es mucho mejor que sea verdad el Brasil que bate récords de exportaciones a que prevalezca el Brasil de las favelas. Nos conviene que prevalezca un Brasil que pelea por su lugar en el Consejo de Seguridad, que se transforma en un actor global, que está globalizando sus empresas. Esto es una oportunidad para nosotros.
P. ¿Argentina está descolocada respecto a Brasil?
R. T. Brasil tiene un peso específico mucho mayor que el de Argentina y que le permite estar en una liga junto con Rusia, India y China. Pero Brasil necesita de Argentina. Nos necesitamos mutuamente. No sólo por la vecindad, sino porque, si Mercosur se concretara, pasaría a ser una nueva dimensión del mercado interno y nos permitiría tener un predicamento en las relaciones externas que hoy no tenemos.
A. F. Respecto al papel de Brasil, el gran mérito de Lula es que asumió el liderazgo regional sin hacernos notar que lo asumía. Es un líder extraordinario. Ha tenido que tomar muchas decisiones para que la integración con América Latina funcione, incluso cuando chocaban con los intereses de sectores de Brasil y tomaba esas decisiones en contra de su ministro de Economía. Lula sostenía que era más importante la integración que un tema coyuntural.
R. T. Creo que debemos establecer políticas duraderas en política exterior, pero ante todo en base a los intereses percibidos del país y no de una concepción ideológica.
P. ¿Cómo afecta el conflicto de las Malvinas?
R. B. En la época en que fui canciller yo siempre repetía que, aunque haya que esperar cuatro años, 40 años o 400 años, las Malvinas son y serán argentinas. Si Argentina fuese un país confiable y predecible, nadie iría a buscar a 12.000 millas lo que tiene a 400 kilómetros de distancia: hospitales, seguridad, comida. Quiero decir que, si somos un país serio, las vamos a recuperar y si no, no.
R. T. La buena negociación es aquella en la que las dos partes se consideran perdedoras, y eso obliga a que, en situaciones de conflicto, la política exterior no sea la del megáfono, sino la del teléfono rojo, usado con discreción. Si cualquier concesión es vivida como una rendición y una ofensa al orgullo nacional, ya no hay margen para negociar. Esto pasó en Malvinas. Margaret Thatcher no tenía apoyo para recuperarlas por la fuerza. Ella presentó un plan que consistía en que, si ambas partes se retiraban, la ONU se hacía cargo. Los países comenzaban a negociar la soberanía. Presentó eso y contuvo el aliento. Si la dictadura aceptaba, Inglaterra perdía para siempre las Malvinas. Pero la dictadura entendió que si hacía esto, se rendía. Cuando un conflicto ha producido una exaltación colectiva tan grande se hace difícil hallar una solución que no sea vista como una humillación, y esto hay que evitarlo siempre en las relaciones internacionales.
S. Gallego – Díaz / A. Rebossio
Argentina fue al principio del siglo XX una potencia emergente, capaz de compararse, por su sistema educativo, su red de transporte y su solidez económica, con Canadá o Nueva Zelanda. Las perspectivas eran favorables, pero los resultados resultaron decepcionantes. El mundo atraviesa ahora un nuevo proceso de cambio, en el que surgen nuevas referencias. ¿Qué puede hacer Argentina a principios del XXI para recuperar el protagonismo que tuvo en el concierto internacional en otro tiempo?
La imagen de Argentina en el mundo depende no sólo de sus políticas internas, sino también de su política exterior y de su posicionamiento en América Latina. EL PAÍS ha querido alentar una mirada sobre ese futuro papel de Argentina en el mundo y ha convocado a tres políticos con experiencia reciente de gobierno y con demostrada voluntad de diálogo para protagonizar este debate.
Dos de ellos fueron jefes de gabinete, el peronista Alberto Fernández (2003-2008) y el radical Rodolfo Terragno (1999-2000). Rafael Bielsa fue ministro de Relaciones Exteriores de 2003 a 2005 (con Kirchner). Los tres charlaron durante casi dos horas. Esto es un extracto de la conversación, con dos conclusiones posibles: Brasil tiene el liderazgo indiscutible en la región y eso debe ser una suerte para Argentina, y Argentina necesita de Mercosur y de los procesos de integración para recuperar influencia. Y un punto de acuerdo total: Argentina no hará nada si no es capaz de pensar a medio y largo plazo y si no termina con su extrema polarización política.
Pregunta. ¿Cuáles son los aliados de Argentina en los próximos años?
Rodolfo Terragno. Creo que los aliados privilegiados de la Argentina deben ser, primero, los países vecinos. Segundo, nuestros principales socios comerciales, que son EE UU y la UE. Tercero, los países que invierten en la Argentina, EE UU y la UE, principalmente España. Cuarto, en otro plano, los países con los que tenemos intereses comunes en el marco de los organismos internacionales, como la Organización Mundial del Comercio. Me parece además fundamental que la política exterior esté guiada por el pragmatismo, no en función de las políticas que aplicamos hacia el interior.
Alberto Fernández. A mí me parece que América Latina tiene un serio problema de integración. Pienso en Argentina y Uruguay, que tienen un nivel de asociación cultural enorme, o en Argentina y Brasil, que tienen una asociación económica inmensa, y en las dificultades que tenemos para traspasar las fronteras. Segundo, de la crisis ha emergido un nuevo polo de referencia, y Brasil es parte de ese nuevo polo, nada más y nada menos que nuestro principal socio. Brasil no solamente sobrellevó la crisis mejor que nosotros, sino que la aprovechó de un modo extraordinario. Esto es un ejemplo de pragmatismo. Es interesante ver cómo, con ese pragmatismo, Lula se anima a decir: "Hay que terminar con el dólar como moneda de intercambio común", y que, al mismo tiempo, sea el presidente al que Obama privilegia como su interlocutor en la región.
P. ¿Qué cambia para Argentina con la llegada del presidente Obama?
A. F. Argentina, como el resto de América Latina, ha encontrado por vez primera un presidente norteamericano que, al menos, expresa una vocación de entender a América Latina. Si nosotros no logramos llevarnos bien con el Gobierno de Obama, no vamos a llevarnos bien con ningún otro. Es una oportunidad que no debemos desaprovechar. Como consecuencia de una serie de cosas que han ocurrido últimamente, Argentina ha ido perdiendo protagonismo en la región. Y debe recuperarlo. Ya nadie duda de la posición de liderazgo de Brasil, económicamente hablando, pero Argentina tiene influencia cultural sobre muchos países de la región.
Rafael Bielsa. Retomo lo observado acerca del "enorme cambio" al que se refiere Alberto. Hay un cierto defecto de la institucionalidad internacional también. La OEA no ha podido solucionar un conflicto como el de Honduras, el FMI se replantea su función respecto de sí mismo, el Consejo de Seguridad de la ONU tampoco puede resolver el conflicto árabe-israelí... En este contexto, ¿cuál es el problema de Argentina? Si para nuestra patria el largo plazo es el fin de semana, es difícil pensar una política exterior y de qué manera insertarse. Cuando llegamos al Gobierno en 2003, Brasil tenía un liderazgo de volumen indiscutible. Hoy Brasil tiene un liderazgo de volumen y de concepto.
P. ¿Argentina reconoce ese liderazgo?
R. B. Objetivamente es así. Yo siempre soñé a la patria como un país con liderazgo e iniciativa. Pero los liderazgos no se disputan, se conceden o no. Argentina vuelve a tener una suerte, que consiste en ser vecino de Brasil. Para nosotros es mucho mejor que sea verdad el Brasil que bate récords de exportaciones a que prevalezca el Brasil de las favelas. Nos conviene que prevalezca un Brasil que pelea por su lugar en el Consejo de Seguridad, que se transforma en un actor global, que está globalizando sus empresas. Esto es una oportunidad para nosotros.
P. ¿Argentina está descolocada respecto a Brasil?
R. T. Brasil tiene un peso específico mucho mayor que el de Argentina y que le permite estar en una liga junto con Rusia, India y China. Pero Brasil necesita de Argentina. Nos necesitamos mutuamente. No sólo por la vecindad, sino porque, si Mercosur se concretara, pasaría a ser una nueva dimensión del mercado interno y nos permitiría tener un predicamento en las relaciones externas que hoy no tenemos.
A. F. Respecto al papel de Brasil, el gran mérito de Lula es que asumió el liderazgo regional sin hacernos notar que lo asumía. Es un líder extraordinario. Ha tenido que tomar muchas decisiones para que la integración con América Latina funcione, incluso cuando chocaban con los intereses de sectores de Brasil y tomaba esas decisiones en contra de su ministro de Economía. Lula sostenía que era más importante la integración que un tema coyuntural.
R. T. Creo que debemos establecer políticas duraderas en política exterior, pero ante todo en base a los intereses percibidos del país y no de una concepción ideológica.
P. ¿Cómo afecta el conflicto de las Malvinas?
R. B. En la época en que fui canciller yo siempre repetía que, aunque haya que esperar cuatro años, 40 años o 400 años, las Malvinas son y serán argentinas. Si Argentina fuese un país confiable y predecible, nadie iría a buscar a 12.000 millas lo que tiene a 400 kilómetros de distancia: hospitales, seguridad, comida. Quiero decir que, si somos un país serio, las vamos a recuperar y si no, no.
R. T. La buena negociación es aquella en la que las dos partes se consideran perdedoras, y eso obliga a que, en situaciones de conflicto, la política exterior no sea la del megáfono, sino la del teléfono rojo, usado con discreción. Si cualquier concesión es vivida como una rendición y una ofensa al orgullo nacional, ya no hay margen para negociar. Esto pasó en Malvinas. Margaret Thatcher no tenía apoyo para recuperarlas por la fuerza. Ella presentó un plan que consistía en que, si ambas partes se retiraban, la ONU se hacía cargo. Los países comenzaban a negociar la soberanía. Presentó eso y contuvo el aliento. Si la dictadura aceptaba, Inglaterra perdía para siempre las Malvinas. Pero la dictadura entendió que si hacía esto, se rendía. Cuando un conflicto ha producido una exaltación colectiva tan grande se hace difícil hallar una solución que no sea vista como una humillación, y esto hay que evitarlo siempre en las relaciones internacionales.
S. Gallego – Díaz / A. Rebossio
Argentina: Medallas del Bicentenario
Cuando me llamaron por teléfono de la Comisión del Bicentenario del Gobierno de la Ciudad, que dirige el periodista Carlos Ares, para decirme que me habían elegido junto con otros 26 vecinos destacados de la ciudad para otorgarme una medalla en ocasión de los 200 años de la Revolución de Mayo, primero dudé, por tratarse del gobierno de Macri. Al enterarme de que entre los homenajeados estaban Quino, María Elena Walsh, Hermenegildo Sábat, Julio Bocca, los arquitectos Mario Roberto Alvarez y Clorindo Testa, Mariano Mores y Jorge Luz, me dije... la pucha, qué honor. Pero lo que terminó de convencerme fue la inclusión entre los premiados de Osvaldo Bayer, comprometido defensor de luchas obreras pasadas y presentes, y la ministra de la Corte Suprema Carmen Argibay Molina, firme defensora del derecho al aborto; dos temas particularmente molestos para los conservadores. También destaco entre los premiados a Margarita Barrientos, creadora del Comedor Los Piletones en Villa Soldati, y a otros referentes de la salud y educación públicas estatales, como las directoras del Hospital Garrahan y del Instituto Lenguas Vivas.
Todo reconocimiento tiene un valor simbólico y, al premiarme, lo hacen también a mis maestros en la ciencia y en la vida, a mis discípulos, a las instituciones como la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, la UBA y el Conicet y a mi familia. La medalla me hará recordar a los patriotas de Mayo (sobre todo al jacobino Castelli y a Moreno) y al hecho de haber nacido en Almagro y de ser un producto de la educación pública de esta ciudad a la que amo, desde el primario hasta la universidad.
En un gobierno constitucional, lo importante es que estos reconocimientos se entiendan como actos de Estado y no como una recompensa a los amigos de los gobernantes de turno. Seguramente Macri sabe, y en eso se basa la gran habilidad de la derecha que a la izquierda nos cuesta tanto aprender, que entre los premiados hay adversarios ideológicos y políticos de su gestión, quienes, como Osvaldo Bayer, no se callan la boca por haber recibido la medalla (ver contratapa de Página/12 del 24/10/09). Pues me uno a Osvaldo y aprovecho el premio para decirle al jefe de Gobierno que se deje de espiar a los maestros, de reprimir la pobreza y cerrar centros culturales. Que invierta más en educación y en salud, que la ciudad tiene mucha riqueza para distribuir y que algún día se acuerde de que la mayor concentración de científicos y la mayor universidad del país se encuentran en su distrito, y no estoy hablando de la Universidad Católica precisamente, donde él estudió.
Alberto Kornblihtt
Biólogo molecular, profesor FCEN-UBA, investigador del Conicet.
No podemos pensar que como todos los chicos son alumnos, la violencia es escolar
La crónica periodística dio cuenta esta semana de hechos de violencia protagonizados por adolescentes. En Mendoza un chico fue apuñalado por intervenir en una pelea y otro llevó un arma a la escuela cansado de que se burlaran de su sobrepeso. En San Juan una estudiante boliviana fue golpeada hasta el desmayo y su familia denunció que fue por discriminación. Estos episodios ocurrieron dentro y fuera de la escuela pero en todos los casos se consignó la condición de alumnos de sus protagonistas. Suficiente para cargar otra vez las tintas sobre la escuela bajo la llamada "violencia escolar". De qué tienen que hacerse cargo y de qué no, habla la subsecretaria de Equidad y Calidad Educativa del ministerio nacional, Mara Brawer, ex coordinadora del Observatorio Argentino de Violencia en las Escuelas.
Frente a hechos así reina la confusión o la conveniencia. Sería bueno dejar claro qué diferencias conceptuales hay entre violencia escolar y violencia en las escuelas.
Violencia escolar es la que generan los mecanismos institucionales de la escuela y violencia en las escuelas son situaciones que se producen por fuera de la institución pero que la tienen como escenario. Es muy diferente. No podemos poner a la escuela ni a la condición de alumno en el eje del análisis de todo lo que sucede en la sociedad. Pensar que como todos los chicos son alumnos la violencia es escolar, sería lo mismo que creer que una pelea entre dos periodistas es violencia mediática, o bancaria entre bancarios.
¿Cuándo la escuela produce violencia?
Cuando discrimina o es complaciente con la discriminación, cuando produce desigualdad, cuando no hace lugar a la problemática de los jóvenes. De manera contraria, se previene la violencia cuando los aprendizajes que se trasmiten son significativos o cuando un profesor tiene en cuenta las características que tiene la atención de los jóvenes en el siglo XXI.
Si un grupo de chicas le pega a otra "por linda" no es una situación generada por la escuela pero tampoco debería hacer oídos sordos.
No debería, porque de esa forma amplifica o refuerza la violencia social. Ahora, toda la experiencia acumulada demuestra que la escuela no puede enfrentar sola este problema. Tiene que romper el aislamiento y establecer nuevos contratos con la familia, con el entorno de la institución, con los medios de comunicación...
¿Cuál sería un ejemplo concreto de contrato con los medios?
Tomemos la televisión. Hay una responsabilidad que tenemos todos en los modelos que se les presentan a los chicos. En una telenovela o en una serie, por ejemplo, no se deberían mostrar situaciones de violencia o de discriminación sin que algún personaje no intervenga en contrario. Puede haber una madre que haga un señalamiento a su hija porque está mirándose todo el día al espejo o porque no invitó a determinados compañeros a sus cumpleaños. No digo que haya cosas que mostrar o no mostrar, pero en la vida cotidiana la gente dice algo en relación a lo que pasa.
¿Qué debe hacer la escuela por sí misma?
En la reforma de la secundaria proponemos, entre otras medidas, construir regímenes de convivencia acordados entre todos y crear instancias de participación donde circule la palabra de padres, docentes y alumnos. Cuando una institución dialoga, hace prevención. Además, toda escuela tiene que tener una función tutorial que acompañe las trayectorias escolares de los alumnos. Un docente con concentración horaria más horas extra clase puede tener una mirada más integral sobre los chicos, y si la tiene puede diseñar estrategias de intervención educativa que los tengan en cuenta. Así los jóvenes se sentirán mirados, cuidados, y esto disminuye la violencia.
Liliana Moreno
Frente a hechos así reina la confusión o la conveniencia. Sería bueno dejar claro qué diferencias conceptuales hay entre violencia escolar y violencia en las escuelas.
Violencia escolar es la que generan los mecanismos institucionales de la escuela y violencia en las escuelas son situaciones que se producen por fuera de la institución pero que la tienen como escenario. Es muy diferente. No podemos poner a la escuela ni a la condición de alumno en el eje del análisis de todo lo que sucede en la sociedad. Pensar que como todos los chicos son alumnos la violencia es escolar, sería lo mismo que creer que una pelea entre dos periodistas es violencia mediática, o bancaria entre bancarios.
¿Cuándo la escuela produce violencia?
Cuando discrimina o es complaciente con la discriminación, cuando produce desigualdad, cuando no hace lugar a la problemática de los jóvenes. De manera contraria, se previene la violencia cuando los aprendizajes que se trasmiten son significativos o cuando un profesor tiene en cuenta las características que tiene la atención de los jóvenes en el siglo XXI.
Si un grupo de chicas le pega a otra "por linda" no es una situación generada por la escuela pero tampoco debería hacer oídos sordos.
No debería, porque de esa forma amplifica o refuerza la violencia social. Ahora, toda la experiencia acumulada demuestra que la escuela no puede enfrentar sola este problema. Tiene que romper el aislamiento y establecer nuevos contratos con la familia, con el entorno de la institución, con los medios de comunicación...
¿Cuál sería un ejemplo concreto de contrato con los medios?
Tomemos la televisión. Hay una responsabilidad que tenemos todos en los modelos que se les presentan a los chicos. En una telenovela o en una serie, por ejemplo, no se deberían mostrar situaciones de violencia o de discriminación sin que algún personaje no intervenga en contrario. Puede haber una madre que haga un señalamiento a su hija porque está mirándose todo el día al espejo o porque no invitó a determinados compañeros a sus cumpleaños. No digo que haya cosas que mostrar o no mostrar, pero en la vida cotidiana la gente dice algo en relación a lo que pasa.
¿Qué debe hacer la escuela por sí misma?
En la reforma de la secundaria proponemos, entre otras medidas, construir regímenes de convivencia acordados entre todos y crear instancias de participación donde circule la palabra de padres, docentes y alumnos. Cuando una institución dialoga, hace prevención. Además, toda escuela tiene que tener una función tutorial que acompañe las trayectorias escolares de los alumnos. Un docente con concentración horaria más horas extra clase puede tener una mirada más integral sobre los chicos, y si la tiene puede diseñar estrategias de intervención educativa que los tengan en cuenta. Así los jóvenes se sentirán mirados, cuidados, y esto disminuye la violencia.
Liliana Moreno
Internet, cuatro décadas en la que cambió todo
40 años del primer mensaje que salió un 29 de octubre de 1969.
¡Qué año el 69! No sólo caminamos por la Luna y conquistamos el espacio exterior, sino que unos meses después, en octubre, dimos nuestro primer paso en el espacio virtual. Un pequeño paso para los científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y del Stanford Research Institute (SRI), pero un gran paso para la humanidad.
El primer mensaje enviado por lo que en el futuro se convertiría en Internet salió a las diez y media de la noche del miércoles 29 de octubre de 1969 de la UCLA con destino al SRI. El estudiante de programación Charley Kline, supervisado por el profesor Leonard Kleinrock, cuyo trabajo matemático sería clave para el desarrollo de Internet, intentó transmitir la palabra login (registro). La L y la O llegaron bien al SRI, distante 500 kilómetros; pero al escribir la G, todo se colgó.
Una hora más tarde consiguieron hacer funcionar la recién nacida Arpanet, madre de la actual Internet, y menos de un mes después, el 21 de noviembre, la UCLA y el SRI establecieron un enlace permanente. Fue el primero de los 681 millones de nodos que tiene Internet en la actualidad. Hoy, los viajes por el espacio virtual forman parte de nuestra vida cotidiana.
Abandonamos la Luna y a veces soñamos con Marte, pero pasamos una parte importante de nuestras vidas en la Web, el chat y el e-mail. Para los más jóvenes, no hay nada de raro en esto. Es normal. Y es magnífico que sea normal. Pero para quienes vivimos la revolución desde adentro hay una verdad salvaje detrás de este aniversario. No han pasado 40 años: han pasado 400.
Estaba escrito
La computadora personal e Internet han cambiado el rumbo de la civilización. No son sólo una nueva forma de comunicarnos. O de entretenernos. No han cambiado solamente la manera en que trabajamos o nos educamos. Causaron un cambio paradigmático y no es la primera vez que una tecnología produce una revolución de esta magnitud.
En febrero de 1455, Johannes Gutenberg completó la impresión de su obra magna, la Biblia, en 42 líneas. Por eso, sostenemos que inventó la imprenta de tipos móviles, de la misma forma que decimos que en octubre de 1969 nació Internet.
Es en realidad mucho más complejo. En un mundo donde las obras escritas se copiaban a mano, Gutenberg inventó el libro en serie, arrancó la manzana prohibida de gabinetes celosamente guardados y nos trajo la alfabetización, las ciencias y la democracia. Sentó las bases sobre las que se edificó la civilización moderna, y luego de 50 años, hacia 1505, cuando ya se habían impreso en Europa unos 9 millones de volúmenes, el mundo marchaba hacia una transformación completa.
El invento de Gutenberg fue prometeico. Le permitió a la humanidad reescribir su futuro, y en los siglos siguientes pasaríamos de la sanguijuela a la tomografía computada, de la brujería a la enciclopedia, de la opresión a las urnas gracias a una sola y simple idea: que todos tenemos derecho a leer y escribir.
Durante 500 años cosechamos los frutos de esa revolución.
Atraso en casa
Pero la siembra no había sido uniforme, ni podría haberlo sido.
Para fines del siglo XX teníamos rayos X, televisión color y jets de pasajeros. Pero en nuestras casas, en el reino de la persona común, la tecnología más avanzada para producir nuestras propias obras era la máquina de escribir, un invento patentado en 1867.
Así que el calendario de la mayoría de nosotros atrasaba más de un siglo.
Podíamos ver televisión durante horas, pero ni se nos ocurría transmitir nuestros propios contenidos. Y nos parecía normal. Después de todo, ¿para qué podría una persona común querer una computadora y una red para hacer broadcasting de sus ideas? El mismo planteo que le habían hecho a Gutenberg: ¿para qué querría la gente leer?
Una revolución tras otra
En cascada, con unos diez años de diferencia, la irrupción de la computadora personal y las conexiones públicas con Internet sacudirían la sociedad desde los cimientos. Como 500 años antes se nos había concedido el libro, llegaban ahora a nuestras manos el poder de cómputo y la posibilidad de publicar sin fronteras a costos irrisorios.
Por 50 centavos de dólar la hora de locutorio, sin necesitar siquiera una PC, incluso desde un celular, cualquier persona que sepa leer y escribir puede hoy acceder a una audiencia potencial de casi 2000 millones de seres humanos.
Los teléfonos se despegaron de los domicilios, se volvieron móviles y se conectaron también a la gran Red. Hoy suman 4000 millones en el mundo. Cada uno es una computadora de bolsillo más potente que los centros de cómputo de la década del 70.
Eso cambió todo para siempre. El experimento que la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos puso en marcha esa noche de octubre de 1969 nos hace ver los tiempos previos a la Red como si fueran la Edad Media. No sólo porque los teléfonos pesaban dos kilos y las cartas tardaban una semana en llegar, sino porque no teníamos voz, porque estábamos condenados al zapping, porque la historia nos consultaba muy de vez en cuando y con demasiada frecuencia hacía caso omiso de lo que pensábamos.
El 29 de octubre de 1969 quedará asentado en los libros de historia con el mismo trazo intenso que febrero de 1455.
Ese mínimo mensaje transmitido a 500 kilómetros de distancia marcó la divisoria de aguas entre una época en que la libertad de expresión era una noble abstracción a los tiempos actuales, cuando la practicamos a diario en más de 100 millones de blogs, en los 14 millones de artículos de Wikipedia, en los 350 millones de perfiles de Facebook, en las 15.000 millones de fotos almacenadas en YouTube, en los 247.000 millones de mensajes de correo electrónico que circulan cada día por la Red.
Pese a sus riesgos y rincones oscuros, pese a la ansiedad que provocan los grandes cambios, pese al spam, los virus y las estafas virtuales, los 40 años de Arpanet nos recuerdan que, cuando se nos da la posibilidad, las personas comunes hacemos un mundo mejor. Si creamos maravillas con el libro, ¿qué no haremos con las computadoras e Internet?
El futuro es incierto, como cada vez que se produce un cambio de paradigma. A la vez, ocurre que no se concibe el mundo moderno sin Internet, pero su existencia plantea desafíos inéditos en la historia de la civilización. No son menos inéditas las poderosas herramientas que estas tecnologías han traído a nuestras vidas cotidianas.
De la red intergaláctica a la Internet de hoy
• Fue el científico de la computación Joseph Licklider quien, en 1962, plasmó las primeras ideas sobre una red de computadoras en su serie de informes titulada Intergalactic Computer Network. Licklider pintó allí un retrato casi perfecto de la actual Internet. Pero se necesitarían muchos pasos para hacerla realidad. El primero fue la creación de la red de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (ARPA, por sus siglas en inglés), o Arpanet. Esta red experimental, que envió su primer mensaje el 29 de octubre de 1969, pasaría a llamarse Internet el 1° de enero de 1983.
Ariel Torres
¡Qué año el 69! No sólo caminamos por la Luna y conquistamos el espacio exterior, sino que unos meses después, en octubre, dimos nuestro primer paso en el espacio virtual. Un pequeño paso para los científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) y del Stanford Research Institute (SRI), pero un gran paso para la humanidad.
El primer mensaje enviado por lo que en el futuro se convertiría en Internet salió a las diez y media de la noche del miércoles 29 de octubre de 1969 de la UCLA con destino al SRI. El estudiante de programación Charley Kline, supervisado por el profesor Leonard Kleinrock, cuyo trabajo matemático sería clave para el desarrollo de Internet, intentó transmitir la palabra login (registro). La L y la O llegaron bien al SRI, distante 500 kilómetros; pero al escribir la G, todo se colgó.
Una hora más tarde consiguieron hacer funcionar la recién nacida Arpanet, madre de la actual Internet, y menos de un mes después, el 21 de noviembre, la UCLA y el SRI establecieron un enlace permanente. Fue el primero de los 681 millones de nodos que tiene Internet en la actualidad. Hoy, los viajes por el espacio virtual forman parte de nuestra vida cotidiana.
Abandonamos la Luna y a veces soñamos con Marte, pero pasamos una parte importante de nuestras vidas en la Web, el chat y el e-mail. Para los más jóvenes, no hay nada de raro en esto. Es normal. Y es magnífico que sea normal. Pero para quienes vivimos la revolución desde adentro hay una verdad salvaje detrás de este aniversario. No han pasado 40 años: han pasado 400.
Estaba escrito
La computadora personal e Internet han cambiado el rumbo de la civilización. No son sólo una nueva forma de comunicarnos. O de entretenernos. No han cambiado solamente la manera en que trabajamos o nos educamos. Causaron un cambio paradigmático y no es la primera vez que una tecnología produce una revolución de esta magnitud.
En febrero de 1455, Johannes Gutenberg completó la impresión de su obra magna, la Biblia, en 42 líneas. Por eso, sostenemos que inventó la imprenta de tipos móviles, de la misma forma que decimos que en octubre de 1969 nació Internet.
Es en realidad mucho más complejo. En un mundo donde las obras escritas se copiaban a mano, Gutenberg inventó el libro en serie, arrancó la manzana prohibida de gabinetes celosamente guardados y nos trajo la alfabetización, las ciencias y la democracia. Sentó las bases sobre las que se edificó la civilización moderna, y luego de 50 años, hacia 1505, cuando ya se habían impreso en Europa unos 9 millones de volúmenes, el mundo marchaba hacia una transformación completa.
El invento de Gutenberg fue prometeico. Le permitió a la humanidad reescribir su futuro, y en los siglos siguientes pasaríamos de la sanguijuela a la tomografía computada, de la brujería a la enciclopedia, de la opresión a las urnas gracias a una sola y simple idea: que todos tenemos derecho a leer y escribir.
Durante 500 años cosechamos los frutos de esa revolución.
Atraso en casa
Pero la siembra no había sido uniforme, ni podría haberlo sido.
Para fines del siglo XX teníamos rayos X, televisión color y jets de pasajeros. Pero en nuestras casas, en el reino de la persona común, la tecnología más avanzada para producir nuestras propias obras era la máquina de escribir, un invento patentado en 1867.
Así que el calendario de la mayoría de nosotros atrasaba más de un siglo.
Podíamos ver televisión durante horas, pero ni se nos ocurría transmitir nuestros propios contenidos. Y nos parecía normal. Después de todo, ¿para qué podría una persona común querer una computadora y una red para hacer broadcasting de sus ideas? El mismo planteo que le habían hecho a Gutenberg: ¿para qué querría la gente leer?
Una revolución tras otra
En cascada, con unos diez años de diferencia, la irrupción de la computadora personal y las conexiones públicas con Internet sacudirían la sociedad desde los cimientos. Como 500 años antes se nos había concedido el libro, llegaban ahora a nuestras manos el poder de cómputo y la posibilidad de publicar sin fronteras a costos irrisorios.
Por 50 centavos de dólar la hora de locutorio, sin necesitar siquiera una PC, incluso desde un celular, cualquier persona que sepa leer y escribir puede hoy acceder a una audiencia potencial de casi 2000 millones de seres humanos.
Los teléfonos se despegaron de los domicilios, se volvieron móviles y se conectaron también a la gran Red. Hoy suman 4000 millones en el mundo. Cada uno es una computadora de bolsillo más potente que los centros de cómputo de la década del 70.
Eso cambió todo para siempre. El experimento que la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de los Estados Unidos puso en marcha esa noche de octubre de 1969 nos hace ver los tiempos previos a la Red como si fueran la Edad Media. No sólo porque los teléfonos pesaban dos kilos y las cartas tardaban una semana en llegar, sino porque no teníamos voz, porque estábamos condenados al zapping, porque la historia nos consultaba muy de vez en cuando y con demasiada frecuencia hacía caso omiso de lo que pensábamos.
El 29 de octubre de 1969 quedará asentado en los libros de historia con el mismo trazo intenso que febrero de 1455.
Ese mínimo mensaje transmitido a 500 kilómetros de distancia marcó la divisoria de aguas entre una época en que la libertad de expresión era una noble abstracción a los tiempos actuales, cuando la practicamos a diario en más de 100 millones de blogs, en los 14 millones de artículos de Wikipedia, en los 350 millones de perfiles de Facebook, en las 15.000 millones de fotos almacenadas en YouTube, en los 247.000 millones de mensajes de correo electrónico que circulan cada día por la Red.
Pese a sus riesgos y rincones oscuros, pese a la ansiedad que provocan los grandes cambios, pese al spam, los virus y las estafas virtuales, los 40 años de Arpanet nos recuerdan que, cuando se nos da la posibilidad, las personas comunes hacemos un mundo mejor. Si creamos maravillas con el libro, ¿qué no haremos con las computadoras e Internet?
El futuro es incierto, como cada vez que se produce un cambio de paradigma. A la vez, ocurre que no se concibe el mundo moderno sin Internet, pero su existencia plantea desafíos inéditos en la historia de la civilización. No son menos inéditas las poderosas herramientas que estas tecnologías han traído a nuestras vidas cotidianas.
De la red intergaláctica a la Internet de hoy
• Fue el científico de la computación Joseph Licklider quien, en 1962, plasmó las primeras ideas sobre una red de computadoras en su serie de informes titulada Intergalactic Computer Network. Licklider pintó allí un retrato casi perfecto de la actual Internet. Pero se necesitarían muchos pasos para hacerla realidad. El primero fue la creación de la red de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa de Estados Unidos (ARPA, por sus siglas en inglés), o Arpanet. Esta red experimental, que envió su primer mensaje el 29 de octubre de 1969, pasaría a llamarse Internet el 1° de enero de 1983.
Ariel Torres
miércoles, 28 de octubre de 2009
América Latina, denuncia el cerrojo de Barajas
Argentina y Venezuela se quejan formalmente al Gobierno por el alto número de inadmitidos y las denuncias de malos tratos a sus ciudadanos. Otros cuatro países transmiten su malestar.
La política migratoria española resulta cada vez más ofensiva para muchos ciudadanos de países de América Latina. Argentina y Venezuela han enviado quejas formales al Ministerio de Asuntos Exteriores y las embajadas de otros cuatro países (Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia) confirman el malestar de sus ciudadanos por el endurecimiento de los requisitos para entrar en España como turistas. En todos estos casos, se trata de países cuyos nacionales no necesitan un visado para entrar en el país.
La política migratoria española resulta cada vez más ofensiva para muchos ciudadanos de países de América Latina. Argentina y Venezuela han enviado quejas formales al Ministerio de Asuntos Exteriores y las embajadas de otros cuatro países (Brasil, Chile, Uruguay y Bolivia) confirman el malestar de sus ciudadanos por el endurecimiento de los requisitos para entrar en España como turistas. En todos estos casos, se trata de países cuyos nacionales no necesitan un visado para entrar en el país.
Las protestas de Argentina y Venezuela se originan en el alto número de inadmitidos, especialmente en el aeropuerto de Barajas, y en las denuncias de los viajeros que son enviados de vuelta a su país. Muchos de ellos aseguran que sufren intimidaciones y trato discriminatorio por parte de los funcionarios policiales durante el tiempo de retención. El consulado brasileño asegura que todos los meses envía a Exteriores alguna queja de ciudadanos que dicen haber sufrido maltrato psicológico.
Fuentes de este ministerio confirman que "se han mantenido reuniones diplomáticas con representantes de Argentina y Venezuela para escuchar sus quejas". Además, aseguran que "la policía aeroportuaria es profesional y se limita a actuar según la legislación acordada por los países que firmaron el acuerdo de Schengen".
El Ministerio del Interior niega también que los policías del aeropuerto maltraten a los ciudadanos inadmitidos. "Los requisitos están claros. Si un extranjero dice que viene a Madrid a hacer turismo y luego afirma en la entrevista personal que viene a ver la Rambla, está claro que sus intenciones son otras", dice Gabriel Retamar, delegado en Barajas del sindicato de policía UFP.
El Ministerio de Exteriores argentino afirma que están preocupados "por el malestar de la sociedad acerca del repunte en el número de inadmitidos". Un total de 800 argentinos fueron enviados de vuelta a su país hasta septiembre de este año; sólo en agosto se negó la entrada a 222. Cada año viajan a España unos 180.000. En 2008 se impidió entrar a 1.100, casi el doble que el año anterior.
El Ministerio de Exteriores argentino afirma que están preocupados "por el malestar de la sociedad acerca del repunte en el número de inadmitidos". Un total de 800 argentinos fueron enviados de vuelta a su país hasta septiembre de este año; sólo en agosto se negó la entrada a 222. Cada año viajan a España unos 180.000. En 2008 se impidió entrar a 1.100, casi el doble que el año anterior.
"Interpretación benévola"
El consejero de Información de la embajada española en Buenos Aires, Luis Herrero, asegura que el porcentaje de inadmitidos es pequeño. No obstante, admite que, debido a las críticas, "el embajador ha tenido conversaciones con responsables de los ministerios españoles para que se extreme el cuidado y se haga una interpretación de la norma más benévola".
El consejero de Información de la embajada española en Buenos Aires, Luis Herrero, asegura que el porcentaje de inadmitidos es pequeño. No obstante, admite que, debido a las críticas, "el embajador ha tenido conversaciones con responsables de los ministerios españoles para que se extreme el cuidado y se haga una interpretación de la norma más benévola".
Los ciudadanos inadmitidos en Barajas, después de viajar durante al menos ocho horas, llegan a estar retenidos un día entero hasta que se aclaran las intenciones de su visita. Mientras tanto, según critica el embajador de Venezuela en España, Isaías Rodríguez, "son entrevistados en varias ocasiones, se les quita su equipaje personal, con dinero, medicamentos y documentación, y se les trata como delincuentes".
Rodríguez cree que el trato es más hostil con los ciudadanos con menos recursos, ya que "pocos estadounidenses o canadienses son rechazados por no cumplir los trámites de admisión". Añade que 1.051 venezolanos fueron inadmitidos en España hasta septiembre, por 1.173 en todo 2008.
Las embajadas de América Latina consultadas coinciden en que, desde la entrada en vigor en 2007 de la carta de invitación un certificado que acredita el lugar de la estancia durante el periodo vacacional, cada vez es más difícil visitar a un familiar o a un amigo residente en España.
Interior insiste en que sigue "los criterios fijados por el Código Europeo de Fronteras y la normativa aprobada en el Parlamento Europeo" y que, por tanto, "la carta es un requisito imprescindible para entrar en España si el ciudadano no ha hecho una reserva hotelera".
El cónsul de Uruguay en España, Mayo Ferrer, explica que no es tan simple: "Detrás de este engorroso trámite hay un criterio subjetivo y un fin migratorio, ya que en muchos casos los ciudadanos tienen la carta y aún así no les dejan pasar en la entrevista personal".
Este trámite también puede ser un freno cuando España es sólo una parada intermedia del viaje. El cónsul general de Chile, Claudio Rojas, dice que "si un chileno va, por ejemplo, a Suiza y hace escala en España, tiene que presentar este documento, tan complicado de conseguir, aunque no se vaya a quedar, e incluso aunque en Suiza no sea necesario".
Los brasileños protestan en su consulado porque el trámite tarda, en ocasiones, más de un mes y medio y, una vez aprobada la carta, ha de ser enviada a Brasil. Esto retrasa el viaje, pero "lo peor es cuando la comisaría pide al solicitante que su invitado presente un atestado de residencia en Brasil mediante notario además de los otros trámites", explican fuentes consulares. El invitado tiene que pedir el certificado en el Ministerio de Exteriores de su país, confirmarlo con el consulado de Brasil en España y hacer una traducción jurada al español, con el coste que eso conlleva", añade.
Bolivia también se suma a las quejas. Fuentes de la embajada afirman que entre sus compatriotas "hay descontento porque cada vez son más las exigencias para visitar a sus familiares en España".
Ángel Navarrete y Rocío Aguilar
Madrid.
Madrid.
Argentina: Los fantasmas de la violencia
La nueva criminalización
Por C. Korol, M. Svampa, N. Giarracca, R. Gargarella, A. Pérez Esquivel, También firman Alejandro Grimson, Horacio Tarcus, Julián Rebón, Atilio Boron, Hernán Ouviña, Mario Pecheny, José Luis Coraggio, Ezequiel Adamovsky, Inés Izaguirre, María Teresa Sirvent, Alberto Binder, Patricia Agosto, Eduardo Rosenzvaig, entre muchos otros docentes e investigadores universitarios.
Declaraciones como las que vienen realizando los dirigentes de la UCR, Gerardo Morales, y de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, identificando a los movimientos piqueteros con la violencia son absolutamente funcionales a las políticas que desde los sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad claman por mayor represión a la protesta social, en nombre de la “seguridad” de los propietarios y del castigo a los desposeídos. Diarios como Clarín, La Nación y los medios de comunicación a ellos asociados se han unido rápidamente a una campaña de difusión y magnificación de estas posiciones.
Por C. Korol, M. Svampa, N. Giarracca, R. Gargarella, A. Pérez Esquivel, También firman Alejandro Grimson, Horacio Tarcus, Julián Rebón, Atilio Boron, Hernán Ouviña, Mario Pecheny, José Luis Coraggio, Ezequiel Adamovsky, Inés Izaguirre, María Teresa Sirvent, Alberto Binder, Patricia Agosto, Eduardo Rosenzvaig, entre muchos otros docentes e investigadores universitarios.
Declaraciones como las que vienen realizando los dirigentes de la UCR, Gerardo Morales, y de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, identificando a los movimientos piqueteros con la violencia son absolutamente funcionales a las políticas que desde los sectores más reaccionarios y conservadores de la sociedad claman por mayor represión a la protesta social, en nombre de la “seguridad” de los propietarios y del castigo a los desposeídos. Diarios como Clarín, La Nación y los medios de comunicación a ellos asociados se han unido rápidamente a una campaña de difusión y magnificación de estas posiciones.
Quienes firmamos esta declaración no tenemos ninguna relación con el gobierno nacional. Somos críticos de sus políticas, fundamentalmente en lo que éstas tienen de compromiso con las trasnacionales de la minería, del agronegocio, de la energía e incluso en terrenos como el de las libertades democráticas y los derechos humanos. En el marco de los debates de los movimientos populares hemos polemizado muchas veces con posiciones o metodologías utilizadas por uno u otro movimiento piquetero, ligado o no al gobierno kirchnerista. Sin embargo, hemos aprendido de la experiencia argentina que cada vez que comienza a agitarse el “fantasma” de la “violencia” por parte de cierta dirigencia del sistema lo que se abre es el camino para castigar a los sectores más vulnerables de la sociedad y a sus organizaciones. Así sucedió antes de los asesinatos en General Mosconi, o previo al crimen de Kosteki y Santillán, o al asesinato de Carlos Fuentealba. Si vamos atrás en la historia, recordaremos las declaraciones de Ricardo Balbín sobre la “guerrilla fabril”, que crearon el clima para la escalada golpista.
En la actualidad, la criminalización de los movimientos sociales es una acción que parte de la identificación de la lucha por los derechos sociales con el delito, estigmatizando a los movimientos populares que ejercen el derecho a luchar por sus derechos y transformando toda protesta en causa penal. De esta manera, se traslada la política social al ámbito judicial. Por este camino, desde mediados de los ’90 hasta el día de hoy, miles de luchadores y luchadoras populares en nuestro país han sido judicializados, hecho que constituye un gigantesco chantaje sobre las posibilidades de resistencia a las políticas de hambre, exclusión y precarización de las condiciones de trabajo y de vida hoy vigentes.
Quienes impulsan estas políticas de criminalización de los movimientos populares están atacando los derechos humanos y amenazan en consecuencia al conjunto de las organizaciones sociales, pretendiendo retrotraer los espacios ganados en dicho proceso de resistencia. Rechazamos enérgicamente este nuevo avance en la criminalización de los movimientos sociales y los intentos de promover una mayor fragmentación y vulnerabilidad de los sectores populares, frente a la iniciativa unificada de la derecha ruralista y conservadora y de sus representantes políticos y mediáticos.
Festival de Mar del Plata, listo para ver 150 películas
Tarde, pero seguro, los organizadores del 24° Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que se realizará entre el 7 y 15 de noviembre próximos, comenzaron a anunciar su programación, más austera que nunca antes (tendrá dos días menos), y con menos películas (se contabilizan 150 largometrajes y medio centenar de cortos). Este año, además, se conmemorarán 50 años del primer festival competitivo de categoría "A", otorgada por la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Films (Fiapf) en 1959 a la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, la entidad que lo produjo en aquella primera vuelta, tras la experiencia peronista de 1954.
La competencia oficial de este año tiene como característica principal incluir mayoría de películas -13 de un total de 14- que ya compitieron en otras muestras internacionales, lo que lo convierte en un "festival de festivales". La Argentina estará presente con “Francia” , de Israel Adrián Caetano, que participó de Venecia y San Sebastián, de donde se llevó una mención del jurado, y “Vikingo” , el nuevo opus de José Campusano, una ficción acerca de tribus suburbanas de "facciones de motociclistas ácratas y radicales".
La muestra incluirá también una compacta retrospectiva dedicada al español Javier Fesser, de quien se verán un puñado de cortos y sus tres largometrajes (incluido Camino ) y otro dedicado a Los Muppets. La Asociación de Cronistas Cinematográficos recordará el festival de 1959 con la proyección de Cuando huye el día , de Ingmar Bergman, premiada por el jurado, y una gran exposición fotográfica de aquel gran evento.
Claudio D. Minghetti
La competencia oficial de este año tiene como característica principal incluir mayoría de películas -13 de un total de 14- que ya compitieron en otras muestras internacionales, lo que lo convierte en un "festival de festivales". La Argentina estará presente con “Francia” , de Israel Adrián Caetano, que participó de Venecia y San Sebastián, de donde se llevó una mención del jurado, y “Vikingo” , el nuevo opus de José Campusano, una ficción acerca de tribus suburbanas de "facciones de motociclistas ácratas y radicales".
En el resto de la selección que compite por los premios Astor sobresalen El cuerno de la abundancia , comedia coral del cubano Juan Carlos Tabío; V.O.S. , del catalán Cesc Gay; Vida durante la guerra , del audaz Todd Solondz; Cartas al padre Jacob , del finlandés Klaus Härö; El tiempo que queda , del israelí Elia Suleiman, que ya pasó por nueve festivales; Colmillos , del griego Yorgos Lanthimos; Nada personal , de la polaca Urzula Antoniak; Madre , del surcoreano Bong Joon Ho; El hombre que comió sus cerezas , del iraní Payman Hagani; la excelente comedia dramática Cinco días sin Nora , de la mexicana Mariana Chenillo, ganadora del Festival de Biarritz; Una habitación y media , del ruso Andrey Khrzhanovskiy y finalmente la hispano-uruguaya Mal día para pescar , de Alvaro Brechner, ganadora del premio a mejor guión en el Festival de Lima. En la apertura se verá Un hombre serio , de Ethan y Joel Coen (que ayer cerró Roma, ver aparte), mientras que la del cierre será Taking Woodstock , de Ang Lee.
El jurado de la sección oficial estará integrado por el cineasta local Juan José Campanella y el uruguayo Alvaro Buela, además del productor norteamericano Michael J. Schapiro y dos actores, el brasileño José Wilker y la española Julieta Serrano.
El jurado de la sección oficial estará integrado por el cineasta local Juan José Campanella y el uruguayo Alvaro Buela, además del productor norteamericano Michael J. Schapiro y dos actores, el brasileño José Wilker y la española Julieta Serrano.
Focos y restrospectivas
La competencia latinoamericana incluirá ocho novedades, cuatro de la cuales son nacionales. A saber: las argentinas La hora de la siesta, de Sofía Mora; La invención de la carne , de Santiago Loza; La Raulito, golpes bajos , de Emiliano Serra y Pecados de mi padre , de Nicolás Entel. Las otras cuatro provenientes del resto de América latino son Huacho , del chileno Alejandro Fernández Almendras; Hiroshima , del uruguayo Pablo Stoll; Los viajes del viento , del colombiano Ciro Guerra y, finalmente, Daniel y Ana , del mexicano Michel Franco. La competencia argentina incluirá nueve largometrajes, entre ellos Adopción , de David Lipszyc, Andrés no quiere dormir la siesta , de Daniel Bustamante, con Norma Aleandro; Chapadmalal , de Alejandro Montiel; El hombre de al lado , de Gastón Duprat y Mariano Cohn y TL-2, la felicidad es una leyenda urbana , de Tetsuo Lumiere.
La competencia latinoamericana incluirá ocho novedades, cuatro de la cuales son nacionales. A saber: las argentinas La hora de la siesta, de Sofía Mora; La invención de la carne , de Santiago Loza; La Raulito, golpes bajos , de Emiliano Serra y Pecados de mi padre , de Nicolás Entel. Las otras cuatro provenientes del resto de América latino son Huacho , del chileno Alejandro Fernández Almendras; Hiroshima , del uruguayo Pablo Stoll; Los viajes del viento , del colombiano Ciro Guerra y, finalmente, Daniel y Ana , del mexicano Michel Franco. La competencia argentina incluirá nueve largometrajes, entre ellos Adopción , de David Lipszyc, Andrés no quiere dormir la siesta , de Daniel Bustamante, con Norma Aleandro; Chapadmalal , de Alejandro Montiel; El hombre de al lado , de Gastón Duprat y Mariano Cohn y TL-2, la felicidad es una leyenda urbana , de Tetsuo Lumiere.
Se anuncian varios focos temáticos para el festival, con títulos como El estado de las cosas , Los caminos de la música , Registros de la historia , y uno dedicado a adaptaciones del escritor francés Georges Simenon, así como la retrospectiva Omisiones de la Academia, con películas que no tuvieron candidaturas al Oscar, como Una noche en la Opera , con los hermanos Marx y Sed de mal , de Orson Welles.
La muestra incluirá también una compacta retrospectiva dedicada al español Javier Fesser, de quien se verán un puñado de cortos y sus tres largometrajes (incluido Camino ) y otro dedicado a Los Muppets. La Asociación de Cronistas Cinematográficos recordará el festival de 1959 con la proyección de Cuando huye el día , de Ingmar Bergman, premiada por el jurado, y una gran exposición fotográfica de aquel gran evento.
Claudio D. Minghetti
Los argentinos somos felices, pese a todo
El 70% dijo estar satisfecho con su realidad, porcentaje que no bajó pese a la crisis; la "esperanza de vida feliz" es de 54,9 años.
¿Cuán felices somos los argentinos? En 2008, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, creó una comisión para que investigara los límites del PBI para evaluar la situación del país, sobre todo por el descreimiento que tiene el pueblo francés en las estadísticas. Hace un mes, una comisión encabezada por el premio Nobel Joseph Stiglitz informó que el PBI se utiliza erróneamente, en particular cuando se lo aplica como medida del bienestar social. ¿Un alto índice del PBI per cápita significa que los habitantes son más felices?
¿Cuán felices somos los argentinos? En 2008, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, creó una comisión para que investigara los límites del PBI para evaluar la situación del país, sobre todo por el descreimiento que tiene el pueblo francés en las estadísticas. Hace un mes, una comisión encabezada por el premio Nobel Joseph Stiglitz informó que el PBI se utiliza erróneamente, en particular cuando se lo aplica como medida del bienestar social. ¿Un alto índice del PBI per cápita significa que los habitantes son más felices?
La conclusión del informe es que no y, en consecuencia, sugiere que se haga algo así como el PBI de la felicidad. Incita a tomar más en cuenta las actividades no mercantiles, como el trabajo doméstico, el voluntariado y el esparcimiento, pero también el acceso a la educación y a la salud, y el nivel de seguridad. Sugiere solicitar mediante encuestas la opinión de los individuos sobre su nivel de vida, su medio ambiente, sus experiencias y sus prioridades.
¿Qué diría ese índice de los argentinos? El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) presentó a fines de 2008 un informe que propuso incluir la felicidad y la satisfacción con la propia vida para entender a los latinoamericanos. Así, sugiere que los argentinos están más felices con sus propias vidas que con el curso del país y que perciben la realidad peor de lo que se supone que es.
"Chile es uno de los países más prósperos de América latina, pero los habitantes de diez países con ingresos inferiores per cápita se declaran más satisfechos con su calidad de vida. Esto revela que la calidad de vida no es sólo producto de las condiciones objetivas. La forma como los individuos perciben esas condiciones también son dimensiones centrales", dijo el informe.
Cuánto vale un amigo
Los expertos del BID propusieron una ecuación que arrojó resultados sorprendentes. ¿A cuánto tendría que ascender el ingreso de un argentino que sufre un cambio en su vida para mantener su satisfacción inicial?
Si se quedara sin amigos a quienes acudir, debería ganar 7,5 veces más para sentirse igual de feliz. Si perdiera su salud, su ingreso debería ser 3,6 veces mayor; si perdiera la fe, necesitaría 3,3 veces más dinero, y para compensar la angustia de no poder pagar sus alimentos necesitaría 10 veces su salario. Quedarse sin teléfono parece ser una gran angustia: necesitaría duplicar sus ingresos, aunque si se divorciara, sería suficiente sólo con recibir un aumento del 60%.
Los expertos del BID propusieron una ecuación que arrojó resultados sorprendentes. ¿A cuánto tendría que ascender el ingreso de un argentino que sufre un cambio en su vida para mantener su satisfacción inicial?
Si se quedara sin amigos a quienes acudir, debería ganar 7,5 veces más para sentirse igual de feliz. Si perdiera su salud, su ingreso debería ser 3,6 veces mayor; si perdiera la fe, necesitaría 3,3 veces más dinero, y para compensar la angustia de no poder pagar sus alimentos necesitaría 10 veces su salario. Quedarse sin teléfono parece ser una gran angustia: necesitaría duplicar sus ingresos, aunque si se divorciara, sería suficiente sólo con recibir un aumento del 60%.
El 70% de los argentinos se define como feliz, porcentaje que se mantiene estable pese a la crisis económica, según surge de tres monitoreos que realizó el Centro de Economía Regional y Experimental, que dirige Victoria Giarrizzo, investigadora de la UBA. El primero, en 2006; otro, en 2007, y el último, en agosto de este año.
Cuando se le preguntó a la gente si la crisis incidía en su felicidad, el 85% dijo que sí, pero el 53% aclaró que no mucho. "Lo que ocurre es que lo que más afecta la felicidad son los cambios. Al estar transitando un período de estabilidad dentro de la crisis, es esperable que se recuperen los niveles de felicidad porque los argentinos nos adaptamos pronto. Para los argentinos, la felicidad son momentos; alcanza con recordar unos cuantos para sentirse feliz", apunta Giarrizzo.
Cuando se le preguntó a la gente si la crisis incidía en su felicidad, el 85% dijo que sí, pero el 53% aclaró que no mucho. "Lo que ocurre es que lo que más afecta la felicidad son los cambios. Al estar transitando un período de estabilidad dentro de la crisis, es esperable que se recuperen los niveles de felicidad porque los argentinos nos adaptamos pronto. Para los argentinos, la felicidad son momentos; alcanza con recordar unos cuantos para sentirse feliz", apunta Giarrizzo.
Qué nos borra la sonrisa
Las principales causas de la infelicidad son, según el estudio, el desempleo, el atravesar problemas vinculares o el sufrir pérdidas significativas.
No obstante, el empleo es una de las cosas que nos quitan más felicidad, según el estudio: el 45% dijo que el trabajo lo hace poco feliz, sobre todo por la cantidad de horas que insume, por el poco dinero que se gana y a causa de la mala relación con los jefes. Como contrapartida, cuando se les preguntó qué los harían más felices, "ganar más dinero" fue la respuesta más repetida.
Las principales causas de la infelicidad son, según el estudio, el desempleo, el atravesar problemas vinculares o el sufrir pérdidas significativas.
No obstante, el empleo es una de las cosas que nos quitan más felicidad, según el estudio: el 45% dijo que el trabajo lo hace poco feliz, sobre todo por la cantidad de horas que insume, por el poco dinero que se gana y a causa de la mala relación con los jefes. Como contrapartida, cuando se les preguntó qué los harían más felices, "ganar más dinero" fue la respuesta más repetida.
El World Database of Happiness es un instituto de la Universidad Erasmo de Rotterdam, Holanda, dedicado a estudiar la felicidad mundial. Mide la alegría argentina, entre otras, desde 1981. Los últimos estudios que muestra son de 2009 e indican que somos más felices que en aquel entonces: hoy, nuestra calificación es de 7,45 (en una escala de 1 a 10) y por entonces era de 6,8. En 2002, fue de 5,6.
En septiembre último, elaboró un ranking mundial de esperanza de vida feliz. Este indicador mide cuántos años felices se espera que una persona transite en toda su vida, en función del lugar en el que nace y vive. Los argentinos tenemos una esperanza de vida feliz de casi 55 años (54,9), lo que ubica al país en el puesto 25° entre 140, por encima de Italia, donde el promedio es de 54,4 años y por debajo de Alemania, con 55,2 años. El ranking lo lidera Costa Rica, con 66,7 años de vida alegre. De hecho, el informe del BID destaca a los habitantes de ese país como los "más satisfechos en la región, con la vida que llevan" .
En septiembre último, elaboró un ranking mundial de esperanza de vida feliz. Este indicador mide cuántos años felices se espera que una persona transite en toda su vida, en función del lugar en el que nace y vive. Los argentinos tenemos una esperanza de vida feliz de casi 55 años (54,9), lo que ubica al país en el puesto 25° entre 140, por encima de Italia, donde el promedio es de 54,4 años y por debajo de Alemania, con 55,2 años. El ranking lo lidera Costa Rica, con 66,7 años de vida alegre. De hecho, el informe del BID destaca a los habitantes de ese país como los "más satisfechos en la región, con la vida que llevan" .
Según el último ranking mundial de felicidad que elabora regularmente la consultora Gallup TNS, a principios de 2009 se señaló que la Argentina se ubica en el puesto 13 de 56 países ordenados según la felicidad de sus habitantes.
El informe destaca que, aunque el 84% de la población argentina se define como muy feliz o bastante feliz, llama la atención que seamos personas que nos preocupamos mucho por las cosas que nos ocurren. Así, sólo el 35% de los argentinos dijo que se toma las cosas como son, mientras que, a nivel mundial, el 62% de la gente dijo que no se hace problema por las cosas.
En síntesis, los argentinos viven más preocupados que el resto del mundo, aunque esto no incide en su felicidad.
El informe destaca que, aunque el 84% de la población argentina se define como muy feliz o bastante feliz, llama la atención que seamos personas que nos preocupamos mucho por las cosas que nos ocurren. Así, sólo el 35% de los argentinos dijo que se toma las cosas como son, mientras que, a nivel mundial, el 62% de la gente dijo que no se hace problema por las cosas.
En síntesis, los argentinos viven más preocupados que el resto del mundo, aunque esto no incide en su felicidad.
"La única evaluación comprensiva de la calidad de vida que no requiere mezclar diversos indicadores en forma más o menos arbitraria es la que los individuos hacen de sí mismos cuando se les pregunta por su nivel de felicidad. Pero eso no implica que las políticas públicas deban tener como objetivo maximizar la felicidad. Esto se debe a que muchos de los aspectos más importantes de la vida, como las amistades o las creencias religiosas, no admiten interferencia del gobierno - señala entre sus conclusiones el informe del BID-. Pero, por esas mismas razones, los políticos y gobernantes deben tratar de entender cómo se forman las percepciones y cómo influyen las actitudes de los individuos."
Indicadores .
Indicadores .
La crisis y la felicidad .El 70% de los argentinos dice que es feliz. El 85% dijo que la crisis económica está afectando su felicidad, aunque dentro de ese porcentaje, el 53% aclaró que "no mucho", el 24,9% dijo que bastante y sólo el 7%, que mucho.
Empleados y desempleados tristes . El desempleo, los problemas vinculares y las pérdidas significativas son las principales causas de la infelicidad. No obstante, el 45,3% de los argentinos piensa que el trabajo lo hace poco feliz.
Esperanza de vida alegre . Es un indicador creado por el World Database of Happiness que mide cuántos años de vida feliz se estima que vivirá una persona según el lugar en el que habite. Para la Argentina se estima que es de 54,9 años, contra casi 20 años de esperanza de vida infeliz.
El valor de las cosas . El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) elaboró un cálculo de a cuánto debería ascender el ingreso de un argentino para mantener el nivel de satisfacción con su vida ante alguna pérdida: si pierde a sus amigos, debe ganar 7,5 veces su salario; su salud, 3,6 veces; la fe, 3,3 veces; el teléfono, 2 veces, y el cónyuge, 0,6 veces.
Evangelina Himitian
lunes, 26 de octubre de 2009
El planeta sin cabeza
Escribe Horacio Eichelbaum: A caballo entre el viejo y el nuevo siglo denunciábamos lo que llamábamos ‘la aniquilación de la periferia’ –un proceso también global que hoy se ve con desesperante nitidez en África-, acopiando datos sobre situaciones trágicas a las que todavía no se había reconocido su inmenso protagonismo. Lo hacía en mi libro ‘Un planeta a la deriva’, mencionando incluso el renacer de la piratería, aunque no se trataba de la que se presenta hoy en las costas de Somalia sino de la que proliferaba en las Islas Jolo, entre Malasia y Filipinas: en la última década del S. XX se habían registrado mil actos de piratería por aquella región.
Hablábamos también del retorno de la esclavitud, del mercado internacional de órganos, del flagelo del SIDA y la reaparición de enfermedades extinguidas o de la angustia de poblaciones en situaciones tan miserables que pedían que fueran a instalar en sus tierras basureros nucleares, siempre que así se crearan unos cuantos empleos. En resumen, de todas esas cosas que hoy ‘conmueven’ a artistas y deportistas y que se han convertido en instrumentos de marketing de las grandes marcas y de los canales de televisión.
Decíamos también que no pretendíamos exonerar de culpa a los corrompidos poderes locales, pero que era la estructura de poder mundial la que adjudicaba a la periferia una misión exclusiva de reserva de materias primas y de mano de obra sobreexplotable. Una mano de obra baratísima que se ha ido a explotar ‘in situ’ o que es explotada mediante grandes oleadas migratorias, perfectamente regulables: se las admite precariamente mientras conviene y se las ilegaliza y expulsa cuando ya no son útiles.
Este sistema aniquilador se organiza, se extiende y se defiende como ‘inevitable’ –mientras se estimula la caridad del marketing- desde la estructura de poder occidental, que durante todo el siglo XX ha ido consolidándose hasta llegar a su cúspide, justo al final del viejo siglo, y entrar en el XXI con un control total de la situación pero también con una crisis feroz que ha arrasado sus propias bases de sustentación.
Se han quedado sin ideología y se han quebrado sus paradigmas, pero siguen andando –el planeta sigue a la deriva- como las víctimas de aquel verdugo chino que cortaba la cabeza de modo tan rápido y preciso que la víctima se mantenía erguida; el verdugo conseguía que el tronco quedara descabezado cuando le decía: “Tenga la amabilidad de inclinar la cabeza, por favor”.
También sostenía, diez años atrás, que en el tercer mundo no había propiamente Estados, sino remedos, imitaciones de los Estados-Nación creados en Europa. Ahora los piratas de Somalia nos han hecho comprender repentinamente lo que es un No-Estado. Pero todavía no entendemos que China –un subcontinente brutalmente colonizado por Japón y Occidente hasta hace pocos menos de un siglo- o la India –un subcontinente colonizado por los británicos hasta hace poco más de medio siglo- o bien Brasil y el resto de Latinoamérica –teóricamente descolonizada hace menos de dos siglos- son pueblos emergentes que están pugnando por crear sus Estados-Nación.
Se los mira como adalides del desarrollo económico cuando son, antes que eso, bocetos de un proyecto político. Son desesperados proyectos de Nación que pugnan por escapar de la cárcel del subdesarrollo y la miseria, aún cuando a veces hagan muy poco contra la miseria concreta en la que viven sus pueblos. Pero nada les garantiza que el Planeta Titanic seguirá a flote cuando coronen sus esfuerzos.
Hay quienes creen que la caída de su paradigma puede arrastrar a toda una civilización. En cierto sentido es lo que viene a decir Maalouf, el famoso escritor egipcio: Occidente no puede caer en la tentación de “conservar por medio de la superioridad militar lo que no puede conservar por superioridad económica y autoridad moral”.
sábado, 24 de octubre de 2009
"ES inconcebible que sigan las reuniones de Comandantes en Jefe de Ejercitos Americanos"
Escribe el Coronel (R) Horacio Ballester del Centro de Militares por la Democracia Argentina (CEMIDA)
El 26 de octubre se reunirán en Buenos Aires todos los jefes militares de América, incluyendo a los de Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Argentina y Brasil, en el marco de la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA). La reunión es casi clandestina para los medios de comunicación. Sólo apareció una nota en la revista El Soldado. Hay una obvia intención de ocultarla para impedir críticas y repudios populares.
Por un lado algunos gobiernos dicen estar contra las bases yanquis y ahora hacen esta reunión ¿Qué tienen que discutir los jefes militares con los genocidas de Colombia y con los imperialistas de Estados Unidos?
Sobre el tema entrevistamos al coronel retirado Horacio Ballester, presidente del Centro de Militares por la Democracia Argentina, entidad que cumple 25 años denunciando al genocidio de la dictadura, las traiciones en Malvinas y al imperialismo en el terreno militar. Desde sus lúcidos y jóvenes 82 años, el coronel Ballester nos dijo:
El 26 de octubre se reunirán en Buenos Aires todos los jefes militares de América, incluyendo a los de Estados Unidos, Colombia, Venezuela, Argentina y Brasil, en el marco de la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA). La reunión es casi clandestina para los medios de comunicación. Sólo apareció una nota en la revista El Soldado. Hay una obvia intención de ocultarla para impedir críticas y repudios populares.
Por un lado algunos gobiernos dicen estar contra las bases yanquis y ahora hacen esta reunión ¿Qué tienen que discutir los jefes militares con los genocidas de Colombia y con los imperialistas de Estados Unidos?
Sobre el tema entrevistamos al coronel retirado Horacio Ballester, presidente del Centro de Militares por la Democracia Argentina, entidad que cumple 25 años denunciando al genocidio de la dictadura, las traiciones en Malvinas y al imperialismo en el terreno militar. Desde sus lúcidos y jóvenes 82 años, el coronel Ballester nos dijo:
“Es inconcebible que se sigan realizando las reuniones de comandantes en jefe del Ejército que comenzaron en 1960 en Fuerte Amador, en Canal de Panamá. De esa relación surgió -nada menosque el Operativo Cóndor que, por propuesta de Pinochet, durante las dictaduras militares nuestras, los servicios de inteligencia de un país podían penetrar en el otro a detener prisioneros, y enviaran sicarios para matar gente. En la República Argentina fueron asesinados el general Torres de Bolivia, el general Prats de Chile, el diputado Gutiérrez Ruiz, el senador Germán Michelini del Uruguay y un montón más de gente.”
“Que todavía se sigan realizando estas Conferencias muestra que la Doctrina de Seguridad Nacional sigue manteniendo su plena vigencia. Todavía sigue funcionando la Junta Interamericana de Defensa, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), la OEA, los programas de “ayuda militar”, los ejercicios en conjunto con Estados Unidos. Esto siempre es para satisfacer las hipótesis de guerra del gobierno norteamericano. Son para control de la población. Recuerdo que hace un año, más o menos, se hizo un ejercicio naval en la Base de Puerto Belgrano. Ellos ponían “ejercicio naval”, pero no había ni siquiera una palangana con agua.. El “ejercicio naval” consistía en un automóvil, un individuo con manos apoyadas sobre el automóvil y gente que los estaba revisando a ver qué es lo que tenía. Y venían los expertos norteamericanos con sus trabajos en Irak, Afganistán y demás, para enseñarles a los nuestros como tenían que hacer para chequear a un detenido. Que se sigan haciendo esas cosas me parece espeluznante.”
"Palabras para las vísperas" de Eduardo Galeano
Miércoles 21 de octubre del 2009.
Versión del discurso pronunciado en el Obelisco de Montevideo, en el cierre de la Campaña contra la Ley de Impunidad, la noche del martes 20.
Versión del discurso pronunciado en el Obelisco de Montevideo, en el cierre de la Campaña contra la Ley de Impunidad, la noche del martes 20.
Falta muy poquito para que el pueblo uruguayo elija nuevo gobierno. Al mismo tiempo, en las mismas urnas, se somete a plebiscito la posibilidad de liberarnos de dos palos metidos en la rueda de la democracia. Uno de esos palos es el que impide el voto por correo de los uruguayos que viven en el extranjero. La ley electoral, ciega de ceguera burocrática, confunde la identidad con el domicilio. Dime dónde vives y te diré quién eres.
Los uruguayos de la patria peregrina, en su mayoría jóvenes, no tienen derecho de voto si no pueden pagarse el pasaje. Nuestro país, país de viejos, no sólo ha castigado a los jóvenes, durante años negándoles trabajo y obligándolos al exilio, sino que además les sigue negando el ejercicio del más elemental de los derechos democráticos. Nadie se va porque quiere. Los que se han ido, ¿son traidores? ¿Es traidor uno de cada cinco uruguayos? ¿Traidor o traicionado?
Ojalá los uruguayos acabemos de una vez con esta discriminación que nos mutila. Y ojalá acabemos también con otra discriminación todavía peor, la ley de impunidad, ley de caducidad de la pretensión punitiva del Estado, bautizada con ese nombre rocambolesco por los especialistas en el arte de no llamar a las cosas por su nombre.
La Corte Suprema de Justicia acaba de dictaminar que esa ley viola la Constitución. Desde mucho tiempo antes se sabía que también viola nuestra dignidad nacional y nuestra vocación democrática. Es una triste herencia de la dictadura militar, que nos ha condenado al pago de sus deudas y al olvido de sus crímenes. Sin embargo, hace veinte años, esta ley infame fue confirmada por un plebiscito popular. Algunos de los impulsores de aquel plebiscito estamos reincidiendo ahora, y a mucha honra: perdimos, por muy poco pero perdimos, y no nos arrepentimos. Creemos que aquella derrota nuestra fue en gran medida dictada por el miedo, un bombardeo publicitario que identificaba a la justicia con la venganza y anunciaba el apocalipsis, larga sombra de la dictadura que no quería irse; y creemos que nuestro país ha demostrado, en estos primeros años de gobierno del Frente Amplio, que ya no es aquel país que el miedo paralizaba.
Eso creemos, digo, y ojalá no me equivoque. Ojalá triunfe el sentido común. El sentido común nos dice que la impunidad estimula al delincuente. El golpe de Estado en Honduras no ha hecho más que confirmarlo. ¿Quién puede sorprenderse de que los militares hondureños hayan hecho lo que han venido haciendo desde hace muchos años, con el entrenamiento del Pentágono y el visto bueno de la Casa Blanca?La lucha contra la impunidad, impunidad de los poderes y los “poderitos”, se está desarrollando en los cuatro puntos cardinales del mundo.
Ojalá nosotros podamos contribuir a desenmascarar a los defensores de la impunidad, que hipócritamente ponen el grito en el cielo ante la inseguridad pública, aunque bien saben que los ladrones de gallinas y los navajeros de barrio son buenos alumnos de los banqueros y los generales recompensados por sus hazañas criminales.
Ojalá el próximo domingo confirme nuestra fe en una democracia sin coronitas, ni las coronitas del uniforme militar, ni las coronitas del dinero. Ojalá podamos envolver esta ley en papel celofán, en un paquete bien atado, con moña y todo, para enviársela de regalo a Silvio Berlusconi. Este gran mago de la impunidad universal, que ha atravesado más de sesenta procesos y no conoce la cárcel ni siquiera de visita, nos agradecerá el obsequio y seguramente sabrá encontrarle alguna utilidad.
Ojalá.Lo único seguro es que, pase lo que pase, la historia continuará, y continuará el incesante combate entre la libertad y el miedo. Yo suelo invocar una palabra, una palabra mágica, una palabra abrepuertas, que es, quizá, la más universal de todas. Es la palabra abracadabra, que en hebreo antiguo significa: Envía tu fuego hasta el final. A modo de homenaje a todos los fuegos caminantes, que van abriendo puertas por los caminos del mundo, la repito ahora:Caminantes de la justicia,portadores del fuego sagrado, ¡abracadabra, compañeros!
viernes, 23 de octubre de 2009
"Me casé con Wikipedia" escribe Umberto Eco
¿Hasta que punto es confiable la enciclopedia on-line?
A estas alturas, todos nosotros, cuando trabajamos y tenemos necesidad de controlar un nombre o una fecha, consultamos Wikipedia en Internet. Recuerdo que Wikipedia es una enciclopedia on-line cuyos usuarios la escriben y reescriben continuamente. Es decir, que si ustedes buscan la entrada, qué se yo,
“Napoleón”, y ven que una noticia resulta incompleta o es incorrecta, pueden registrarse, corregirla, y la entrada se salva así, con sus integraciones.
Naturalmente, esto permitiría a los malintencionados o a los locos difundir noticias falsas, pero la garantía debería darla precisamente el hecho de que el control lo realizan millones de usuarios. Si un malintencionado va a corregir que Napoleón no murió en Santa Elena sino en Santo Domingo, de repente millones de bienintencionados deberían intervenir para corregir la corrección ilícita (y además creo que, tras algunas acciones legales de personas que se habían visto calumniadas por desconocidos, existe una especie de redacción que ejerce algún control, por lo menos, sobre el tipo de correcciones que se presentan como claramente difamatorias). En ese sentido, Wikipedia sería un buen ejemplo de lo que Charles Sanders Peirce denominaba la Comunidad (científica), la cual por una especie de feliz homeostasis borra los errores y da legitimidad a los nuevos descubrimientos llevando hacia delante, como decía él, la antorcha de la verdad.
Si es posible que este control colectivo funcione con Napoleón, ¿podrá funcionar con un John Smith cualquiera? Pongamos el ejemplo de una persona un poco más conocida que John Smith y menos que Napoleón, es decir, quien escribe. Al principio, intervine para corregir la entrada que me concernía porque indicaba fechas equivocadas o noticias falsas (por ejemplo, decía que era el primero de trece hermanos, mientras que la noticia debía referirse a mi padre). Luego dejé de hacerlo, porque cada vez que por curiosidad volvía a ver mi entrada, encontraba nuevas amenidades introducidas por quién sabe quién. Ahora algunos amigos me han advertido de que la Wikipedia dice que me he casado con la hija de mi editor Valentino Bompiani. La noticia no es en absoluto difamatoria, pero por si acaso lo resultara para mis queridas amigas Ginevra y Emanuela, he intervenido para eliminarla.
Entonces, ¿hasta qué punto nos podemos fiar de Wikipedia? Digo enseguida que yo me fío porque la uso con la técnica del estudioso de profesión: consulto Wikipedia sobre un determinado argumento y luego voy a comparar con otras dos o tres páginas web: si la noticia aparece tres veces, hay buenas probabilidades de que sea verdadera (aunque hay que prestar atención a que los sitios que consulto no sean parásitos de Wikipedia, y repitan su error).
Otra forma es consultar la entrada en por lo menos dos lenguas.
Claro, que yo he puesto el ejemplo de un estudioso que ha aprendido un poco cómo se trabaja cotejando las fuentes entre sí. ¿Y los demás? ¿los que se fían? ¿los niños que acuden a Wikipedia para hacer los deberes del colegio?
Nótese que el problema es válido también para cualquier otro sitio web, de modo que desde hace bastante tiempo, yo aconsejo realizar, también a grupos de jóvenes, un centro de monitorización de Internet, con un comité formado por expertos seguros, tema por tema, de forma que las páginas sean reseñadas (o en línea o con un publicación impresa) y juzgadas por lo que concierne a su credibilidad e integridad. Pero pongamos inmediatamente un ejemplo, y no busquemos el nombre de un personaje histórico como Napoleón (para el que Google me da 2.190.000 sitios), sino el de un joven escritor que es famoso desde hace un año, y es decir, desde que ganó el premio Strega 2008, Paolo Giordano, autor de La soledad de los números primos. Las páginas son 522 mil. ¿Cómo es posible verificarlas a todas?
Una solución sería controlar únicamente los sitios concernientes a un autor sobre el que los estudiantes buscasen informaciones a menudo. Pero si tomamos a Peirce, que he citado más arriba, las páginas que lo toman en consideración son 734 mil.
He aquí un buen problema que, por ahora, todavía no tiene solución.
Umberto Eco
A estas alturas, todos nosotros, cuando trabajamos y tenemos necesidad de controlar un nombre o una fecha, consultamos Wikipedia en Internet. Recuerdo que Wikipedia es una enciclopedia on-line cuyos usuarios la escriben y reescriben continuamente. Es decir, que si ustedes buscan la entrada, qué se yo,
“Napoleón”, y ven que una noticia resulta incompleta o es incorrecta, pueden registrarse, corregirla, y la entrada se salva así, con sus integraciones.
Naturalmente, esto permitiría a los malintencionados o a los locos difundir noticias falsas, pero la garantía debería darla precisamente el hecho de que el control lo realizan millones de usuarios. Si un malintencionado va a corregir que Napoleón no murió en Santa Elena sino en Santo Domingo, de repente millones de bienintencionados deberían intervenir para corregir la corrección ilícita (y además creo que, tras algunas acciones legales de personas que se habían visto calumniadas por desconocidos, existe una especie de redacción que ejerce algún control, por lo menos, sobre el tipo de correcciones que se presentan como claramente difamatorias). En ese sentido, Wikipedia sería un buen ejemplo de lo que Charles Sanders Peirce denominaba la Comunidad (científica), la cual por una especie de feliz homeostasis borra los errores y da legitimidad a los nuevos descubrimientos llevando hacia delante, como decía él, la antorcha de la verdad.
Si es posible que este control colectivo funcione con Napoleón, ¿podrá funcionar con un John Smith cualquiera? Pongamos el ejemplo de una persona un poco más conocida que John Smith y menos que Napoleón, es decir, quien escribe. Al principio, intervine para corregir la entrada que me concernía porque indicaba fechas equivocadas o noticias falsas (por ejemplo, decía que era el primero de trece hermanos, mientras que la noticia debía referirse a mi padre). Luego dejé de hacerlo, porque cada vez que por curiosidad volvía a ver mi entrada, encontraba nuevas amenidades introducidas por quién sabe quién. Ahora algunos amigos me han advertido de que la Wikipedia dice que me he casado con la hija de mi editor Valentino Bompiani. La noticia no es en absoluto difamatoria, pero por si acaso lo resultara para mis queridas amigas Ginevra y Emanuela, he intervenido para eliminarla.
Entonces, ¿hasta qué punto nos podemos fiar de Wikipedia? Digo enseguida que yo me fío porque la uso con la técnica del estudioso de profesión: consulto Wikipedia sobre un determinado argumento y luego voy a comparar con otras dos o tres páginas web: si la noticia aparece tres veces, hay buenas probabilidades de que sea verdadera (aunque hay que prestar atención a que los sitios que consulto no sean parásitos de Wikipedia, y repitan su error).
Otra forma es consultar la entrada en por lo menos dos lenguas.
Claro, que yo he puesto el ejemplo de un estudioso que ha aprendido un poco cómo se trabaja cotejando las fuentes entre sí. ¿Y los demás? ¿los que se fían? ¿los niños que acuden a Wikipedia para hacer los deberes del colegio?
Nótese que el problema es válido también para cualquier otro sitio web, de modo que desde hace bastante tiempo, yo aconsejo realizar, también a grupos de jóvenes, un centro de monitorización de Internet, con un comité formado por expertos seguros, tema por tema, de forma que las páginas sean reseñadas (o en línea o con un publicación impresa) y juzgadas por lo que concierne a su credibilidad e integridad. Pero pongamos inmediatamente un ejemplo, y no busquemos el nombre de un personaje histórico como Napoleón (para el que Google me da 2.190.000 sitios), sino el de un joven escritor que es famoso desde hace un año, y es decir, desde que ganó el premio Strega 2008, Paolo Giordano, autor de La soledad de los números primos. Las páginas son 522 mil. ¿Cómo es posible verificarlas a todas?
Una solución sería controlar únicamente los sitios concernientes a un autor sobre el que los estudiantes buscasen informaciones a menudo. Pero si tomamos a Peirce, que he citado más arriba, las páginas que lo toman en consideración son 734 mil.
He aquí un buen problema que, por ahora, todavía no tiene solución.
Umberto Eco
La cuarta guerra Calchaquí está cerca
Al genocidio al que fueron sometidos los pueblos originarios con la invasión territorial y la guerra de la conquista, hoy se le agrega el etnocidio del que son objeto para usurpar sus tierras y explotar indiscriminadamente sus recursos.
En 1665 la comunidad Quilmes de los pueblos diaguitas que habitaban Tucumán fueron trasladados caminando hacia Córdoba y Buenos Aires. Llegaron vivas doscientas familias y fueron enclavadas en la actual localidad de Quilmes. En ese entonces buscaban desalojarlos de las tierras fértiles aptas para el cultivo.
Hoy los intereses son otros: pasa por las regiones montañosas aptas para la explotación de los recursos mineros, y aunque el marco legal dejó de ser el derecho colonial y las leyes nacionales amparan sus derechos sobre la tierra, las formas de desalojo persiguen el genocidio.
El 12 de octubre pasado, en la localidad de Chusca, Tucumán, en un desalojo de tierra de la comunidad diaguita fue asesinado a balazos Javier Chocobar y heridos gravemente Andrés y Emilio Mamani, miembros de la comunidad indígena de Chuchagasta. Los agresores, Darío El Turco Amin –que dice ser propietario de las tierras en disputa– y los ex policías José Valdivieso y Luis Humberto Gómez, fueron detenidos en la escena del crimen. Gómez integró el servicio de Inteligencia de la provincia durante la última dictadura militar. Es especialista en balística y cuñado del jefe de comisarios de Tucumán. Los disparos realizados por Gómez impactaron en la región abdominal de sus víctimas.
Al oeste de los Valles Calchaquíes, entre los ríos Chuscha y Huasamayo, vive esta comunidad diaguita-calchaquí. La región se caracteriza por la concentración de piedras lajas. Desde 2000 la comunidad posee personería jurídica, al igual que las restantes 17 comunidades indígenas originarias en Tucumán. Y se encuentran reconocidas por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai). El gobierno provincial ha otorgado una autorización de explotación a Amin, sin previa consulta a la comunidad como lo establece la ley. Debido a los reiterados intentos de ingreso a la región por parte de Amin y sus secuaces, 26 días antes del hecho la comunidad había colocado un portón con candado en el lugar, que vigilaba celosamente.
Ese día a las 18.30 Amin, Gómez y Valdivieso llegaron en una camioneta 4x4. Decían ser los dueños del lugar y comenzaron a tomar fotos. Se produjo una discusión en la que Gómez empujó a Andrés Mamani, y sacó su pistola y comenzó a disparar. Los comuneros lograron desarmarlo, pero Amin, también armado, comenzó a disparar. Hirió de muerte a Chocobar y de gravedad a Andrés y Emilio.
Los tres agresores se encuentran detenidos y se negaron a declarar. En la escena del crimen se secuestraron tres armas de fuego. Los comuneros heridos se encuentran internados. Andrés Mamani está en grave estado. A los restantes comuneros presentes en la escena se les tomó declaración en la comisaría de Chamorro, una localidad próxima.
Los reclamos de tierra por parte de particulares se vienen sucediendo a lo largo los últimos años. Pero se han intensificado desde marzo del 2008. Es que en ese momento la comunidad diaguita tomó posesión de Ciudad Sagrada Quilmes, anteriormente en manos del ente de turismo provincial. Luego de que la comunidad interceptara y mantuviera retenidos camiones de la minera Bajo la Alumbrera, en agosto de 2008, los incidentes de desalojo se han vuelto permanentes. También se han intensificado las detenciones de miembros de la comunidad, con causas de agresión fraguadas. Ejemplo de ello son los hechos de enero de 2008 en la comunidad del Pichao: el comunero Sergio Condolí fue detenido durante 16 días sin tener antecedentes legales. Lo acusaron de agredir con un arma blanca a un supuesto dueño de la tierra comunitaria. Pero no se le encontró ningún arma. Testigos señalaron que la agresión no existió. A pesar de ello, la comunidad continúa avanzando en la ocupación de tierras comunitarias, de las que son sistemáticamente desalojados con órdenes judiciales acompañadas por la Policía y la Gendarmería.
Los dueños de la tierra.
La antigua elite terrateniente de Tucumán ha ido heredando la tierra y copando los cargos del poder judicial, en muchos casos ex funcionarios de la dictadura. Utilizan mecanismos pseudojudiciales para librar órdenes de desalojo. La Constitución Nacional en su artículo 75 establece la devolución de las tierras comunitarias a las comunidades originarias en el territorio argentino. Actualmente son 36. Sin embargo, la ley de relevamiento territorial que posibilita su efectiva aplicación tiene aprobación parlamentaria, pero no presupuestaria. Así se obstaculiza la entrega efectiva de las tierras a las comunidades. La ley, además, establece la suspensión de todos los juicios de particulares que comprometan la entrega de tierras.
Sin embargo, lo que parece suspendido en Tucumán es la vigencia del derecho, donde se procede a desalojos en forma ilegal con órdenes judiciales que desconocen el derecho vigente provincial, nacional e internacional, cometiendo delitos de lesa humanidad. La Argentina adhirió a la declaración de la ONU sobre derechos de pueblos indígenas, los convenios 107 y 169 de la OIT relativos a la protección e integración de los pueblos indígenas, y posee reglamentaciones a nivel nacional a través de diversas leyes sobre política indígena y apoyo a sus comunidades, que en la provincia de Tucumán parecen no tener vigencia. La ley provincial 5.778 de adhesión a la ley nacional 23.302 de política indígena y apoyo a las comunidades indígenas es la única concesión legal que el Estado provincial ha hecho al derecho indígena.
Estos pueblos comparten la misma problemática de los pueblos indígenas del país y de América: la falta de reconocimiento de la posesión de la tierra comunitaria y el manejo indiscriminado de los recursos naturales de sus tierras por parte de particulares y empresas multinacionales.
El ejercicio de la justicia en Tucumán es circunstancial y provisional. Todos los jueces que se encuentran actualmente en funciones tienen carácter de suplentes, ya sea por renuncia “voluntaria” o alejamiento de sus cargos en relación con sumarios, ninguno de ellos detenta la titularidad en el cargo. En tanto no se haga efectiva la ley 26.160 de relevamiento territorial indígena, las “campañas al desierto” continuarán, los delitos de lesa humanidad continuarán y el etnocidio seguirá su curso. Los líderes de la Unión de Pueblos Diaguitas han declarado encontrase en “la cuarta guerra calchaquí”.
Fuente: Miradas al Sur
En 1665 la comunidad Quilmes de los pueblos diaguitas que habitaban Tucumán fueron trasladados caminando hacia Córdoba y Buenos Aires. Llegaron vivas doscientas familias y fueron enclavadas en la actual localidad de Quilmes. En ese entonces buscaban desalojarlos de las tierras fértiles aptas para el cultivo.
Hoy los intereses son otros: pasa por las regiones montañosas aptas para la explotación de los recursos mineros, y aunque el marco legal dejó de ser el derecho colonial y las leyes nacionales amparan sus derechos sobre la tierra, las formas de desalojo persiguen el genocidio.
El 12 de octubre pasado, en la localidad de Chusca, Tucumán, en un desalojo de tierra de la comunidad diaguita fue asesinado a balazos Javier Chocobar y heridos gravemente Andrés y Emilio Mamani, miembros de la comunidad indígena de Chuchagasta. Los agresores, Darío El Turco Amin –que dice ser propietario de las tierras en disputa– y los ex policías José Valdivieso y Luis Humberto Gómez, fueron detenidos en la escena del crimen. Gómez integró el servicio de Inteligencia de la provincia durante la última dictadura militar. Es especialista en balística y cuñado del jefe de comisarios de Tucumán. Los disparos realizados por Gómez impactaron en la región abdominal de sus víctimas.
Al oeste de los Valles Calchaquíes, entre los ríos Chuscha y Huasamayo, vive esta comunidad diaguita-calchaquí. La región se caracteriza por la concentración de piedras lajas. Desde 2000 la comunidad posee personería jurídica, al igual que las restantes 17 comunidades indígenas originarias en Tucumán. Y se encuentran reconocidas por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (Inai). El gobierno provincial ha otorgado una autorización de explotación a Amin, sin previa consulta a la comunidad como lo establece la ley. Debido a los reiterados intentos de ingreso a la región por parte de Amin y sus secuaces, 26 días antes del hecho la comunidad había colocado un portón con candado en el lugar, que vigilaba celosamente.
Ese día a las 18.30 Amin, Gómez y Valdivieso llegaron en una camioneta 4x4. Decían ser los dueños del lugar y comenzaron a tomar fotos. Se produjo una discusión en la que Gómez empujó a Andrés Mamani, y sacó su pistola y comenzó a disparar. Los comuneros lograron desarmarlo, pero Amin, también armado, comenzó a disparar. Hirió de muerte a Chocobar y de gravedad a Andrés y Emilio.
Los tres agresores se encuentran detenidos y se negaron a declarar. En la escena del crimen se secuestraron tres armas de fuego. Los comuneros heridos se encuentran internados. Andrés Mamani está en grave estado. A los restantes comuneros presentes en la escena se les tomó declaración en la comisaría de Chamorro, una localidad próxima.
Los reclamos de tierra por parte de particulares se vienen sucediendo a lo largo los últimos años. Pero se han intensificado desde marzo del 2008. Es que en ese momento la comunidad diaguita tomó posesión de Ciudad Sagrada Quilmes, anteriormente en manos del ente de turismo provincial. Luego de que la comunidad interceptara y mantuviera retenidos camiones de la minera Bajo la Alumbrera, en agosto de 2008, los incidentes de desalojo se han vuelto permanentes. También se han intensificado las detenciones de miembros de la comunidad, con causas de agresión fraguadas. Ejemplo de ello son los hechos de enero de 2008 en la comunidad del Pichao: el comunero Sergio Condolí fue detenido durante 16 días sin tener antecedentes legales. Lo acusaron de agredir con un arma blanca a un supuesto dueño de la tierra comunitaria. Pero no se le encontró ningún arma. Testigos señalaron que la agresión no existió. A pesar de ello, la comunidad continúa avanzando en la ocupación de tierras comunitarias, de las que son sistemáticamente desalojados con órdenes judiciales acompañadas por la Policía y la Gendarmería.
Los dueños de la tierra.
La antigua elite terrateniente de Tucumán ha ido heredando la tierra y copando los cargos del poder judicial, en muchos casos ex funcionarios de la dictadura. Utilizan mecanismos pseudojudiciales para librar órdenes de desalojo. La Constitución Nacional en su artículo 75 establece la devolución de las tierras comunitarias a las comunidades originarias en el territorio argentino. Actualmente son 36. Sin embargo, la ley de relevamiento territorial que posibilita su efectiva aplicación tiene aprobación parlamentaria, pero no presupuestaria. Así se obstaculiza la entrega efectiva de las tierras a las comunidades. La ley, además, establece la suspensión de todos los juicios de particulares que comprometan la entrega de tierras.
Sin embargo, lo que parece suspendido en Tucumán es la vigencia del derecho, donde se procede a desalojos en forma ilegal con órdenes judiciales que desconocen el derecho vigente provincial, nacional e internacional, cometiendo delitos de lesa humanidad. La Argentina adhirió a la declaración de la ONU sobre derechos de pueblos indígenas, los convenios 107 y 169 de la OIT relativos a la protección e integración de los pueblos indígenas, y posee reglamentaciones a nivel nacional a través de diversas leyes sobre política indígena y apoyo a sus comunidades, que en la provincia de Tucumán parecen no tener vigencia. La ley provincial 5.778 de adhesión a la ley nacional 23.302 de política indígena y apoyo a las comunidades indígenas es la única concesión legal que el Estado provincial ha hecho al derecho indígena.
Estos pueblos comparten la misma problemática de los pueblos indígenas del país y de América: la falta de reconocimiento de la posesión de la tierra comunitaria y el manejo indiscriminado de los recursos naturales de sus tierras por parte de particulares y empresas multinacionales.
El ejercicio de la justicia en Tucumán es circunstancial y provisional. Todos los jueces que se encuentran actualmente en funciones tienen carácter de suplentes, ya sea por renuncia “voluntaria” o alejamiento de sus cargos en relación con sumarios, ninguno de ellos detenta la titularidad en el cargo. En tanto no se haga efectiva la ley 26.160 de relevamiento territorial indígena, las “campañas al desierto” continuarán, los delitos de lesa humanidad continuarán y el etnocidio seguirá su curso. Los líderes de la Unión de Pueblos Diaguitas han declarado encontrase en “la cuarta guerra calchaquí”.
Fuente: Miradas al Sur
Aseguran que las mujeres ganan el 17% menos en Latinoaméruca
Lo reveló un estudio del BID, realizado en 18 países. Según el informe, la diferencia se debe a la maternidad y a cuestiones de discrimanción. Brasil es el país con mayor brecha salarial por género.
Un nuevo estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 18 países de Latinoamérica reveló que las mujeres ganan un 17% menos que los hombres que están en sus mismas condiciones.
Además, según el estudio, las personas de ascendencia africana e indígena tienen ingresos 28% inferiores que sus pares blancos. De acuerdo a lo arrojado en el informe, las desigualdades se deben, en gran parte, a la maternidad y a cuestiones de discriminación.
Según el análisis, en el que se compararon grupos de 18 países con los mismos niveles de educación y edades, la desigualdad de género persiste aún cuando las mujeres son más educadas que los hombres. Y agregó, que sólo aquellas de zonas rurales ganan en promedio salarios similares a sus compañeros de trabajo masculinos.
El país con mayor brecha salarial por género es Brasil, sostiene el informe, mientras que en Bolivia y Guatemala las diferencias son pocas. En cuanto a desigualdad salarial por etnicidad, Brasil también tiene la mayor brecha, de un 30%; mientras que Ecuador tiene la menor, con un 4%.
Respecto a los factores que aumentan la brecha salarial entre hombres y mujeres figuran la maternidad, ya que las personas de sexo femenino tienen que cuidar a sus hijos y "abstenerse del mercado laboral cuando dan a luz". También, el informe señala que la discriminación hacia el género podría ser otro factor.
Sin embargo, "los resultados contradicen la noción tradicional de que las brechas salariales entre géneros se dan más por discriminación por parte de los empleadores'', aclara el estudio, ya que la misma podría explicar parte de la desigualdad salarial por raza, agrega el análisis.
"Las brechas salariales por origen étnico están vinculadas a una segregación ocupacional, en la medida en que las minorías se encuentran subrepresentadas en ocupaciones de empleadores, donde los salarios son mayores'', dijo Hugo Ñopo, autor principal del estudio y economista del BID. Y agregó: "Al igual que en la brecha de género, es difícil, por ejemplo, encontrar minorías empleadas con el perfil típico de un gerente general''.
Los países incluidos en el análisis de género fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, El Salvador, Venezuela y Uruguay.
El estudio explicó que sólo analizó la brecha salarial por raza en Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú, ya que sólo esos países tenían información étnica disponible.
Fuente: AP
Un nuevo estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 18 países de Latinoamérica reveló que las mujeres ganan un 17% menos que los hombres que están en sus mismas condiciones.
Además, según el estudio, las personas de ascendencia africana e indígena tienen ingresos 28% inferiores que sus pares blancos. De acuerdo a lo arrojado en el informe, las desigualdades se deben, en gran parte, a la maternidad y a cuestiones de discriminación.
Según el análisis, en el que se compararon grupos de 18 países con los mismos niveles de educación y edades, la desigualdad de género persiste aún cuando las mujeres son más educadas que los hombres. Y agregó, que sólo aquellas de zonas rurales ganan en promedio salarios similares a sus compañeros de trabajo masculinos.
El país con mayor brecha salarial por género es Brasil, sostiene el informe, mientras que en Bolivia y Guatemala las diferencias son pocas. En cuanto a desigualdad salarial por etnicidad, Brasil también tiene la mayor brecha, de un 30%; mientras que Ecuador tiene la menor, con un 4%.
Respecto a los factores que aumentan la brecha salarial entre hombres y mujeres figuran la maternidad, ya que las personas de sexo femenino tienen que cuidar a sus hijos y "abstenerse del mercado laboral cuando dan a luz". También, el informe señala que la discriminación hacia el género podría ser otro factor.
Sin embargo, "los resultados contradicen la noción tradicional de que las brechas salariales entre géneros se dan más por discriminación por parte de los empleadores'', aclara el estudio, ya que la misma podría explicar parte de la desigualdad salarial por raza, agrega el análisis.
"Las brechas salariales por origen étnico están vinculadas a una segregación ocupacional, en la medida en que las minorías se encuentran subrepresentadas en ocupaciones de empleadores, donde los salarios son mayores'', dijo Hugo Ñopo, autor principal del estudio y economista del BID. Y agregó: "Al igual que en la brecha de género, es difícil, por ejemplo, encontrar minorías empleadas con el perfil típico de un gerente general''.
Los países incluidos en el análisis de género fueron Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, El Salvador, Venezuela y Uruguay.
El estudio explicó que sólo analizó la brecha salarial por raza en Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Guatemala, Paraguay y Perú, ya que sólo esos países tenían información étnica disponible.
Fuente: AP
“La Doce. Historia de la barra brava de Boca”
El último libro de Gustavo Grabia, el mayor especialista argentino en temas de violencia en el fútbol, donde se relatan increíbles hechos que suceden en la “barra brava” del equipo de fútbol con más simpatizantes de Argentina.
Ezequiel Fernández Moores analiza el libro. Mil y una son las historias que hilvanan el mito de la barra brava más fiera de la Argentina, y casi todas presentan los mismos signos: violencia, lucha por el poder y un asombroso nivel de impunidad. Bienvenidos al paravalanchas VIP de La Bombonera, reino exclusivo de la Doce, brazo armado de la hinchada de Boca Juniors.
Ezequiel Fernández Moores analiza el libro. Mil y una son las historias que hilvanan el mito de la barra brava más fiera de la Argentina, y casi todas presentan los mismos signos: violencia, lucha por el poder y un asombroso nivel de impunidad. Bienvenidos al paravalanchas VIP de La Bombonera, reino exclusivo de la Doce, brazo armado de la hinchada de Boca Juniors.
Aquí encontrarán, como en una trepidante película de aventuras o una buena saga mafiosa, tiros, líos, corridas, muertos, heridos, botines fabulosos, traiciones, arreglos espurios con la ley y el poder político, amén de otros condimentos de esos que hacen a un buen relato.
Sólo que, como muchas veces sucede en el cine, antes de dar comienzo a la función es necesario colocar el correspondiente letrero de advertencia: Lo que van a leer a continuación está basado en hechos reales Desde el primer muerto en el fútbol debido a un hincha argentino, crimen perpetrado en Uruguay en 1924 y firmado por un proto-barra xeneize, hasta las regencias modernas de Quique el Carnicero, El Abuelo y Rafa Di Zeo, Gustavo Grabia repasa en La Doce, con un nivel de documentación y detalle extraordinario, la larga y triste (aunque por momentos parezca divertida) historia de la barra brava de Boca. Aquí están, estos son, entonces, sus crímenes, sus negociados, sus luchas internas, sus más famosas batallas y sus constantes burlas a la Justicia.
Socios de la violencia
"Quique el Carnicero" fue hombre de Alberto J. Armando en los años 60; "el Abuelo" José Barritta fue el favorito de Carlos Bilardo; "el Rafa" Di Zeo fue rey durante la gestión de Mauricio Macri, y Mauro Martín, líder actual, negoció este año en la Casa Rosada una bandera kirchnerista contra el Grupo Clarín. Cuando La 12 ingrese este domingo al Monumental, sin pagar entrada, por supuesto, entrará también con ella una larga historia de violencia, conexiones políticas e impunidad. Lo cuenta La Doce. La verdadera historia de la barra brava de Boca. El libro del periodista Gustavo Grabia, que a dos semanas de su salida anuncia ya una segunda edición, es un documento de lectura obligatoria para entender no sólo el mundo de los barras. Es una radiografía devastadora sobre un pacto con los violentos que sale de los estadios y llega a jefaturas policiales, partidos políticos, sindicatos, estrados judiciales y despachos oficiales.
"Lo que más me impresionó es la impunidad", me dice Grabia, de 38 años, periodista de Olé y de Radio Mitre, y que ya no está más en TyC Sports, acaso porque el canal era socio en el negocio del fútbol y no quería arruinar su relación con la dirigencia de los clubes y de la AFA. Grabia escribe, por ejemplo, sobre el casamiento del "Rafa" Di Zeo con Soledad Spinetto, secretaria privada de Felipe Solá cuando éste era gobernador bonaerense. Di Zeo ya tenía una condena judicial y otra causa abierta por asociación ilícita. Pero a la fiesta en la quinta Los Galpones, de Benavídez, asistió, entre otros funcionarios, Raúl Rivara, ministro de Obras Públicas, primero, y secretario de Seguridad, después, en tiempos de Solá. También estuvo allí Carlos Stornelli, por entonces fiscal y ministro de Seguridad bonaerense de Daniel Scioli. Funcionarios de peso cuando Di Zeo era primero un prófugo de la Justicia. Y cuando cumple hoy prisión en Ezeiza. Era una cárcel a medida, como lo desnudó un allanamiento reciente, que, según diversas crónicas, descubrió tecnología de punta, dólares y mujeres (prostitutas según una versión, familiares según otra). El pabellón, se cuenta, estaba todo pintado de azul y oro, con el escudo de Boca incluido.
Otro dato llamativo que cuenta el libro publicado por Sudamericana es el vínculo entre barras y jefes policiales de la comisaría 24a, con jurisdicción en La Boca. Vigilados y vigilantes comparten los mismos abogados. Juan Cerolini, por ejemplo, fue abogado de Di Zeo y de los barras Alejandro Falcigno y Tyson Ibáñez. También lo fue del comisario de la 24a Eduardo Meta. La 12 llegó a tener como abogado al letrado del traficante de armas Monzer Al Kassar. Pero más interesante es aún el caso de Marcelo Rochetti, que también fue abogado de Di Zeo y protegió, además, a Cayetano Grecco, otro ex titular de la comisaría 24a. Ahora es jefe de Seguridad de la Legislatura porteña, designado por la gestión de Macri. Allí mismo había ingresado en 1989 como empleado de seguridad Santiago Lancry (legajo municipal 9036), otro personaje clave de La 12, uno de cuyos miembros fue detenido en 1994, imputado en una causa por tráfico de estupefacientes dentro del entonces Concejo Deliberante. El protector de Lancry, cuenta Grabia, fue Enrique "Coti" Nosiglia, radical como Carlos Bello. Ya fallecido, Bello era a su vez el diputado amigo de Barritta, líder de la barra de Boca hasta que fue destronado por Di Zeo. El "Rafa" también fue miembro de la planta de trabajadores de la municipalidad, con ficha 33.928, categoría E01, en el sector Alumbrado de Servicios Públicos, hasta su caída en desgracia. No es lo único. El libro cuenta que todas las banderas exhibidas por La 12 eran pagas y cita las que nombraban, entre otros, a Antonio Cafiero, Saúl Ubaldini, Erman González y Carlos Menem, quien además agradeció la mención pagando un viaje a Anillaco al "Rafa" Di Zeo y a sus lugartenientes. Años antes, Aldo Rico, entonces con la cara pintada, había recibido a Barritta en la quinta Los Fresnos.
¿Cuándo comenzó todo? Grabia nos recuerda a "Pepino el Camorrero", "un protegido del arquero Américo Tesorieri" y sospechado del asesinato del hincha uruguayo Pedro Demby en 1924. Al año siguiente, el periodista Pablo Rojas Paz dio origen al apodo al escribir en Crítica sobre "El Jugador Número Doce", un homenaje al hincha Victoriano Caffarena. El apodo lo hizo valer en los 60 Enrique Ocampo, "Quique el Carnicero", hombre del entonces presidente Alberto J. Armando y del entrenador Juan Carlos "Toto" Lorenzo y que ya exigía entradas y viajes e ingresaba incluso a reuniones de la comisión directiva. Con revólver irrumpió en esas reuniones "el Abuelo" cuando tomó el poder, en 1981. Se presentó armado también ante el plantel, en plena concentración de La Candela, apagando luces y apretando jugadores. La gestión Antonio Alegre-Carlos Heller lo enfrentó primero, pero terminó pactando entradas, viajes al Mundial, homenajes dentro de la Bombonera y casamiento en el club. Barritta, "un hombre de bien y pacífico", según lo describió Bilardo ante los jueces, llegó a abrir una Fundación para blanquear el dinero obtenido mediante extorsiones.
La imagen de Di Zeo creció durante la gestión de Macri. "Nunca trabajó para erradicar a la barra, todo lo que vi es lo contrario", explica Grabia sobre el actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Según el libro, La 12 tuvo de todo: aviones pagos a Chile, Japón o donde Boca jugara. Hoteles con el plantel. Molinetes libres en la Bombonera, entradas para reventa y visitas a las filiales para llevar a jugadores del club. La 12 podía, además, lo que ningún otro socio: jugar picados en Casa Amarilla, donde se entrena la primera. Una vez se dirimió allí una pelea interna a balazos. Grabia reproduce la carta indignada que enviaron a Macri los socios que disfrutaban de la piscina y se encontraron en medio del silenciado desastre. Los opositores políticos de Macri quisieron sacar tajada dividiendo a la barra. Boca amagó poner freno a las dádivas, pero ya era tarde. La 12, inevitable, recurrió a la extorsión. Grabia describe, entre otras, la lucha del ex juez Mariano Bergés, uno de los tantos funcionarios que investigaron con decisión a la brava de Boca. Otros, en cambio, cuenta el libro, con nombre y apellido, dejaron causas en los cajones. Grabia menciona los nombres de jugadores y entrenadores que aceptaron los reclamos de La 12, con algunas excepciones, como Carlos Bianchi, Jorge Rinaldi y Guillermo Barros Schelotto. El ascenso al poder de "Quique", "el Abuelo", "el Rafa", Mauro y del que venga se logró siempre con sangre. A puños, balazos y cuchillos. La descripción de algunas batallas es notable, incluyendo emboscadas, trampas y vendettas, además de escandalosos acuerdos con la policía para liberar zonas, dirimir internas y anular pruebas. Grabia entrevistó a barras, abogados y dirigentes. Se acercó para obtener información. Y se alejó para escribirla, en línea con otros dos formidables periodistas que investigaron el fenómeno de la violencia, Amílcar Romero y su célebre Muerte en la cancha, de 1986, y Gustavo Veiga (Donde manda la patota, 1998). Sudamericana exagera al promocionar a La Doce como "el libro más peligroso del año". Pero me consta que otra editorial se negó a publicarlo, asustada por su contenido.
Los Boca-River dejaron marcas en La 12. Los asesinatos en 1994 de Angel Delgado y Walter Vallejos provocaron la caída de "el Abuelo". Hubo recordadas batallas en Buenos Aires, Mar del Plata y Mendoza. Di Zeo, igual que "el Abuelo", se sintió impune y hoy está preso. "Pero esto no se va a terminar nunca", le dice a Grabia, "porque esto es una escuela. Es herencia, herencia y herencia". El sucesor Martín, líder el domingo próximo en el Monumental, dirime peleas internas de modo cada vez más violento. Las últimas batallas incluyeron madres encañonadas y hermanos secuestrados. Porque además de "herencia" también hay "negocios". En el último Boca-River, las dos barras olvidaron odios y exhibieron banderas comunes contra el Grupo Clarín. Y los acuerdos, según contó a Grabia un testigo de las reuniones, fueron hechos en una oficina de la propia Casa de Gobierno.
Ezequiel Fernández Moores
Sólo que, como muchas veces sucede en el cine, antes de dar comienzo a la función es necesario colocar el correspondiente letrero de advertencia: Lo que van a leer a continuación está basado en hechos reales Desde el primer muerto en el fútbol debido a un hincha argentino, crimen perpetrado en Uruguay en 1924 y firmado por un proto-barra xeneize, hasta las regencias modernas de Quique el Carnicero, El Abuelo y Rafa Di Zeo, Gustavo Grabia repasa en La Doce, con un nivel de documentación y detalle extraordinario, la larga y triste (aunque por momentos parezca divertida) historia de la barra brava de Boca. Aquí están, estos son, entonces, sus crímenes, sus negociados, sus luchas internas, sus más famosas batallas y sus constantes burlas a la Justicia.
Socios de la violencia
"Quique el Carnicero" fue hombre de Alberto J. Armando en los años 60; "el Abuelo" José Barritta fue el favorito de Carlos Bilardo; "el Rafa" Di Zeo fue rey durante la gestión de Mauricio Macri, y Mauro Martín, líder actual, negoció este año en la Casa Rosada una bandera kirchnerista contra el Grupo Clarín. Cuando La 12 ingrese este domingo al Monumental, sin pagar entrada, por supuesto, entrará también con ella una larga historia de violencia, conexiones políticas e impunidad. Lo cuenta La Doce. La verdadera historia de la barra brava de Boca. El libro del periodista Gustavo Grabia, que a dos semanas de su salida anuncia ya una segunda edición, es un documento de lectura obligatoria para entender no sólo el mundo de los barras. Es una radiografía devastadora sobre un pacto con los violentos que sale de los estadios y llega a jefaturas policiales, partidos políticos, sindicatos, estrados judiciales y despachos oficiales.
"Lo que más me impresionó es la impunidad", me dice Grabia, de 38 años, periodista de Olé y de Radio Mitre, y que ya no está más en TyC Sports, acaso porque el canal era socio en el negocio del fútbol y no quería arruinar su relación con la dirigencia de los clubes y de la AFA. Grabia escribe, por ejemplo, sobre el casamiento del "Rafa" Di Zeo con Soledad Spinetto, secretaria privada de Felipe Solá cuando éste era gobernador bonaerense. Di Zeo ya tenía una condena judicial y otra causa abierta por asociación ilícita. Pero a la fiesta en la quinta Los Galpones, de Benavídez, asistió, entre otros funcionarios, Raúl Rivara, ministro de Obras Públicas, primero, y secretario de Seguridad, después, en tiempos de Solá. También estuvo allí Carlos Stornelli, por entonces fiscal y ministro de Seguridad bonaerense de Daniel Scioli. Funcionarios de peso cuando Di Zeo era primero un prófugo de la Justicia. Y cuando cumple hoy prisión en Ezeiza. Era una cárcel a medida, como lo desnudó un allanamiento reciente, que, según diversas crónicas, descubrió tecnología de punta, dólares y mujeres (prostitutas según una versión, familiares según otra). El pabellón, se cuenta, estaba todo pintado de azul y oro, con el escudo de Boca incluido.
Otro dato llamativo que cuenta el libro publicado por Sudamericana es el vínculo entre barras y jefes policiales de la comisaría 24a, con jurisdicción en La Boca. Vigilados y vigilantes comparten los mismos abogados. Juan Cerolini, por ejemplo, fue abogado de Di Zeo y de los barras Alejandro Falcigno y Tyson Ibáñez. También lo fue del comisario de la 24a Eduardo Meta. La 12 llegó a tener como abogado al letrado del traficante de armas Monzer Al Kassar. Pero más interesante es aún el caso de Marcelo Rochetti, que también fue abogado de Di Zeo y protegió, además, a Cayetano Grecco, otro ex titular de la comisaría 24a. Ahora es jefe de Seguridad de la Legislatura porteña, designado por la gestión de Macri. Allí mismo había ingresado en 1989 como empleado de seguridad Santiago Lancry (legajo municipal 9036), otro personaje clave de La 12, uno de cuyos miembros fue detenido en 1994, imputado en una causa por tráfico de estupefacientes dentro del entonces Concejo Deliberante. El protector de Lancry, cuenta Grabia, fue Enrique "Coti" Nosiglia, radical como Carlos Bello. Ya fallecido, Bello era a su vez el diputado amigo de Barritta, líder de la barra de Boca hasta que fue destronado por Di Zeo. El "Rafa" también fue miembro de la planta de trabajadores de la municipalidad, con ficha 33.928, categoría E01, en el sector Alumbrado de Servicios Públicos, hasta su caída en desgracia. No es lo único. El libro cuenta que todas las banderas exhibidas por La 12 eran pagas y cita las que nombraban, entre otros, a Antonio Cafiero, Saúl Ubaldini, Erman González y Carlos Menem, quien además agradeció la mención pagando un viaje a Anillaco al "Rafa" Di Zeo y a sus lugartenientes. Años antes, Aldo Rico, entonces con la cara pintada, había recibido a Barritta en la quinta Los Fresnos.
¿Cuándo comenzó todo? Grabia nos recuerda a "Pepino el Camorrero", "un protegido del arquero Américo Tesorieri" y sospechado del asesinato del hincha uruguayo Pedro Demby en 1924. Al año siguiente, el periodista Pablo Rojas Paz dio origen al apodo al escribir en Crítica sobre "El Jugador Número Doce", un homenaje al hincha Victoriano Caffarena. El apodo lo hizo valer en los 60 Enrique Ocampo, "Quique el Carnicero", hombre del entonces presidente Alberto J. Armando y del entrenador Juan Carlos "Toto" Lorenzo y que ya exigía entradas y viajes e ingresaba incluso a reuniones de la comisión directiva. Con revólver irrumpió en esas reuniones "el Abuelo" cuando tomó el poder, en 1981. Se presentó armado también ante el plantel, en plena concentración de La Candela, apagando luces y apretando jugadores. La gestión Antonio Alegre-Carlos Heller lo enfrentó primero, pero terminó pactando entradas, viajes al Mundial, homenajes dentro de la Bombonera y casamiento en el club. Barritta, "un hombre de bien y pacífico", según lo describió Bilardo ante los jueces, llegó a abrir una Fundación para blanquear el dinero obtenido mediante extorsiones.
La imagen de Di Zeo creció durante la gestión de Macri. "Nunca trabajó para erradicar a la barra, todo lo que vi es lo contrario", explica Grabia sobre el actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires. Según el libro, La 12 tuvo de todo: aviones pagos a Chile, Japón o donde Boca jugara. Hoteles con el plantel. Molinetes libres en la Bombonera, entradas para reventa y visitas a las filiales para llevar a jugadores del club. La 12 podía, además, lo que ningún otro socio: jugar picados en Casa Amarilla, donde se entrena la primera. Una vez se dirimió allí una pelea interna a balazos. Grabia reproduce la carta indignada que enviaron a Macri los socios que disfrutaban de la piscina y se encontraron en medio del silenciado desastre. Los opositores políticos de Macri quisieron sacar tajada dividiendo a la barra. Boca amagó poner freno a las dádivas, pero ya era tarde. La 12, inevitable, recurrió a la extorsión. Grabia describe, entre otras, la lucha del ex juez Mariano Bergés, uno de los tantos funcionarios que investigaron con decisión a la brava de Boca. Otros, en cambio, cuenta el libro, con nombre y apellido, dejaron causas en los cajones. Grabia menciona los nombres de jugadores y entrenadores que aceptaron los reclamos de La 12, con algunas excepciones, como Carlos Bianchi, Jorge Rinaldi y Guillermo Barros Schelotto. El ascenso al poder de "Quique", "el Abuelo", "el Rafa", Mauro y del que venga se logró siempre con sangre. A puños, balazos y cuchillos. La descripción de algunas batallas es notable, incluyendo emboscadas, trampas y vendettas, además de escandalosos acuerdos con la policía para liberar zonas, dirimir internas y anular pruebas. Grabia entrevistó a barras, abogados y dirigentes. Se acercó para obtener información. Y se alejó para escribirla, en línea con otros dos formidables periodistas que investigaron el fenómeno de la violencia, Amílcar Romero y su célebre Muerte en la cancha, de 1986, y Gustavo Veiga (Donde manda la patota, 1998). Sudamericana exagera al promocionar a La Doce como "el libro más peligroso del año". Pero me consta que otra editorial se negó a publicarlo, asustada por su contenido.
Los Boca-River dejaron marcas en La 12. Los asesinatos en 1994 de Angel Delgado y Walter Vallejos provocaron la caída de "el Abuelo". Hubo recordadas batallas en Buenos Aires, Mar del Plata y Mendoza. Di Zeo, igual que "el Abuelo", se sintió impune y hoy está preso. "Pero esto no se va a terminar nunca", le dice a Grabia, "porque esto es una escuela. Es herencia, herencia y herencia". El sucesor Martín, líder el domingo próximo en el Monumental, dirime peleas internas de modo cada vez más violento. Las últimas batallas incluyeron madres encañonadas y hermanos secuestrados. Porque además de "herencia" también hay "negocios". En el último Boca-River, las dos barras olvidaron odios y exhibieron banderas comunes contra el Grupo Clarín. Y los acuerdos, según contó a Grabia un testigo de las reuniones, fueron hechos en una oficina de la propia Casa de Gobierno.
Ezequiel Fernández Moores
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