El robo o fraude en alimentos, medicamentos e insumos, hacen que los presos esten hacinados y con falta de comida. ¿En qué se gastan los 9400 pesos mensuales que invierte el Estado nacional en cada uno de sus casi 10 mil detenidos en cárceles federales? ¿Y los 3000 que invierte el Estado bonaerense en cada uno de sus 25 mil presos? “La cifra puede hacer suponer que viven rodeados de confort y son alimentados y vestidos mejor que muchas familias argentinas que viven bajo la línea de pobreza; y pueden realizar actividades recreativas, laborales y educativas de calidad, en establecimientos modelo”, aclararon desde el Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos, ONG que trabaja en forma directa sobre la situación de los presos en penales federales. “Con esa suma, no debieran existir carencias materiales, de asistencia en salud, educación, tratamientos médicos y psicológicos, psiquiátricos”, señala el Comité Contra la Tortura, en un informe titulado “La corrupción penitenciaria y la Justicia”, referido a las cárceles bonaerenses.
La semana pasada, la ONG Unidos por la Justicia difundió los montos que destinan los estados nacional y bonaerense para supuesta manutención y más supuesta custodia de cada uno de sus detenidos. Así, la Nación distribuye para sus 9249 detenidos y detenidas 1.043.954.195 al año, lo que hace la cifra de 9400 pesos mensuales, y la provincia de Buenos Aires supone distribuir 1184 millones que llevan a la cifra a cuatro mil pesos mensuales por detenido/a. Pese a esas cifras, si las condiciones materiales de los internos “son aberrantes”, tal como señalan tanto el Cepoc como el CCT, ¿en qué bolsillos se disuelven esos montos?
En su prolijo informe, el CCT sostuvo que “no existe una auditoría de los fondos independientes al sistema, con lo que no se controla el destino de esos fondos”. Y agregó varios casos ejemplificadores del estado de corrupción. La causa 261221/04, en trámite ante la fiscalía 8 platense, a cargo de los fiscales Esteban Lombardo y Carlos Paolini, que fue una de las que supuestamente motivó la intervención del SPB, quedó en la nada. En ella se denuncian pago de sobreprecios por la compra de insumos alimentarios, de proveeduría y médicos, manejos irregulares de las cajas chicas, malversación del peculio de los detenidos (porque dentro de los cuatro mil pesos figura un peculio mensual que debiera recibir el preso, pero que no recibe). La causa no tuvo avances significativos y va camino al archivo. En dos años (2007-2008) apenas si se tomó un testimonio a un penitenciario quien, curiosamente, acusa a sus superiores de “obligarlo a sacar carne del depósito para entregarla a oficiales, y que al desobedecer lo empezaron a castigar con días de arresto, hasta que le dieron la baja”.
La causa 275.202/05 es sobre el negocio de las sábanas en el hospital penal de Olmos. El caso fue denunciado por Juan Manuel Casolati, secretario de Ejecución de la Defensoría General de San Martín. Según informaron a Casolati en la U22 de Olmos, incineraban las sábanas porque supuestamente resultaba más costoso que lavarlas. Pero el funcionario judicial denunció que los presos no tenían sábanas nuevas cada quince días sino que eran obligados a lavar las sábanas viejas, que pasaban como incineradas para que se pudiera ordenar la compra de sábanas nuevas que jamás aparecieron por el penal. La fiscalía de Lombardo y Paolini el único movimiento que hizo en la investigación fue pedir al SPB, a poco de presentada la denuncia, planillas de asistencia, ingreso y egreso de personal, sanidad, talleres, depósito, cocina, contaduría, secretaría, vigilancia y tratamiento. Recién en febrero de 2008 el SPB envió respuesta. En agosto pasado la fiscalía pidió un listado completo de integrantes del SPB en la U22. Hasta la fecha es lo único que se movió en la causa.
La misma fiscalía, que es la que asume los delitos complejos, recibió denuncias por irregularidades en el manejo de caja chica, medicamentos y horas extras (IPP 298082/06); irregularidades en la compra de insumos (IPP. 27670/07); irregularidades en la provisión de alimentos (IPP. 011.732/07). Y la fiscal 9 de San Martín, Diana Mayko, recibió la denuncia por compra de leche no apta para consumo humano (IPP 533.330/07) realizada también por Casolati. Ninguna de las causas tuvieron resolución alguna.
Por su lado, el Cepoc y la Asociación de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales sostuvieron que “el presupuesto es una realidad que los detenidos no conocen” y describieron los rubros donde los presuntos 9400 pesos no aparecen. Alimentación: “Si el detenido está en la cárcel federal de Chaco, por ejemplo, las familias se juntan semanalmente en grupos de cuatro a seis y reparten los costos (a veces no todos pueden pagar) para enviar una encomienda que ronda los 300 pesos más el gasto de envío, otros cien, para que entre cuatro y seis personas presas coman. Siempre y cuando la comida no quede en el camino. En Devoto, por ejemplo, gastan 100 a 150 pesos y pagan un depósito de alimentos para la semana”.
“Las visitas deben pagarse los viajes. A Chaco ida y vuelta sale 300 pesos, y 40 por noche de estadía. Si no hay plata no hay visitas.” De la provisión de ropa de cama, obligada en la ley de Ejecución 24.660, ni hablar: muchos ni siquiera tienen colchones. “Como ejemplo, en el Módulo 2 del Complejo Penitenciario II de Marcos Paz no hay un vidrio sano, pero en la U19 se invierte en rampas para los autos del personal”. Para estudiar, que sólo algunos pueden, los familiares deben comprarles cuadernos, lápices y materiales. “Ahora nos enteramos de que se gastan más de 6000 pesos mensuales para tener privadas de libertad a personas con serios problemas de salud, que no tuvieron acceso ni a la escuela primaria, encerradas en celdas de aislamiento sin ningún tipo de contención y acompañamiento, sin alimento y sin ropa, muchas veces brutalmente golpeadas por el personal penitenciario cuyo sueldo pagamos entre todos.”
Horacio Cecchi
martes, 21 de julio de 2009
lunes, 20 de julio de 2009
América Latina, la democracia abre fuego
Los últimos sucesos de Guatemala, Perú y Honduras restan credibilidad a la democracia liberal y refuerzan la popularidad de Chávez. Millones de pobres e indígenas constatan que el liberalismo no les ofrece justicia.
La víctima de un asesinato vuelve de la muerte para culpar al presidente de su país. Un grupo de militares armados saca a otro presidente de su cama y lo mete en un avión en pijama. Las fuerzas del orden se enfrentan a un grupo de campesinos pobres y matan a decenas de ellos. No, esto no es la película de James Bond contra un temible dictador aliado del terrorismo. Es sólo la actualidad política de América Latina. El primer caso se registró en mayo, cuando un vídeo del abogado Rodrigo Rosenberg acusó desde la tumba al presidente de Guatemala Álvaro Colom y a su entorno de haber planeado su asesinato. Semanas después, en la localidad peruana de Bagua, las protestas de los indígenas contra la aprobación de leyes que permitían privatizar sus tierras se saldó con una decena de muertos, según el Gobierno -los líderes indígenas cuentan más de 30-, y la renuncia del ministro del Interior. Y a comienzos de julio, en Honduras, los enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya se cobraron la vida de un joven manifestante.
Las consecuencias políticas y judiciales de estos casos están por determinar. Pero en términos de opinión pública, marcan un giro crucial en el discurso político de la región. Durante años, las mayores alarmas de la gobernabilidad democrática en América Latina habían saltado en Venezuela, Bolivia y Ecuador, contra cuyos gobernantes se suceden periódicamente denuncias por manipulación de instituciones judiciales, legislativas, ejecutivas e incluso electorales. Y sin embargo, en los tres casos señalados, son esas instituciones las involucradas. Es la democracia la que ha abierto fuego contra la población civil.
Sin duda, el caso de Guatemala tiene matices distintos. En su vídeo póstumo, Rosenberg no acusa de su muerte a la institución del poder ejecutivo sino al presidente, y el caso aún está en investigación. Pero aún así, la autoridad de un cadáver para señalar a su ejecutor tiene una potencia mediática descomunal. Ninguna sentencia judicial podrá borrar el mensaje que ha transmitido el abogado desde las pantallas de televisión o Internet: el poder se ejerce a balazos. Sea quien sea el asesino de Rosenberg, el sistema político ha perdido ante la población -si aún lo tenía- el crédito de la transparencia y el imperio de la ley. Para muchos guatemaltecos, el sistema democrático no sirve para combatir a las mafias, sólo para darles puestos públicos.
Por su parte, el caso de Bagua pone de relieve las limitaciones de una democracia para garantizar justicia. La mayoría de las constituciones vigentes en la región garantizan la propiedad privada y remiten a los tribunales en caso de conflicto. Ahora bien, uno de los conflictos sociales más delicados es el que enfrenta a las comunidades nativas con las grandes empresas que desean explotar los recursos naturales de sus tierras. Con el actual ordenamiento jurídico, cuando una empresa daña el medio ambiente o incumple la legislación laboral tiene muchas posibilidades de salir impune por una razón muy sencilla: los costes del proceso legal. Incluso un poder judicial confiable -lo que no siempre está disponible- enfrentará al estudio de abogados de una multinacional contra los delegados de un caserío de campesinos sin luz eléctrica. El litigio puede extenderse durante años, y si hay apelaciones, se resolverán en tribunales de la capital, a días de camino de las comunidades campesinas. El resultado no suele tener mucho misterio. Una institucionalidad impecable deja en indefensión legal a millones de personas.
Esta paradoja explica la popularidad de Evo Morales y Hugo Chávez entre los sectores más pobres de muchos países. Para sus detractores, los proyectos constitucionales que estos gobernantes impulsan sólo son un camino hacia su reelección indefinida. Pero sus defensores los consideran herramientas imprescindibles para la protección legal de los sectores más indefensos de la población. Sus textos establecen nuevos modelos de propiedad pública, refuerzan el papel del Estado ante los operadores económicos privados y defienden el derecho de los indígenas a decidir sobre sus tierras. Por contraste, los enfrentamientos de Bagua declaran que en un Estado democrático los campesinos tienen que morir y matar para defender ese derecho.
Pero si un caso ha dotado de legitimidad al discurso caudillista latinoamericano, ha sido el de Honduras. El nuevo gobernante, Roberto Micheletti, se ha esmerado en calificar su toma de mando como una "sucesión constitucional", basado en una sentencia del poder judicial contra el presidente electo, Manuel Zelaya. El motivo de esa sentencia fue la convocatoria de un referéndum. En efecto, el encaje constitucional de ese referéndum era bastante dudoso. Pero la imagen de un batallón evitando unos comicios a balazos no resulta mucho más digerible.
Al expulsar al presidente electo, las instituciones ponen en cuestión la definición misma de la democracia: el gobierno del pueblo, el sistema en que los ciudadanos pueden participar en las decisiones que les afectan, algunas de ellas tan elementales como quién es su presidente.
Si Micheletti temía que Hugo Chávez ganase poder en Honduras, puede estar tranquilo. Gracias a él, Chávez ha ganado legitimidad en toda la región. El presidente venezolano fue el primero en imponer sanciones económicas a Honduras, y ha exigido una actitud más resuelta de los tibios Estados Unidos, con lo cual ha invertido los papeles habituales. Como si fuera poco, sus advertencias de asesinatos y conjuras, que hasta junio se podían descartar como paranoias, se han vuelto realidad. Nadie podría haberle hecho un favor tan grande y tan bolivariano como el de Micheletti.
El discurso de Chávez es el principal beneficiario de los hechos de Guatemala, Perú y Honduras porque todos ellos restan credibilidad a las instituciones democráticas. El sistema de equilibrio de poderes y sufragio universal es deseable porque permite que los cambios sociales se realicen sin sangre. Por eso, cuando necesita derramar sangre para defenderse es señal de que algo funciona muy mal. La aplastante victoria del PRI en los últimos comicios mexicanos parece confirmar el agotamiento ciudadano ante las promesas incumplidas de un sistema que a comienzos de los noventa se presentó como la vía directa al desarrollo y la prosperidad.
En su acta de nacimiento de la Revolución Francesa, la democracia nació con un lema triple: "Libertad, Igualdad, Fraternidad". La fraternidad ya era demasiado pedir, pero el conflicto entre la libertad y la igualdad, entre liberalismo y socialismo, definió el siglo XX, y sigue dividiendo hoy a la región con la mayor desigualdad social del planeta. El proyecto político de Hugo Chávez es crear un sistema igualitario aun a costa de las instituciones que garantizan las libertades individuales. En cambio, el proyecto político liberal se ha concentrado en garantizar las libertades individuales -crucialmente, la propiedad privada- incluso a costa de la igualdad social.
Ambos valores podrían conciliarse, entre otras cosas, con reformas fiscales que distribuyesen más equitativamente la riqueza. No es imposible. Lo ha hecho Lula en Brasil, donde la clase media aumenta sin comprometer el crecimiento económico, equilibrando estabilidad institucional con justicia social. Sin embargo, en los países andinos y centroamericanos, los defensores de la democracia no han defendido justo esa parte de la democracia. Para masas de ciudadanos pobres, tengan razón o no, el proyecto de Chávez cristaliza una serie de aspiraciones concretas que las instituciones democráticas les niegan.
Quienes creemos que la democracia liberal es el sistema de gobierno más eficaz, tenemos que incorporar a esas masas en el proyecto de Estado que defendemos. Para retirarlas de la órbita de los caudillos, hace falta demostrarles que la democracia puede ofrecer justicia social, es decir, derechos básicos y una distribución más justa de la riqueza. Tendremos que demostrarles que pueden vivir mejor en una democracia liberal que con un caudillo socialista. Pero si nuestro argumento para ello son las fuerzas antidisturbios, todo lo que hagamos sólo servirá para darle la razón a esos caudillos. Al fin y al cabo, si eso es lo mejor que se nos ocurre, tampoco hace falta dispararle a nadie más: podemos dar esta batalla por perdida desde el principio.
Santiago Roncagliolo
Escritor peruano.
La víctima de un asesinato vuelve de la muerte para culpar al presidente de su país. Un grupo de militares armados saca a otro presidente de su cama y lo mete en un avión en pijama. Las fuerzas del orden se enfrentan a un grupo de campesinos pobres y matan a decenas de ellos. No, esto no es la película de James Bond contra un temible dictador aliado del terrorismo. Es sólo la actualidad política de América Latina. El primer caso se registró en mayo, cuando un vídeo del abogado Rodrigo Rosenberg acusó desde la tumba al presidente de Guatemala Álvaro Colom y a su entorno de haber planeado su asesinato. Semanas después, en la localidad peruana de Bagua, las protestas de los indígenas contra la aprobación de leyes que permitían privatizar sus tierras se saldó con una decena de muertos, según el Gobierno -los líderes indígenas cuentan más de 30-, y la renuncia del ministro del Interior. Y a comienzos de julio, en Honduras, los enfrentamientos entre las fuerzas antidisturbios y los seguidores del depuesto presidente Manuel Zelaya se cobraron la vida de un joven manifestante.
Las consecuencias políticas y judiciales de estos casos están por determinar. Pero en términos de opinión pública, marcan un giro crucial en el discurso político de la región. Durante años, las mayores alarmas de la gobernabilidad democrática en América Latina habían saltado en Venezuela, Bolivia y Ecuador, contra cuyos gobernantes se suceden periódicamente denuncias por manipulación de instituciones judiciales, legislativas, ejecutivas e incluso electorales. Y sin embargo, en los tres casos señalados, son esas instituciones las involucradas. Es la democracia la que ha abierto fuego contra la población civil.
Sin duda, el caso de Guatemala tiene matices distintos. En su vídeo póstumo, Rosenberg no acusa de su muerte a la institución del poder ejecutivo sino al presidente, y el caso aún está en investigación. Pero aún así, la autoridad de un cadáver para señalar a su ejecutor tiene una potencia mediática descomunal. Ninguna sentencia judicial podrá borrar el mensaje que ha transmitido el abogado desde las pantallas de televisión o Internet: el poder se ejerce a balazos. Sea quien sea el asesino de Rosenberg, el sistema político ha perdido ante la población -si aún lo tenía- el crédito de la transparencia y el imperio de la ley. Para muchos guatemaltecos, el sistema democrático no sirve para combatir a las mafias, sólo para darles puestos públicos.
Por su parte, el caso de Bagua pone de relieve las limitaciones de una democracia para garantizar justicia. La mayoría de las constituciones vigentes en la región garantizan la propiedad privada y remiten a los tribunales en caso de conflicto. Ahora bien, uno de los conflictos sociales más delicados es el que enfrenta a las comunidades nativas con las grandes empresas que desean explotar los recursos naturales de sus tierras. Con el actual ordenamiento jurídico, cuando una empresa daña el medio ambiente o incumple la legislación laboral tiene muchas posibilidades de salir impune por una razón muy sencilla: los costes del proceso legal. Incluso un poder judicial confiable -lo que no siempre está disponible- enfrentará al estudio de abogados de una multinacional contra los delegados de un caserío de campesinos sin luz eléctrica. El litigio puede extenderse durante años, y si hay apelaciones, se resolverán en tribunales de la capital, a días de camino de las comunidades campesinas. El resultado no suele tener mucho misterio. Una institucionalidad impecable deja en indefensión legal a millones de personas.
Esta paradoja explica la popularidad de Evo Morales y Hugo Chávez entre los sectores más pobres de muchos países. Para sus detractores, los proyectos constitucionales que estos gobernantes impulsan sólo son un camino hacia su reelección indefinida. Pero sus defensores los consideran herramientas imprescindibles para la protección legal de los sectores más indefensos de la población. Sus textos establecen nuevos modelos de propiedad pública, refuerzan el papel del Estado ante los operadores económicos privados y defienden el derecho de los indígenas a decidir sobre sus tierras. Por contraste, los enfrentamientos de Bagua declaran que en un Estado democrático los campesinos tienen que morir y matar para defender ese derecho.
Pero si un caso ha dotado de legitimidad al discurso caudillista latinoamericano, ha sido el de Honduras. El nuevo gobernante, Roberto Micheletti, se ha esmerado en calificar su toma de mando como una "sucesión constitucional", basado en una sentencia del poder judicial contra el presidente electo, Manuel Zelaya. El motivo de esa sentencia fue la convocatoria de un referéndum. En efecto, el encaje constitucional de ese referéndum era bastante dudoso. Pero la imagen de un batallón evitando unos comicios a balazos no resulta mucho más digerible.
Al expulsar al presidente electo, las instituciones ponen en cuestión la definición misma de la democracia: el gobierno del pueblo, el sistema en que los ciudadanos pueden participar en las decisiones que les afectan, algunas de ellas tan elementales como quién es su presidente.
Si Micheletti temía que Hugo Chávez ganase poder en Honduras, puede estar tranquilo. Gracias a él, Chávez ha ganado legitimidad en toda la región. El presidente venezolano fue el primero en imponer sanciones económicas a Honduras, y ha exigido una actitud más resuelta de los tibios Estados Unidos, con lo cual ha invertido los papeles habituales. Como si fuera poco, sus advertencias de asesinatos y conjuras, que hasta junio se podían descartar como paranoias, se han vuelto realidad. Nadie podría haberle hecho un favor tan grande y tan bolivariano como el de Micheletti.
El discurso de Chávez es el principal beneficiario de los hechos de Guatemala, Perú y Honduras porque todos ellos restan credibilidad a las instituciones democráticas. El sistema de equilibrio de poderes y sufragio universal es deseable porque permite que los cambios sociales se realicen sin sangre. Por eso, cuando necesita derramar sangre para defenderse es señal de que algo funciona muy mal. La aplastante victoria del PRI en los últimos comicios mexicanos parece confirmar el agotamiento ciudadano ante las promesas incumplidas de un sistema que a comienzos de los noventa se presentó como la vía directa al desarrollo y la prosperidad.
En su acta de nacimiento de la Revolución Francesa, la democracia nació con un lema triple: "Libertad, Igualdad, Fraternidad". La fraternidad ya era demasiado pedir, pero el conflicto entre la libertad y la igualdad, entre liberalismo y socialismo, definió el siglo XX, y sigue dividiendo hoy a la región con la mayor desigualdad social del planeta. El proyecto político de Hugo Chávez es crear un sistema igualitario aun a costa de las instituciones que garantizan las libertades individuales. En cambio, el proyecto político liberal se ha concentrado en garantizar las libertades individuales -crucialmente, la propiedad privada- incluso a costa de la igualdad social.
Ambos valores podrían conciliarse, entre otras cosas, con reformas fiscales que distribuyesen más equitativamente la riqueza. No es imposible. Lo ha hecho Lula en Brasil, donde la clase media aumenta sin comprometer el crecimiento económico, equilibrando estabilidad institucional con justicia social. Sin embargo, en los países andinos y centroamericanos, los defensores de la democracia no han defendido justo esa parte de la democracia. Para masas de ciudadanos pobres, tengan razón o no, el proyecto de Chávez cristaliza una serie de aspiraciones concretas que las instituciones democráticas les niegan.
Quienes creemos que la democracia liberal es el sistema de gobierno más eficaz, tenemos que incorporar a esas masas en el proyecto de Estado que defendemos. Para retirarlas de la órbita de los caudillos, hace falta demostrarles que la democracia puede ofrecer justicia social, es decir, derechos básicos y una distribución más justa de la riqueza. Tendremos que demostrarles que pueden vivir mejor en una democracia liberal que con un caudillo socialista. Pero si nuestro argumento para ello son las fuerzas antidisturbios, todo lo que hagamos sólo servirá para darle la razón a esos caudillos. Al fin y al cabo, si eso es lo mejor que se nos ocurre, tampoco hace falta dispararle a nadie más: podemos dar esta batalla por perdida desde el principio.
Santiago Roncagliolo
Escritor peruano.
Niños y jóvenes de hoy duermen tres horas menos que hace 30 años
La investigación se realizó en base a 3.393 estudiantes de 9 a 17 años de todo el país, y concluyó en que la falta de sueño es una constante. Televisión, Internet, videojuegos y salidas nocturnas prolongadas hasta la mañana, sumados a la falta de rigor de algunos padres, son los motivos principales. Las consecuencias son falta de atención, irritabilidad y desórdenes emocionales. El mundo de hoy es como un espectáculo sin fin, dicen los expertos. Micaela se duerme sobre el pupitre escuchando la lección de la maestra. Para cuando se despierta está en plena prueba de matemática, pero su cerebro solo le pide desconectarse y recuperar las horas de sueño que desperdició la noche anterior cuando se quedó chateando hasta las 2 de la mañana. Levantarse a las siete para ir a la escuela la hizo perder cuatro horas de sueño que ya no recuperará. Mica no es una excepción, ya que la mayoría de los jóvenes de su generación siguen el mismo estilo de vida.
Un estudio del que participaron varias universidades, y llevado adelante por científicos de varias disciplinas, confirma que los niños y adolescentes de hoy duermen entre 2 y 3 horas menos que los de hace 30 años. De hecho, la mitad de los jóvenes de nuestro país duermen menos de 9 horas, lo necesario para tener una vida saludable.
La computadora, la televisión, los boliches (y los afterhours), los videojuegos, la falta de autoridad de algunos padres para mandarlos a dormir temprano, y los horarios en que comienza la escuela, hacen que lo chicos cada vez duerman menos y estén más nerviosos e irascibles.
La investigación se realizó a 3.393 estudiantes de 9 a 17 años de todo el país. El 49% de los entrevistados admitió dormir menos de ocho horas los días de semana, mientras que el 83% descansa menos de lo necesario durante el fin de semana.
“El factor más nuevo es la cantidad de estímulos nocturnos y luminosos que afectan el inicio del sueño: la tele, el chat, internet. Pero ojo: que los adolescentes tiendan a tener una vida más nocturna no es exclusivamente un fenómeno cultural, sino también, y muy especialmente, biológico: las agujas de su reloj interno apuntan hacia más tarde”, explica Diego Golombek, investigador del Conicet y del departamento de ciencia y tecnología de Universidad Nacional de Quilmes.
Del estudio surge otra conclusión preocupante: si los adolescentes duermen poco tendrán una excesiva somnolencia diurna por lo cual el aprendizaje puede verse alterado. “En la argentina, a diferencia de otros países, tenemos un problema gravísimo que es que las materias más complejas y abstractas, como matemática, se dictan a primera hora de la mañana cuando todavía están somnolientos. Además, en lugar de compensar las horas de sueño que pierden debido al régimen escolar que les exige entrar a las siete, las profundizan más con las salidas el fin de semana: es una combinación mortal”, advierte el Dr. Daniel Cardinali, uno de los autores del estudio, investigador superior Conicet y director del departamento de docencia e investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCA. Además asegura que hace treinta años los jóvenes dormían 8 horas, mientras que hoy el promedio es de seis.
Hiperestimulados. La seducción de las redes sociales, el chat, la televisión por cable 24 horas, los mp4, y celulares configuran un escenario de sobreestimulación que los jóvenes de hoy aprovechan al máximo.
Para José Sahovaler, especialista en niños y tecnología de la Asociación Psicoanalítica Argentina, los chicos se quedan despiertos hasta tarde porque los programas que les interesan terminan muy tarde. “Vivimos en una sociedad inundada de estímulos, el mundo se convirtió en un espectáculo sin fin. Hace 20 años, la televisión se
apagaba a las nueve, hoy hasta se duermen con el aparato prendido, lo que repercute en una caída de la concentración : si no dormís bien, estás inundado de estímulos y al día siguiente rendís mal”.
Las consecuencias
La falta del descanso necesario provoca disminución del tiempo de reacción, deterioro de la memoria, dificultad para estudiar y concentrarse, dificultad para realizar cálculos matemáticos, alteraciones del estado de ánimo e irritabilidad, ansiedad, depresión y estrés.
El cerebro está programado para acostarse a las 23.30 y despertarse luego de 8 horas. El sueño tiene la función de limpiar y reparar las estimulaciones recibidas durante el día.
Los datos obtenidos por el estudio demostraron que el 23% de los adolescentes que fueron encuestados ronca y el 11% padece apnea como consecuencia del mal sueño.
La siesta es un mecanismo de recuperación de horas de sueño perdidas y sólo es aconsejable si dura menos de media hora. Pasado ese tiempo se vuelve contraproducente.
Fuente: diario Perfil.
¿Fútbol o sexo? Esa es la cuestión
Si Shakespeare fuese contemporáneo a al furor futbolero, seguramente esa hubiese sido su incógnita, en vez de la conocida ¿Ser o no ser? En fin, te contamos cómo influye el fútbol en la vida sexual. La comparación puede ser un tanto injusta. Porque si tomamos como modelos a una persona soltera, la cita sexual siempre se impondría a la futbolera, a menos que se trate de un “futbolero crónico” o de la gran final de las finales (entiéndase, partido imposible de perderse). Por esto el tema va a ser tratado con foco en personas que estén en pareja. Para las cuales el posponer el encuentro orgásmico, no signifique quedarse sin el pan de cada día. De hecho si tenemos a ambas cosas como experiencias excepcionales e intensas, al fútbol hay que agregarle la novedad (no del deporte, sino del partido en cuestión). Por esto no hay que sorprenderse si el muchacho prefiere ver un derby clave por la permanencia del equipo en Primera, a un placentero match sexual.
Otras cuestiones a considerar son los efectos post partido. ¿Qué pasa cuando se gana y cuando se pierde? ¿Cómo influye el resultado en el deseo sexual? No existe un patrón común, cada uno lo vive de una manera determinad, pero sí hay ciertas tendencias.
Por un lado están aquellos (o aquellas, también hay fanáticas intratables) que ante un derrota del equipo en cuestión, no quieren saber nada con ningún tipo de contacto corporal. De hecho apenas se les puede hablar.
Pero por otro lado también están aquellos que intentan compensar un traspié de su conjunto favorito bajo la premisa de: un mal partido se compensa con un buen polvo.
En tanto, cuando el equipo gana uno supone que el humor es el mejor y que no faltan las ganas de tener una velada completa, con victorias en todos los terrenos. Esto puede ser cierto, siempre y cuando el logro del equipo no sea muy importante, porque sino se la pasará celebrando, paseando la banderita con el auto o en alguna concentración multitudinaria que no deje lugar ni energía para el sexo.
Redacción 24CON
“Años de desprecio por el cine argentino"
Los nuevos actores sociales, masivos y populares, y una historia de conflictos recientes que el peronismo creía dejar atrás, se pueden descubrir en las películas nacionales de entre 1945 y 1955, hoy injustamente olvidadas. El pasado del cine argentino es esquivo y cargado de prejuicios. Durante mucho tiempo dominó la convicción de que las películas realizadas bajo los primeros gobiernos de Perón carecían de valor artístico. No vistas, relegadas y descartadas sin más, quedó enterrada la enorme mayoría de los cuatrocientos filmes de la época. Hoy, una revisión estética más distante y equilibrada le devuelve relevancia a nuestro capítulo clásico del arte más emblemático del siglo veinte. En este sentido, Clara Kriger propone una lectura renovada del cine nacional, marcando cómo esas películas de entre 1945 y 1955 expresaron un contexto de transformaciones.
¿Hubo uso político del cine en los primeros gobiernos peronistas?
Hay que dividir el cine documental y los noticieros, en los cuales sí hay propaganda política, directamente pagada por el Estado. Pero en el cine de ficción pasó otra cosa, y no se encuentra ninguna película que hable de Perón. No hay películas sobre el 17 de Octubre ni sobre Evita, a pesar que el Estado diseñó una política proteccionista para el cine, con créditos y cuotas de pantalla.
¿La industria del cine argentina es el fruto de la protección estatal?
Nuestra industria cinematográfica había crecido mucho en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y tenía una muy buena producción sin regulación del Estado. El problema es que llegados los años de la Guerra, todas las industrias cinematográficas de Occidente entran en crisis. Por muchas razones, pero entre otras porque el material virgen para hacer películas requiere de un elemento que también se usa para hacer explosivos. Entonces, a Argentina se la castiga por ser país neutral; se le envían menos insumos que a México. Así se tuvo que recurrir a la ayuda estatal.
¿El cine era muy popular?
Sí. Son los años del cine en toda América Latina; del cine como el divertimento más popular, junto a la radio. La gente iba al cine a verse; fue la aparición de los sectores populares en las pantallas.
La calidad de ese cine argentino, ¿era baja y anodina?
No. Dentro de las cuatrocientas películas las hay excelentes, buenas y malas. Entre ellas están nuestros clásicos, donde aparecen los discursos que circulan en la realidad, Por ejemplo, aparece en las películas el Estado, no el gobierno sino el Estado a través de sus instituciones, y también aparecen obreros -Tita Merello como la fabriquera-, incluso presas -"Deshonra"-, ya no como personajes secundarios sino como los protagonistas de películas de muchísima aceptación.
Ese cine no parece pasatista.
No es consistente pensar que se trataba de cine pasatista, porque no hay producciones culturales que no den cuenta de la sociedad en donde se producen. Era un cine en el cual aparecen denuncias de conflictos sociales previos al peronismo, en una fórmula muy utilizada: el conflicto social previo que en la nueva Argentina se resuelve, una fórmula que no inventó el peronismo, pero que la explota fuertemente. Lo interesante es que esas denuncias eran de un pasado reciente, que se resignifican a la luz de una época en la cual las masas conquistan derechos sociales y políticos, y es posible pensar que ven en esos conflictos y conquistas muchas de las cosas que se estaban viviendo. Esos conflictos siempre tenían final feliz, con lo cual desaparecía el conflicto. Y aunque nadie iba a ver una película pensando que no iba a tener un final feliz, el final feliz del conflicto no licua todo lo visto durante la película, que se conectaba con lo vivido.
¿Había censura?
Sí. Una formal, que en realidad no era una censura propiamente dicha. No había una oficina de censura ni censura previa; para que se aprobara un crédito no censuraban previamente el libro, lo cual no es un detalle menor. Lo que había era una instancia de calificación de filmes que funcionaba como una censura, porque en la época del primer peronismo al cine se iba con toda la familia, y si una empresa ponía una cantidad enorme de plata y la película se calificaba como prohibida para menores de 18 años, era un fracaso preanunciado. Entonces, eso funcionaba como censura y presión. Todos sabían qué cosas no se podían decir para que no calificaran las películas como prohibidas para menores. Y esto tenía que ver con la moral y la Iglesia Católica -en todo Occidente, la Iglesia Católica tuvo mucho que ver con la censura en el cine; en una encíclica papal de la década de 1930 se dice qué es lo que debe permitirse en el cine, y todas las cinematografías de Occidente le hicieron caso. Y la censura política estaba ligada a un sentido común acerca de que no se podía hablar mal del peronismo y no podía haber denuncias de conflictos sociales presentes. Esto no estaba escrito en ningún lugar.
¿Había otra forma de censura?
Sí, una censura informal, que conocemos por anécdotas y tiene que ver con la prohibición de trabajo de determinados actores. Esto seguramente existió. Pero hoy, después de la censura del Proceso, es un chiste la censura del peronismo. Existió la censura, pero no fue el elemento determinante del período. Ni lo fue en Estados Unidos, a pesar de que era la época del maccarthismo.
¿Qué recepción tenían esas películas en el extranjero?
Algunas muy buena, de hecho "Dios se lo pague" (1948) fue la primera película argentina designada para el Oscar, cuando todavía no existía el Oscar para películas de idioma extranjero. Raúl Apold, que entonces dirigía la suerte de todo lo que tuviera que ver con el mundo de la comunicación, y que tenía aspectos muy siniestros, se planteó exportar cine. Hizo en 1954 el Festival de Mar del Plata.
En ese Festival del '54 arranca la campaña política del peronismo en vista a las próximas elecciones. Fue un evento que juntó todo lo que podía ser masivo: acto político más estrellas internacionales.
Después vino Gina Lollobrigida.
Viene como consecuencia del Festival, que sirvió para contratar estrellas internacionales para hacer coproducciones, o para trabajar aquí en películas. Ya a mediados de los '50, en todo Occidente quedó claro que el modo de producción de los estudios, con grandes planteles de sueldos fijos, no funcionaba más, y que para sostenerlo no alcanzaba con el público local, y que la única posibilidad de sostenerlo era o por subsidio del Estado o con exportaciones. Como en otros países, acá se empezaron a buscar variantes, a veces de una manera caótica.
Pero los noticieros parecen tener una política coherente.
Sí. Como en la radio, en la cual antes de emitir un programa había alguien que miraba los guiones; en los noticieros también. La gran innovación estética del período, en cine, vino de la mano de Apold, y es un género que se llama docudrama; o sea, documentales hechos por el Estado en los que se incluyen dramatizaciones con actores y escenas de animación; es el inicio del cine político en la Argentina. Lo que luego vamos a ver en "La hora de los Hornos", se anticipa ya ahí. Es una novedad por ligar el documental a ciertos elementos tradicionales de la ficción, como el melodrama, para que esa información documental llegue de la mano de un formato mucho más pregnante, mucho más conocido por el espectador. El hecho cinematográfico de ese momento hay que pensarlo incluyendo el noticiero y el documental. Es toda una sesión de cine, en la cual la gente no se perdía nada; no es como ahora, entre otras cosas porque no había tantas imágenes, y entonces ir a ver imágenes de noticiero era realmente muy atractivo, era la posibilidad de ver qué estaba pasando en Europa, por ejemplo. Entonces había una gradación: empezaba el noticiero, luego el documental con imágenes de ficción, y después la ficción. Y en este sentido es muy interesante pensar que la gente tenía una competencia para ver cine que estaba mostrando "la realidad" -entre comillas porque obviamente ningún cine muestra la realidad- y poder diferenciar eso de la ficción.
¿Hoy se pueden seguir viendo esas películas?
Sí. Las mujeres de las películas de Christensen me encantan, son todas malas. "Deshonra" es de una factura impresionante; el inicio de "Las aguas bajan turbias" es terriblemente perturbador para hoy; mis alumnos lo ven y quedan impresionados; el diseño de arte de "Dios se lo pague" es bellísimo. Los policiales de la calle, que son películas clase B, me apasionan, porque han salido a la calle a filmar y me parecen lindísimos. Las comedias de la época me hacen reír. El cine de los años '50 se puede ver perfectamente, cosa que no me pasa con el de los '60.
¿Tuvo continuidad ese cine?
No. Con la caída del peronismo cae el proteccionismo y las empresas -quedaron tres-; concluía un modo de producción. Los nuevos modos de producción vinieron acompañados de nuevas estéticas. Y lo nuevo se ligó a la idea de que lo viejo era todo despreciable. Entonces se conformó una teoría que heredamos, que dice que el cine argentino viejo, clásico, es malo. Que no hay nada rescatable. Yo creo que recién las generaciones nuevas, formadas en universidades, empezaron a recuperar las tradiciones de nuestro cine clásico, Pero sí, se terminó una época y todo ese cine quedó sepultado. Aquí hubo durante muchos años un desprecio desmesurado por el cine argentino, y quizá lo único que se valoraba del cine argentino eran los '60, el nuevo cine, el cine de autor. Ahora hay una vuelta.
Claudio Martyniuk.
¿Hubo uso político del cine en los primeros gobiernos peronistas?
Hay que dividir el cine documental y los noticieros, en los cuales sí hay propaganda política, directamente pagada por el Estado. Pero en el cine de ficción pasó otra cosa, y no se encuentra ninguna película que hable de Perón. No hay películas sobre el 17 de Octubre ni sobre Evita, a pesar que el Estado diseñó una política proteccionista para el cine, con créditos y cuotas de pantalla.
¿La industria del cine argentina es el fruto de la protección estatal?
Nuestra industria cinematográfica había crecido mucho en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, y tenía una muy buena producción sin regulación del Estado. El problema es que llegados los años de la Guerra, todas las industrias cinematográficas de Occidente entran en crisis. Por muchas razones, pero entre otras porque el material virgen para hacer películas requiere de un elemento que también se usa para hacer explosivos. Entonces, a Argentina se la castiga por ser país neutral; se le envían menos insumos que a México. Así se tuvo que recurrir a la ayuda estatal.
¿El cine era muy popular?
Sí. Son los años del cine en toda América Latina; del cine como el divertimento más popular, junto a la radio. La gente iba al cine a verse; fue la aparición de los sectores populares en las pantallas.
La calidad de ese cine argentino, ¿era baja y anodina?
No. Dentro de las cuatrocientas películas las hay excelentes, buenas y malas. Entre ellas están nuestros clásicos, donde aparecen los discursos que circulan en la realidad, Por ejemplo, aparece en las películas el Estado, no el gobierno sino el Estado a través de sus instituciones, y también aparecen obreros -Tita Merello como la fabriquera-, incluso presas -"Deshonra"-, ya no como personajes secundarios sino como los protagonistas de películas de muchísima aceptación.
Ese cine no parece pasatista.
No es consistente pensar que se trataba de cine pasatista, porque no hay producciones culturales que no den cuenta de la sociedad en donde se producen. Era un cine en el cual aparecen denuncias de conflictos sociales previos al peronismo, en una fórmula muy utilizada: el conflicto social previo que en la nueva Argentina se resuelve, una fórmula que no inventó el peronismo, pero que la explota fuertemente. Lo interesante es que esas denuncias eran de un pasado reciente, que se resignifican a la luz de una época en la cual las masas conquistan derechos sociales y políticos, y es posible pensar que ven en esos conflictos y conquistas muchas de las cosas que se estaban viviendo. Esos conflictos siempre tenían final feliz, con lo cual desaparecía el conflicto. Y aunque nadie iba a ver una película pensando que no iba a tener un final feliz, el final feliz del conflicto no licua todo lo visto durante la película, que se conectaba con lo vivido.
¿Había censura?
Sí. Una formal, que en realidad no era una censura propiamente dicha. No había una oficina de censura ni censura previa; para que se aprobara un crédito no censuraban previamente el libro, lo cual no es un detalle menor. Lo que había era una instancia de calificación de filmes que funcionaba como una censura, porque en la época del primer peronismo al cine se iba con toda la familia, y si una empresa ponía una cantidad enorme de plata y la película se calificaba como prohibida para menores de 18 años, era un fracaso preanunciado. Entonces, eso funcionaba como censura y presión. Todos sabían qué cosas no se podían decir para que no calificaran las películas como prohibidas para menores. Y esto tenía que ver con la moral y la Iglesia Católica -en todo Occidente, la Iglesia Católica tuvo mucho que ver con la censura en el cine; en una encíclica papal de la década de 1930 se dice qué es lo que debe permitirse en el cine, y todas las cinematografías de Occidente le hicieron caso. Y la censura política estaba ligada a un sentido común acerca de que no se podía hablar mal del peronismo y no podía haber denuncias de conflictos sociales presentes. Esto no estaba escrito en ningún lugar.
¿Había otra forma de censura?
Sí, una censura informal, que conocemos por anécdotas y tiene que ver con la prohibición de trabajo de determinados actores. Esto seguramente existió. Pero hoy, después de la censura del Proceso, es un chiste la censura del peronismo. Existió la censura, pero no fue el elemento determinante del período. Ni lo fue en Estados Unidos, a pesar de que era la época del maccarthismo.
¿Qué recepción tenían esas películas en el extranjero?
Algunas muy buena, de hecho "Dios se lo pague" (1948) fue la primera película argentina designada para el Oscar, cuando todavía no existía el Oscar para películas de idioma extranjero. Raúl Apold, que entonces dirigía la suerte de todo lo que tuviera que ver con el mundo de la comunicación, y que tenía aspectos muy siniestros, se planteó exportar cine. Hizo en 1954 el Festival de Mar del Plata.
En ese Festival del '54 arranca la campaña política del peronismo en vista a las próximas elecciones. Fue un evento que juntó todo lo que podía ser masivo: acto político más estrellas internacionales.
Después vino Gina Lollobrigida.
Viene como consecuencia del Festival, que sirvió para contratar estrellas internacionales para hacer coproducciones, o para trabajar aquí en películas. Ya a mediados de los '50, en todo Occidente quedó claro que el modo de producción de los estudios, con grandes planteles de sueldos fijos, no funcionaba más, y que para sostenerlo no alcanzaba con el público local, y que la única posibilidad de sostenerlo era o por subsidio del Estado o con exportaciones. Como en otros países, acá se empezaron a buscar variantes, a veces de una manera caótica.
Pero los noticieros parecen tener una política coherente.
Sí. Como en la radio, en la cual antes de emitir un programa había alguien que miraba los guiones; en los noticieros también. La gran innovación estética del período, en cine, vino de la mano de Apold, y es un género que se llama docudrama; o sea, documentales hechos por el Estado en los que se incluyen dramatizaciones con actores y escenas de animación; es el inicio del cine político en la Argentina. Lo que luego vamos a ver en "La hora de los Hornos", se anticipa ya ahí. Es una novedad por ligar el documental a ciertos elementos tradicionales de la ficción, como el melodrama, para que esa información documental llegue de la mano de un formato mucho más pregnante, mucho más conocido por el espectador. El hecho cinematográfico de ese momento hay que pensarlo incluyendo el noticiero y el documental. Es toda una sesión de cine, en la cual la gente no se perdía nada; no es como ahora, entre otras cosas porque no había tantas imágenes, y entonces ir a ver imágenes de noticiero era realmente muy atractivo, era la posibilidad de ver qué estaba pasando en Europa, por ejemplo. Entonces había una gradación: empezaba el noticiero, luego el documental con imágenes de ficción, y después la ficción. Y en este sentido es muy interesante pensar que la gente tenía una competencia para ver cine que estaba mostrando "la realidad" -entre comillas porque obviamente ningún cine muestra la realidad- y poder diferenciar eso de la ficción.
¿Hoy se pueden seguir viendo esas películas?
Sí. Las mujeres de las películas de Christensen me encantan, son todas malas. "Deshonra" es de una factura impresionante; el inicio de "Las aguas bajan turbias" es terriblemente perturbador para hoy; mis alumnos lo ven y quedan impresionados; el diseño de arte de "Dios se lo pague" es bellísimo. Los policiales de la calle, que son películas clase B, me apasionan, porque han salido a la calle a filmar y me parecen lindísimos. Las comedias de la época me hacen reír. El cine de los años '50 se puede ver perfectamente, cosa que no me pasa con el de los '60.
¿Tuvo continuidad ese cine?
No. Con la caída del peronismo cae el proteccionismo y las empresas -quedaron tres-; concluía un modo de producción. Los nuevos modos de producción vinieron acompañados de nuevas estéticas. Y lo nuevo se ligó a la idea de que lo viejo era todo despreciable. Entonces se conformó una teoría que heredamos, que dice que el cine argentino viejo, clásico, es malo. Que no hay nada rescatable. Yo creo que recién las generaciones nuevas, formadas en universidades, empezaron a recuperar las tradiciones de nuestro cine clásico, Pero sí, se terminó una época y todo ese cine quedó sepultado. Aquí hubo durante muchos años un desprecio desmesurado por el cine argentino, y quizá lo único que se valoraba del cine argentino eran los '60, el nuevo cine, el cine de autor. Ahora hay una vuelta.
Claudio Martyniuk.
Argentinos en los equipos campeones de todo el mundo
A esta altura, ya nadie duda: el mejor jugador del mundo en la última temporada es Lionel Messi. Y todos imaginan que así lo determinará la FIFA en su habitual Gala de fin de año. El crack rosarino consiguió con la magia de su juego y la prepotencia de sus goles acompañar al Barcelona a hacer historia grande en Europa. El gigante catalán consiguió lo que casi nadie: la Triple Corona, al ganar las tres competiciones más importantes (la Liga, la Copa del Rey y la Champions League). El fue la cara más notoria y visible de un fenómeno de este tiempo: la destacada presencia de futbolistas argentinos que se consagran con sus equipos en las ligas más importantes de Europa.
En la final del torneo de clubes más rico del mundo, la Liga de Campeones de Europa, hubo un duelo entre jugadores de Selección: Messi frente a Carlos Tevez, con la camiseta del Manchester United. Más allá de la amargura del Olímpico de Roma, el pibe que se crió entre las rudezas de Fuerte Apache festejó otros dos títulos: la Premier League y la Carling Cup. Sin embargo, a pesar de su valioso aporte, el técnico Alex Ferguson permitió su partida al otro equipo de la ciudad: el Manchester City.
Carlitos no fue el único argentino que se consagró en Inglaterra: en la F.A. Cup, la competición más antigua de la historia, el Chelsea contó con el delantero Franco Di Santo, quien se está ganando minutos y espacio a fuerza de su presencia física.
En Italia, el Inter --el equipo del calcio con más argentinos en el plantel-- consiguió su cuarto scudetto consecutivo con la fórmula que viene manteniendo en el último lustro: muchos argentinos, algunos brasileños, más extranjeros y poquísimos italianos. Il Capitano Javier Zanetti volvió a ser el futbolista con más presencias (37 encuentros) en el plantel. Y Esteban Cambiasso, otro de los preferidos del entrenador José Mourinho, fue el tercero (34 partidos). En este plantel, que también obtuvo la Supercopa de Italia, jugaron otros cuatro futbolistas nacidos en la tierra de Maradona: Nicolás Burdisso, Julio Cruz, Walter Samuel y Hernán Crespo.
En la Copa de Italia también hubo una importante influencia argentina en el campeón: Lazio tuvo como capitán a El Malo Christian Ledesma (ex Boca) y como figura a Mauro Zárate, con el número 10 en la espalda.
En Le Championnat, el Bordeaux se consagró tras una década de espera y la impresionante hegemonía del Lyon. Y lo hizo con un relevante aporte de Fernando Cavenaghi, quien resultó el máximo anotador del equipo con 13 goles en 29 partidos. Diego Placente (a pesar de lesiones) también aportó su granito, con seis presencias (todas como titular). Con ellos, tras golear 4-0 al Vannes en el Stade de France, el equipo violeta obtuvo además la Copa de la Liga.
En Portugal sucede algo parecido a Italia: el Porto domina la Liga con el argumento de armar una base de argentinos. Lucho González (ahora transferido al Olympique de Marsella) es uno de los grandes ídolos del Dragón en la última década; Lisandro López (vendido en cifra récord al Lyon) volvió a ser el goleador; y también estuvieron Nelson Benítez, Andrés Madrid, Tomás Costa, Ernesto Farías y Mariano González. Todos ellos también levantaron la Copa de Portugal. Y en el tercer título en importancia del fútbol lusitano, la Copa de la Liga, se impuso el Benfica de Pablo Aimar y Angel Di María. Es decir, toda la gloria en Portugal fue celeste y blanca. Una vez más...
En Holanda, con Sergio Romero en el arco (con récord de imbatibilidad incluido) el AZ Alkmaar de Louis Van Gaal hizo historia: destronó a los grandes (Ajax, PSV Eindhoven y Feyenoord) y ganó la Eredivisie después de 28 años, con una campaña colosal.
En Alemania, se dio un caso curioso: el Wolfsburg fue campeón cuando ya había cedido a sus dos argentinos en el plantel: Jonathan Santana, quien jugó a préstamo para San Lorenzo, y Facundo Quiroga, quien fue transferido a River. Y en el subcampeón, Bayern Munich, tuvieron participación frecuente Martín Demichelis y José Sosa.
Waldemar Iglesias
En la final del torneo de clubes más rico del mundo, la Liga de Campeones de Europa, hubo un duelo entre jugadores de Selección: Messi frente a Carlos Tevez, con la camiseta del Manchester United. Más allá de la amargura del Olímpico de Roma, el pibe que se crió entre las rudezas de Fuerte Apache festejó otros dos títulos: la Premier League y la Carling Cup. Sin embargo, a pesar de su valioso aporte, el técnico Alex Ferguson permitió su partida al otro equipo de la ciudad: el Manchester City.
Carlitos no fue el único argentino que se consagró en Inglaterra: en la F.A. Cup, la competición más antigua de la historia, el Chelsea contó con el delantero Franco Di Santo, quien se está ganando minutos y espacio a fuerza de su presencia física.
En Italia, el Inter --el equipo del calcio con más argentinos en el plantel-- consiguió su cuarto scudetto consecutivo con la fórmula que viene manteniendo en el último lustro: muchos argentinos, algunos brasileños, más extranjeros y poquísimos italianos. Il Capitano Javier Zanetti volvió a ser el futbolista con más presencias (37 encuentros) en el plantel. Y Esteban Cambiasso, otro de los preferidos del entrenador José Mourinho, fue el tercero (34 partidos). En este plantel, que también obtuvo la Supercopa de Italia, jugaron otros cuatro futbolistas nacidos en la tierra de Maradona: Nicolás Burdisso, Julio Cruz, Walter Samuel y Hernán Crespo.
En la Copa de Italia también hubo una importante influencia argentina en el campeón: Lazio tuvo como capitán a El Malo Christian Ledesma (ex Boca) y como figura a Mauro Zárate, con el número 10 en la espalda.
En Le Championnat, el Bordeaux se consagró tras una década de espera y la impresionante hegemonía del Lyon. Y lo hizo con un relevante aporte de Fernando Cavenaghi, quien resultó el máximo anotador del equipo con 13 goles en 29 partidos. Diego Placente (a pesar de lesiones) también aportó su granito, con seis presencias (todas como titular). Con ellos, tras golear 4-0 al Vannes en el Stade de France, el equipo violeta obtuvo además la Copa de la Liga.
En Portugal sucede algo parecido a Italia: el Porto domina la Liga con el argumento de armar una base de argentinos. Lucho González (ahora transferido al Olympique de Marsella) es uno de los grandes ídolos del Dragón en la última década; Lisandro López (vendido en cifra récord al Lyon) volvió a ser el goleador; y también estuvieron Nelson Benítez, Andrés Madrid, Tomás Costa, Ernesto Farías y Mariano González. Todos ellos también levantaron la Copa de Portugal. Y en el tercer título en importancia del fútbol lusitano, la Copa de la Liga, se impuso el Benfica de Pablo Aimar y Angel Di María. Es decir, toda la gloria en Portugal fue celeste y blanca. Una vez más...
En Holanda, con Sergio Romero en el arco (con récord de imbatibilidad incluido) el AZ Alkmaar de Louis Van Gaal hizo historia: destronó a los grandes (Ajax, PSV Eindhoven y Feyenoord) y ganó la Eredivisie después de 28 años, con una campaña colosal.
En Alemania, se dio un caso curioso: el Wolfsburg fue campeón cuando ya había cedido a sus dos argentinos en el plantel: Jonathan Santana, quien jugó a préstamo para San Lorenzo, y Facundo Quiroga, quien fue transferido a River. Y en el subcampeón, Bayern Munich, tuvieron participación frecuente Martín Demichelis y José Sosa.
Waldemar Iglesias
viernes, 17 de julio de 2009
La derrota de la voluntad
El experimento político derrotado en las últimas elecciones tuvo como elemento central la voluntad, en más de un sentido. Tanto para sus líderes como para sus seguidores -en particular, los provenientes del campo intelectual- la voluntad fue simultáneamente el origen de una visión del mundo y una herramienta de acción para concretarla. Ante cada muestra de resistencia de la realidad para acomodarse a los deseos gubernamentales, el kirchnerismo respondió de manera consistente: reafirmando su deseo de que las cosas fueran de un modo distinto de como eran, "preservando su voluntad", aunque el mundo entero feneciese. Ese doble carácter de la voluntad fue lo que se puso en juego en las elecciones, lo que fue derrotado en ellas y lo que aparece -por su propia naturaleza- invulnerable a esa derrota y refugio final contra ella.
Y es que la celebración de la propia voluntad fue formulada en los términos de ideas morales, de preceptos sobre el bien y el mal, pero eso no estuvo orientado a imprimirle convicciones y dar empuje a la acción, sino por sobre todo a construir una imagen embellecida de ella.
El kirchnerismo quiso, y en alguna medida logró, forjar sobre el fondo de una historia esforzadamente estilizada la imagen de la Argentina como una nación compuesta por un pueblo virtuoso acosado por enemigos parasitarios, la imagen de una vida política en la que un "gobierno nacional y popular" se enfrentaba a extranjeros codiciosos y a una oligarquía derechista y antinacional, y la imagen de un presidente-militante ajeno a las bajezas de una clase política corrompida y mediocre.
El kirchnerismo ha sido, así, más potente en la generación de imágenes que en cualquier otro terreno. Y gracias a ello fue que los kirchneristas pudieron presentar el ejercicio de la acción política como una cuestión de voluntad -su voluntad- y destacar el ciclo inaugurado en 2003 de la historia previa, que habría estado signada precisamente por su ausencia.
Como uno de sus más conspicuos intelectuales orgánicos escribió, la Argentina habría vivido años de crisis política hasta la llegada de Kirchner al poder, por causa de la "abdicación de la voluntad política". Si los dirigentes no hubieran abdicado, el país podría haberse ahorrado los males del neoliberalismo, de la recesión, del derrumbe político, de la devaluación, de la fragmentación partidaria. Pero no fue así, y debió surgir el liderazgo de Kirchner para encarnar "el regreso de la voluntad política" al comando de la Nación. De lo que se trataba era de querer; si se quería lo correcto, lo virtuoso, entonces lo moralmente deseable se realizaría. Los Kirchner lo quisieron y dijeron incansablemente que lo querían. Hubiera sido inmoral no apoyarlos.
Esta concepción de la política tiene larga data, tanto dentro de la Argentina como fuera de ella. Es, por caso, la concepción que Weber criticó a los espartaquistas bávaros en 1919: la amalgama de moralidad y esteticismo que convierte a la acción política en el ejercicio de querer tener razón. Moralidad, como se dijo, porque hacer política sería ofrecer al mundo las virtudes personales de quienes militan. Pero también esteticismo, porque esas ideas morales virtuosas están asociadas a símbolos, a episodios, a experiencias que permiten a quienes las sostienen identificarse como parte de un colectivo, y son esas experiencias las que, ritualizadas, constituyen la estética que demarca la pertenencia al campo de la virtud. Y es este esteticismo el que termina predominando sobre la moral, cuando las "buenas intenciones" por sí mismas no alcanzan para concitar adhesión. Es una deriva de la acción política hacia la dramaturgia, a la que no casualmente se suelen entregar tanto revolucionarios fracasados como políticos profesionales hiperpragmáticos. Dos categorías de las que el kirchnerismo se supo nutrir profusamente. Por distintas razones, gente deseosa de dejar atrás y de ocultar las evidencias existentes sobre sus respectivas condiciones.
La política como celebración estética de ideas morales se diferencia de otras variantes de la vida política, que podrían denominarse "prácticas" y que por definición no son bellas ni mucho menos sublimes, pues se caracterizan por sumergirse en lo cotidiano, en lo opaco de la gestión, en deslucidas transacciones y acuerdos entre intereses, en negociaciones que por su propia naturaleza ponen entre paréntesis cualquier juicio moral sobre aquellos con quienes se negocia. Estas formas políticas son lo que el kirchnerismo, como experimento moral y estético de la voluntad, se dedicó a repudiar.
En lugar de eso, la experiencia kirchnerista se reivindicó desde su inicio como la "recuperación de lo auténtico" de la política. Y fue así como los Kirchner insistieron en presentarse como líderes deseosos de restaurar la decisión como afirmación de convicciones. Pero no sólo a eso, ni en particular a eso: en especial, recrearon la política como "puesta en escena" de la voluntad. De ahí que la estética de la decisión, más que la decisión misma, haya tramado los discursos oficiales: fue en esos términos que se combinaron en ellos los asuntos prácticos y los rituales de autocelebración, en anuncios de obras públicas acompañados de pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en un discurseo pedagógico y autorreferencial que presentó al matrimonio presidencial como "modelo" del país deseado, en un happening de datos estadísticos fabulados que pretendieron cimentar la imagen del "pueblo feliz".
Que esta visión fundamentalmente estética de la política no era inocua quedó de manifiesto cada vez que otros actores plantearon conflictos a las decisiones prácticas que el kirchnerismo vistió con sus ropajes. Nunca mejor que en la crisis del campo se hizo visible que lo que les interesaba a los Kirchner no era resolver conflictos, ni siquiera imponerse en ellos, sino fundamentalmente tener razón y preservar la imagen de su "voluntad". De allí que sería excesivo considerar hegemónico el proyecto que encarnaron: no es ése el carácter de una voluntad que no aspira a imponerse sobre el mundo, sino a pintar el suyo propio.
Se trató, más bien, de una voluntad indiferente a la hegemonía, dado que se consideraba, a priori, moral e históricamente superior. Esa pretendida superioridad fue, precisamente, lo que por naturaleza la ha hecho irreductible a las artes prácticas de la política democrática.
La voluntad kirchnerista de sostener que la Argentina es un paraíso de crecimiento económico, pleno empleo e igualación social, que la oposición es una colección de corruptos, explotadores, asesinos e incapaces y que el gobierno "nacional y popular" está apoyado por "sectores populares organizados" con férrea "conciencia nacional", esa voluntad perdió las elecciones el domingo 28. Pero la estética que dio su razón de ser a esa voluntad no ha sido derrotada.
En el fárrago de expresiones de lamentación que inundaron el universo oficial se escucharon voces bien representativas de ella, que sostenían más o menos lo siguiente: que a pesar del deslucido final que, ya parece inevitable, le espera a la experiencia kirchnerista, sus partidarios podrán guardar en la memoria el entusiasmo de haber participado de ella.
Que el momento cúlmine de un proceso político autodescripto como transformador se halle en los actos que habrían generado el entusiasmo de sus seguidores dice mucho sobre su carácter estético. Y sobre su condición como continuador de la tradición populista, que, en la Argentina y en el mundo, ha sido desde siempre profusa en producir imágenes y seducir por ellas, aun a quienes repudian sus efectos prácticos.
Querrán seguramente los seguidores de Kirchner que él sea recordado por la foto del general Bendini descolgando el retrato de Videla, o por su imagen abrazándose a sus seguidores en un acto en La Matanza, como hay quienes recuerdan como experiencias estéticas sublimes su paso por París o por Roma, o haber asistido al concierto de Jaco Pastorius en el Luna Park, o de Prince en River, o haber participado de un happening en el Di Tella. Lo sublime para los jóvenes y no tan jóvenes kirchneristas está asociado a un acto público, a un discurso, a un sentimiento de comunión con sectores populares. Las preferencias estéticas no pueden cuestionarse. Ni siquiera puede cuestionarse la idea de que una identidad política se construya en torno suyo. Pero puede cuestionarse, sí, que la democracia o su profundización puedan depender del "triunfo de la voluntad" encarnada en esos recuerdos.
Alejandro Bonvecchi, economista
Marcos Novaro, licenciado en Sociología.
Y es que la celebración de la propia voluntad fue formulada en los términos de ideas morales, de preceptos sobre el bien y el mal, pero eso no estuvo orientado a imprimirle convicciones y dar empuje a la acción, sino por sobre todo a construir una imagen embellecida de ella.
El kirchnerismo quiso, y en alguna medida logró, forjar sobre el fondo de una historia esforzadamente estilizada la imagen de la Argentina como una nación compuesta por un pueblo virtuoso acosado por enemigos parasitarios, la imagen de una vida política en la que un "gobierno nacional y popular" se enfrentaba a extranjeros codiciosos y a una oligarquía derechista y antinacional, y la imagen de un presidente-militante ajeno a las bajezas de una clase política corrompida y mediocre.
El kirchnerismo ha sido, así, más potente en la generación de imágenes que en cualquier otro terreno. Y gracias a ello fue que los kirchneristas pudieron presentar el ejercicio de la acción política como una cuestión de voluntad -su voluntad- y destacar el ciclo inaugurado en 2003 de la historia previa, que habría estado signada precisamente por su ausencia.
Como uno de sus más conspicuos intelectuales orgánicos escribió, la Argentina habría vivido años de crisis política hasta la llegada de Kirchner al poder, por causa de la "abdicación de la voluntad política". Si los dirigentes no hubieran abdicado, el país podría haberse ahorrado los males del neoliberalismo, de la recesión, del derrumbe político, de la devaluación, de la fragmentación partidaria. Pero no fue así, y debió surgir el liderazgo de Kirchner para encarnar "el regreso de la voluntad política" al comando de la Nación. De lo que se trataba era de querer; si se quería lo correcto, lo virtuoso, entonces lo moralmente deseable se realizaría. Los Kirchner lo quisieron y dijeron incansablemente que lo querían. Hubiera sido inmoral no apoyarlos.
Esta concepción de la política tiene larga data, tanto dentro de la Argentina como fuera de ella. Es, por caso, la concepción que Weber criticó a los espartaquistas bávaros en 1919: la amalgama de moralidad y esteticismo que convierte a la acción política en el ejercicio de querer tener razón. Moralidad, como se dijo, porque hacer política sería ofrecer al mundo las virtudes personales de quienes militan. Pero también esteticismo, porque esas ideas morales virtuosas están asociadas a símbolos, a episodios, a experiencias que permiten a quienes las sostienen identificarse como parte de un colectivo, y son esas experiencias las que, ritualizadas, constituyen la estética que demarca la pertenencia al campo de la virtud. Y es este esteticismo el que termina predominando sobre la moral, cuando las "buenas intenciones" por sí mismas no alcanzan para concitar adhesión. Es una deriva de la acción política hacia la dramaturgia, a la que no casualmente se suelen entregar tanto revolucionarios fracasados como políticos profesionales hiperpragmáticos. Dos categorías de las que el kirchnerismo se supo nutrir profusamente. Por distintas razones, gente deseosa de dejar atrás y de ocultar las evidencias existentes sobre sus respectivas condiciones.
La política como celebración estética de ideas morales se diferencia de otras variantes de la vida política, que podrían denominarse "prácticas" y que por definición no son bellas ni mucho menos sublimes, pues se caracterizan por sumergirse en lo cotidiano, en lo opaco de la gestión, en deslucidas transacciones y acuerdos entre intereses, en negociaciones que por su propia naturaleza ponen entre paréntesis cualquier juicio moral sobre aquellos con quienes se negocia. Estas formas políticas son lo que el kirchnerismo, como experimento moral y estético de la voluntad, se dedicó a repudiar.
En lugar de eso, la experiencia kirchnerista se reivindicó desde su inicio como la "recuperación de lo auténtico" de la política. Y fue así como los Kirchner insistieron en presentarse como líderes deseosos de restaurar la decisión como afirmación de convicciones. Pero no sólo a eso, ni en particular a eso: en especial, recrearon la política como "puesta en escena" de la voluntad. De ahí que la estética de la decisión, más que la decisión misma, haya tramado los discursos oficiales: fue en esos términos que se combinaron en ellos los asuntos prácticos y los rituales de autocelebración, en anuncios de obras públicas acompañados de pañuelos de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, en un discurseo pedagógico y autorreferencial que presentó al matrimonio presidencial como "modelo" del país deseado, en un happening de datos estadísticos fabulados que pretendieron cimentar la imagen del "pueblo feliz".
Que esta visión fundamentalmente estética de la política no era inocua quedó de manifiesto cada vez que otros actores plantearon conflictos a las decisiones prácticas que el kirchnerismo vistió con sus ropajes. Nunca mejor que en la crisis del campo se hizo visible que lo que les interesaba a los Kirchner no era resolver conflictos, ni siquiera imponerse en ellos, sino fundamentalmente tener razón y preservar la imagen de su "voluntad". De allí que sería excesivo considerar hegemónico el proyecto que encarnaron: no es ése el carácter de una voluntad que no aspira a imponerse sobre el mundo, sino a pintar el suyo propio.
Se trató, más bien, de una voluntad indiferente a la hegemonía, dado que se consideraba, a priori, moral e históricamente superior. Esa pretendida superioridad fue, precisamente, lo que por naturaleza la ha hecho irreductible a las artes prácticas de la política democrática.
La voluntad kirchnerista de sostener que la Argentina es un paraíso de crecimiento económico, pleno empleo e igualación social, que la oposición es una colección de corruptos, explotadores, asesinos e incapaces y que el gobierno "nacional y popular" está apoyado por "sectores populares organizados" con férrea "conciencia nacional", esa voluntad perdió las elecciones el domingo 28. Pero la estética que dio su razón de ser a esa voluntad no ha sido derrotada.
En el fárrago de expresiones de lamentación que inundaron el universo oficial se escucharon voces bien representativas de ella, que sostenían más o menos lo siguiente: que a pesar del deslucido final que, ya parece inevitable, le espera a la experiencia kirchnerista, sus partidarios podrán guardar en la memoria el entusiasmo de haber participado de ella.
Que el momento cúlmine de un proceso político autodescripto como transformador se halle en los actos que habrían generado el entusiasmo de sus seguidores dice mucho sobre su carácter estético. Y sobre su condición como continuador de la tradición populista, que, en la Argentina y en el mundo, ha sido desde siempre profusa en producir imágenes y seducir por ellas, aun a quienes repudian sus efectos prácticos.
Querrán seguramente los seguidores de Kirchner que él sea recordado por la foto del general Bendini descolgando el retrato de Videla, o por su imagen abrazándose a sus seguidores en un acto en La Matanza, como hay quienes recuerdan como experiencias estéticas sublimes su paso por París o por Roma, o haber asistido al concierto de Jaco Pastorius en el Luna Park, o de Prince en River, o haber participado de un happening en el Di Tella. Lo sublime para los jóvenes y no tan jóvenes kirchneristas está asociado a un acto público, a un discurso, a un sentimiento de comunión con sectores populares. Las preferencias estéticas no pueden cuestionarse. Ni siquiera puede cuestionarse la idea de que una identidad política se construya en torno suyo. Pero puede cuestionarse, sí, que la democracia o su profundización puedan depender del "triunfo de la voluntad" encarnada en esos recuerdos.
Alejandro Bonvecchi, economista
Marcos Novaro, licenciado en Sociología.
Argentinos que se hicieron famosos por Youtube
Cientos de millones de videos caseros circulan en la Web todos los días. YouTube marcó esta tendencia, convirtiéndose en el sitio de Internet más usado en el mundo para subir filmaciones caseras o un segmento de algún programa de tevé. Eso dice la consultora Nielsen NetRatings. Pero así como YouTube permite a cualquier persona tener su propio espacio, también puede catapultarla a la fama. ¿Cómo? Siendo vista por miles o millones de usuarios. Con frecuencia, 461.000 personas suben videos a YouTube desde la Argentina, según datos de marzo de 2009 de Ignis, una consultora de medios y comunicación. El 42,2 % de ellos está representado por adolescentes de entre 12 y 19 años. Y apenas el 3,76%, por los de 45 a 54 años.
En castellano, YouTube significa "Tu Televisor", porque en los Estados Unidos le dicen "tube" (tubo) a la televisión. Y se trata de un fenómeno global, que en la Argentina se transformó en una plataforma obligada para hacer campañas de marketing, presentar anuncios políticos y "castings personales" para que las discográficas y las productoras de televisión en búsqueda de nuevos talentos.
En nuestro país: "Lucchy", "Mareke", "Peter, el borrachín" y "La isla de Lost" cuentan la historia del salto de la pantalla casera a la pantalla grande. ¿La clave? Mostrar un momento espontáneo e irrepetible, que cause carcajadas o cosquilleos por tanta sorpresa. Eso dicen
El nene que tocó con Carlos Santana
Lucciano Pizzichini tiene nueve años y aprendió a leer las notas musicales antes que las letras. Rock, blues y jazz son sus palabras preferidas. Practica guitarra tres horas por día desde que tiene dos años. En 2007, un día de junio como estos, aunque en pleno verano de Miami, donde vivió hasta el año pasado, su amigo Pablo lo agarró con "las manos en la masa": una guitarra. Era uno de esos conciertos que hacía en la calle. A la semana, Pablo subió el video a YouTube y, en tres meses, miles de personas ya lo habían visto. Hoy acumula más de dos millones de reproducciones. "Aunque no buscábamos la fama, hubiese sido más difícil llegar sin la ayuda del video", asegura Adrián, su papá (42), también músico, y su profesor. Hoy "Lucchy" se convirtió en "niño prodigio". Tocó con Carlos Santana, con el baterista de los Guns N' Roses y en Hollywood. Y hasta viajó a Japón. "La gente lo conoce por los videos. A veces lo paran y lo felicitan", dice Adrián. Pero no todo es color de rosa. Adrián dice que no todos los comentarios son buenos. Algunos les escriben: "Es muy chiquito, lo estás explotando, déjalo vivir".
Un pintor de letras que llegó a la televisión
Espectacular... A, a, a, a, a.", repite y ríe sin cesar. "Esa es mi marca registrada", asegura José Luis Castro, de 45 años y "pintor de letras", más conocido como "Peter, el borrachín".
Peter apareció en el programa "Policías en acción" de Canal 13 el año pasado. Lo filmaron en Los Polvorines mientras pintaba "Ariel" sobre la ventana trasera de una camioneta Ford Ranger, con vaso de vino tinto en mano y haciendo reír a todos los que pasaban por allí. Más de 20 usuarios de YouTube subieron ese video. Uno de ellos fue visto 154.655 veces. Dice que para testear la repercusión que tuvo se fue hasta la ciudad de San Pedro para ver si inclusive allí lo conocían. Y lo reconocieron. Ahora, participa en el programa "Sin Codificar", de Diego Korol. "Estuvieron tratando de ubicarme", cuenta. Y para hablar con él los productores debieron regalarle un celular. "No entiendo nada de Internet. Nunca me imaginé que me iba a pasar esto, ahora soy un virusss", bromea. Y se sigue riendo.
Casting exitoso
Sara Solnik murió de un ataque de presión sin saber la repercusión que aún hoy tiene su video de YouTube. Era actriz desde los 14. Trabajó con Guinzburg y Tinelli, y en Amigovios y otras novelas. Pero fue un disparo ficticio en un casting lo que la inmortalizó. "Nunca se consideró famosa ni en broma. Si viera la repercusión de ese video no entendería nada", dijo su marido Fortunato Olivero.
Un grupo de jóvenes que sólo quiere diversión
Oh Mirta, tengo que decirte que me muero por Lost", cantan en un video con la melodía de "La isla del sol". Fue filmado en la Reserva Ecológica de la Ciudad por Ariel Sotomayor, Gabriel Díaz y Sergio Furguele -todos de 27 años y de San Cristóbal-, y Marcelo Yañes (25, San Telmo), Nahuel Rodríguez (27, Belgrano) y Analía Ruíz (22, Merlo), en febrero. Pero recién hace tres meses lo subieron a YouTube y ya tiene 81.834 reproducciones. Su tema "La isla de Lost" lo pasaron por la Rock & Pop, el noticiero de Telefé y RSM. Dicen que usaron el fanatismo de la serie para demostrar lo que saben hacer: animar. "Recién empezamos a ser populares, no queremos dedicarnos a la actuación", dice Ariel. "Subimos el video porque es gratis y la gente lo pedía", cuenta Gabriel. No todos los comentarios les gustan: "Algunos dicen que lo podría hacer cualquiera".
El imitador de las voces más destacadas
A Marco Caldironi, un estudiante de administración de 21 años, YouTube le cambió la vida. En abril de este año se mudó de Bahía Blanca a Palermo por su trabajo. ¿Cuál? Imitar las voces de Coco Basile, Fernando De la Rúa y Luis D'Elía, entre otros tantos personajes, en los programas "Paraíso Terrenal" y "La Comunidad". También estuvo en "Duro de Domar".
"Fue Santiago, un compañero de la universidad, el que me llevó a esta exposición", cuenta. Una noche como tantas otras en su ciudad natal, se reunió a tomar un par de cervezas con sus amigos. Entre chiste y chiste, Santiago capturó con una cámara digital el momento: las voces de Marco, hoy conocido como "Mareke".
A la semana, Santiago le dijo a Marco: "Mira, el video que tengo". Se rió, y lo subió a YouTube con la intención de ganar más risas. Hoy tiene 689.277 reproducciones. "No quería que lo subiera, me parecía algo íntimo entre amigos", dice.
Guillermina De Domini
En castellano, YouTube significa "Tu Televisor", porque en los Estados Unidos le dicen "tube" (tubo) a la televisión. Y se trata de un fenómeno global, que en la Argentina se transformó en una plataforma obligada para hacer campañas de marketing, presentar anuncios políticos y "castings personales" para que las discográficas y las productoras de televisión en búsqueda de nuevos talentos.
En nuestro país: "Lucchy", "Mareke", "Peter, el borrachín" y "La isla de Lost" cuentan la historia del salto de la pantalla casera a la pantalla grande. ¿La clave? Mostrar un momento espontáneo e irrepetible, que cause carcajadas o cosquilleos por tanta sorpresa. Eso dicen
El nene que tocó con Carlos Santana
Lucciano Pizzichini tiene nueve años y aprendió a leer las notas musicales antes que las letras. Rock, blues y jazz son sus palabras preferidas. Practica guitarra tres horas por día desde que tiene dos años. En 2007, un día de junio como estos, aunque en pleno verano de Miami, donde vivió hasta el año pasado, su amigo Pablo lo agarró con "las manos en la masa": una guitarra. Era uno de esos conciertos que hacía en la calle. A la semana, Pablo subió el video a YouTube y, en tres meses, miles de personas ya lo habían visto. Hoy acumula más de dos millones de reproducciones. "Aunque no buscábamos la fama, hubiese sido más difícil llegar sin la ayuda del video", asegura Adrián, su papá (42), también músico, y su profesor. Hoy "Lucchy" se convirtió en "niño prodigio". Tocó con Carlos Santana, con el baterista de los Guns N' Roses y en Hollywood. Y hasta viajó a Japón. "La gente lo conoce por los videos. A veces lo paran y lo felicitan", dice Adrián. Pero no todo es color de rosa. Adrián dice que no todos los comentarios son buenos. Algunos les escriben: "Es muy chiquito, lo estás explotando, déjalo vivir".
Un pintor de letras que llegó a la televisión
Espectacular... A, a, a, a, a.", repite y ríe sin cesar. "Esa es mi marca registrada", asegura José Luis Castro, de 45 años y "pintor de letras", más conocido como "Peter, el borrachín".
Peter apareció en el programa "Policías en acción" de Canal 13 el año pasado. Lo filmaron en Los Polvorines mientras pintaba "Ariel" sobre la ventana trasera de una camioneta Ford Ranger, con vaso de vino tinto en mano y haciendo reír a todos los que pasaban por allí. Más de 20 usuarios de YouTube subieron ese video. Uno de ellos fue visto 154.655 veces. Dice que para testear la repercusión que tuvo se fue hasta la ciudad de San Pedro para ver si inclusive allí lo conocían. Y lo reconocieron. Ahora, participa en el programa "Sin Codificar", de Diego Korol. "Estuvieron tratando de ubicarme", cuenta. Y para hablar con él los productores debieron regalarle un celular. "No entiendo nada de Internet. Nunca me imaginé que me iba a pasar esto, ahora soy un virusss", bromea. Y se sigue riendo.
Casting exitoso
Sara Solnik murió de un ataque de presión sin saber la repercusión que aún hoy tiene su video de YouTube. Era actriz desde los 14. Trabajó con Guinzburg y Tinelli, y en Amigovios y otras novelas. Pero fue un disparo ficticio en un casting lo que la inmortalizó. "Nunca se consideró famosa ni en broma. Si viera la repercusión de ese video no entendería nada", dijo su marido Fortunato Olivero.
Un grupo de jóvenes que sólo quiere diversión
Oh Mirta, tengo que decirte que me muero por Lost", cantan en un video con la melodía de "La isla del sol". Fue filmado en la Reserva Ecológica de la Ciudad por Ariel Sotomayor, Gabriel Díaz y Sergio Furguele -todos de 27 años y de San Cristóbal-, y Marcelo Yañes (25, San Telmo), Nahuel Rodríguez (27, Belgrano) y Analía Ruíz (22, Merlo), en febrero. Pero recién hace tres meses lo subieron a YouTube y ya tiene 81.834 reproducciones. Su tema "La isla de Lost" lo pasaron por la Rock & Pop, el noticiero de Telefé y RSM. Dicen que usaron el fanatismo de la serie para demostrar lo que saben hacer: animar. "Recién empezamos a ser populares, no queremos dedicarnos a la actuación", dice Ariel. "Subimos el video porque es gratis y la gente lo pedía", cuenta Gabriel. No todos los comentarios les gustan: "Algunos dicen que lo podría hacer cualquiera".
El imitador de las voces más destacadas
A Marco Caldironi, un estudiante de administración de 21 años, YouTube le cambió la vida. En abril de este año se mudó de Bahía Blanca a Palermo por su trabajo. ¿Cuál? Imitar las voces de Coco Basile, Fernando De la Rúa y Luis D'Elía, entre otros tantos personajes, en los programas "Paraíso Terrenal" y "La Comunidad". También estuvo en "Duro de Domar".
"Fue Santiago, un compañero de la universidad, el que me llevó a esta exposición", cuenta. Una noche como tantas otras en su ciudad natal, se reunió a tomar un par de cervezas con sus amigos. Entre chiste y chiste, Santiago capturó con una cámara digital el momento: las voces de Marco, hoy conocido como "Mareke".
A la semana, Santiago le dijo a Marco: "Mira, el video que tengo". Se rió, y lo subió a YouTube con la intención de ganar más risas. Hoy tiene 689.277 reproducciones. "No quería que lo subiera, me parecía algo íntimo entre amigos", dice.
Guillermina De Domini
Responsabilidad de los Medios de Comunicación
Gonzalo Arias, Docente de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad de Buenos Aires, recuerda posicionamientos de los medios de comunicación frente a diversos temas, para preguntarse sobre la responsabilidad en la comunicación.
Como decía César Jaroslavsky, “los medios atacan como partido político y se defienden con la libertad de prensa”. Paradójicamente, luego de las elecciones del domingo 28, las acciones de uno de los grupos de multimedios más importantes aumentaron en un 30 % en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Los medios de comunicación son un pilar esencial a la hora de construir la realidad de un país. Ellos deciden qué mostrar y de qué manera, de eso no hay duda sea cual fuere el enfoque teórico desde el cual se los analice. Por eso, es interesante, pocos días después de las elecciones nacionales legislativas, hacer un breve repaso de la lectura que hicieron el “día después”.
Entre alusiones y omisiones, los guarismos mediáticos dejaron entrever que Gabriela Michetti obtuvo un 31 % en Capital Federal y Néstor Kirchner un 32 en la provincia de Buenos Aires. Dos años antes, el Frente para la Victoria conseguía el 47 % de los votos en las elecciones presidenciales y, ese mismo año, Mauricio Macri ganaba en ballottage en la ciudad de Buenos Aires, con más del 60 %de los votos.
Si bien es cierto que Michetti se impuso en Capital Federal y Kirchner perdió en la provincia de Buenos Aires, el ex presidente logró un porcentaje mayor al de Michetti y, a su vez, en ambos partidos se vislumbra una disminución preponderante entre el apoyo conseguido en el 2007 y el actual.
La lectura de los medios respecto del escenario nacional refiere que el 70% de los argentinos no votó a Kirchner y, sin embargo, en Capital, sólo afirma que Michetti ganó, consolidando así la propuesta del PRO. ¿Por qué ignorar que hubo también un 70 % de la población que no apostó por el proyecto PRO?
¿Por qué los grandes medios muestran esa direccionalidad en sus lecturas de lo que sucedió en la Ciudad y a nivel nacional? Se le reclama al Gobierno responsabilidad para poder mantener la gobernabilidad ante un escenario adverso, pero no se le exige lo mismo a la oposición, que debería cumplir un papel igualmente responsable, acompañando y apuntalando para fortalecer el sistema democrático. Nadie puede atentar contra el Estado ni contra el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, para ello los gobiernos deben ser responsables y bregar por los preceptos constitucionales. Pero, ¿qué pasa con la responsabilidad de los medios de comunicación?
Hace pocos días se produjo en Honduras la destitución del presidente constitucional José Manuel Zelaya Rosales por parte de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la versión española de la cadena de noticias de Estados Unidos CNN titulaba este episodio como “transición forzada”. A partir de la manera de comunicar lo sucedido en Honduras, ¿es responsable la CNN sosteniendo, de alguna manera, el golpe de Estado?
No hay dudas de que en las sociedades actuales, donde el acceso a la información es marca de ciudadanía, los medios de comunicación cumplen una función social de gran envergadura. Son los principales productores culturales de la época. No obstante, los políticos pasan y reciben su escarmiento en las urnas, la población trata de sortear las sucesivas crisis que nos aquejan en las últimas décadas, ¿y los medios? ¿Qué función cumplen para lograr que el país crezca y se consolide en su vida democrática?
No recuerdo que este actor social haya recibido quejas por parte de la sociedad en relación a la responsabilidad que están obligados a cumplir. Ni siquiera en casos tan evidentes como el que pasó hace unos meses con un diario deportivo que convalidó como información exclusiva un fotomontaje que había realizado un aficionado a un foro de Internet. Sin embargo, hablamos de que es estratégica la manera en la que se transmite y recibe la información por estos días.
Deberíamos ser más exigentes a la hora de equilibrar las demandas de responsabilidades, es cierto que necesitamos políticos comprometidos con sus electores, pero también necesitamos medios de comunicación responsables en el tratamiento de la información. Recordemos que en España, cuando fue el atentado en la estación de trenes Atocha, el gobierno de José María Aznar y los principales medios le atribuyeron el siniestro a la ETA para despegar al gobierno español de la política exterior de Estados Unidos a pocos días de las elecciones presidenciales. Sin embargo, el pueblo español se manifestó y exigió la verdad. El atentado fue realizado por la organización Al Qaida, y José Luis Zapatero fue elegido presidente en aquel marzo de 2004.
La ciudadanía también tiene que asumir la responsabilidad de exigir ser informada responsablemente y que no le mientan. Ni cuando nos cuentan acuerdos millonarios con China, amenazas de corridas bancarias u olas de inseguridad. Tiene que buscar herramientas que le permitan avanzar en este sentido. Si la agenda pública sólo se construye según los intereses que indican balances comerciales de los medios, quiere decir que la población se está perdiendo de algo o, lo que es peor aún, no recibe información, un recurso indispensable para ejercer la ciudadanía plenamente en el siglo XXI.
Como decía César Jaroslavsky, “los medios atacan como partido político y se defienden con la libertad de prensa”. Paradójicamente, luego de las elecciones del domingo 28, las acciones de uno de los grupos de multimedios más importantes aumentaron en un 30 % en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires. Los medios de comunicación son un pilar esencial a la hora de construir la realidad de un país. Ellos deciden qué mostrar y de qué manera, de eso no hay duda sea cual fuere el enfoque teórico desde el cual se los analice. Por eso, es interesante, pocos días después de las elecciones nacionales legislativas, hacer un breve repaso de la lectura que hicieron el “día después”.
Entre alusiones y omisiones, los guarismos mediáticos dejaron entrever que Gabriela Michetti obtuvo un 31 % en Capital Federal y Néstor Kirchner un 32 en la provincia de Buenos Aires. Dos años antes, el Frente para la Victoria conseguía el 47 % de los votos en las elecciones presidenciales y, ese mismo año, Mauricio Macri ganaba en ballottage en la ciudad de Buenos Aires, con más del 60 %de los votos.
Si bien es cierto que Michetti se impuso en Capital Federal y Kirchner perdió en la provincia de Buenos Aires, el ex presidente logró un porcentaje mayor al de Michetti y, a su vez, en ambos partidos se vislumbra una disminución preponderante entre el apoyo conseguido en el 2007 y el actual.
La lectura de los medios respecto del escenario nacional refiere que el 70% de los argentinos no votó a Kirchner y, sin embargo, en Capital, sólo afirma que Michetti ganó, consolidando así la propuesta del PRO. ¿Por qué ignorar que hubo también un 70 % de la población que no apostó por el proyecto PRO?
¿Por qué los grandes medios muestran esa direccionalidad en sus lecturas de lo que sucedió en la Ciudad y a nivel nacional? Se le reclama al Gobierno responsabilidad para poder mantener la gobernabilidad ante un escenario adverso, pero no se le exige lo mismo a la oposición, que debería cumplir un papel igualmente responsable, acompañando y apuntalando para fortalecer el sistema democrático. Nadie puede atentar contra el Estado ni contra el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, para ello los gobiernos deben ser responsables y bregar por los preceptos constitucionales. Pero, ¿qué pasa con la responsabilidad de los medios de comunicación?
Hace pocos días se produjo en Honduras la destitución del presidente constitucional José Manuel Zelaya Rosales por parte de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, la versión española de la cadena de noticias de Estados Unidos CNN titulaba este episodio como “transición forzada”. A partir de la manera de comunicar lo sucedido en Honduras, ¿es responsable la CNN sosteniendo, de alguna manera, el golpe de Estado?
No hay dudas de que en las sociedades actuales, donde el acceso a la información es marca de ciudadanía, los medios de comunicación cumplen una función social de gran envergadura. Son los principales productores culturales de la época. No obstante, los políticos pasan y reciben su escarmiento en las urnas, la población trata de sortear las sucesivas crisis que nos aquejan en las últimas décadas, ¿y los medios? ¿Qué función cumplen para lograr que el país crezca y se consolide en su vida democrática?
No recuerdo que este actor social haya recibido quejas por parte de la sociedad en relación a la responsabilidad que están obligados a cumplir. Ni siquiera en casos tan evidentes como el que pasó hace unos meses con un diario deportivo que convalidó como información exclusiva un fotomontaje que había realizado un aficionado a un foro de Internet. Sin embargo, hablamos de que es estratégica la manera en la que se transmite y recibe la información por estos días.
Deberíamos ser más exigentes a la hora de equilibrar las demandas de responsabilidades, es cierto que necesitamos políticos comprometidos con sus electores, pero también necesitamos medios de comunicación responsables en el tratamiento de la información. Recordemos que en España, cuando fue el atentado en la estación de trenes Atocha, el gobierno de José María Aznar y los principales medios le atribuyeron el siniestro a la ETA para despegar al gobierno español de la política exterior de Estados Unidos a pocos días de las elecciones presidenciales. Sin embargo, el pueblo español se manifestó y exigió la verdad. El atentado fue realizado por la organización Al Qaida, y José Luis Zapatero fue elegido presidente en aquel marzo de 2004.
La ciudadanía también tiene que asumir la responsabilidad de exigir ser informada responsablemente y que no le mientan. Ni cuando nos cuentan acuerdos millonarios con China, amenazas de corridas bancarias u olas de inseguridad. Tiene que buscar herramientas que le permitan avanzar en este sentido. Si la agenda pública sólo se construye según los intereses que indican balances comerciales de los medios, quiere decir que la población se está perdiendo de algo o, lo que es peor aún, no recibe información, un recurso indispensable para ejercer la ciudadanía plenamente en el siglo XXI.
Mujeres que (se) pintan La Boca
No hablamos de “boquitas pintadas” con rouge. Hablamos de “Mujeres de la Boca que pintan su barrio” y tienen nombre y apellido: son ellas Gladys Insaurralde, Higinia Bogado, Estela Arriola y Julia Cañete.
Comenzaron buscando una gratificación espiritual al margen de las agotadoras labores de trabajadoras y madres y terminaron descubriéndose artistas. No se trataba de un entretenimiento, sino de una vocación escondida que las hizo ver la realidad de una manera distinta e insospechada hasta entonces para ellas. El barrio había ejercido su magia contribuyendo con ese afloramiento de la sensibilidad estética y de la incipiente habilidad para concretarla y ya van por su segunda exposición en la sede de la Biblioteca Popular del Ateneo Eva Perón de Iberlucea 1158. Sus obras entran en la categoría de lo que se denomina comúnmente arte ingenuo o “naif”. Pero en realidad exceden ese formato y apuntan a un crecimiento que desembocará, seguramente, en obras mayores.
En principio hagamos una diferenciación que consideró más que necesaria: el arte “naif”, como una especialidad de la pintura, se enseña generalmente en academias establecidas al efecto. Es decir, se va a ellas a “aprender a ser inocentes”, a recuperar la candidez del niño, lo cual, en muchos casos, se traduce en una verdadera impostura.
En el caso de “Mujeres de la Boca...”, en cambio, la imagen surge desde la propia esencia de lo espontáneo. Sus autoras no intentan aprender un estereotipo, sino manifestar su manera personal de percibir lo que sucede todos los días antes sus ojos.
Manifiestan en su último catálogo: “Rescatar cuatro horas semanales para nuestro interior, fue un privilegio y un acierto. Por eso estamos nuevamente con deseos de mostrar nuestro crecimiento. Algunas nos atrevimos a la maravillosa experiencia del dibujo. Seguimos encontrando nuestra fuente de inspiración en el barrio de La Boca. Este lugar geográfico al que pertenecemos, por transitar a diarios sus veredas y conocer sus rincones que tiene pasado y presente. Por eso además de mostrar sus colores, queremos dar a conocer nuestro enriquecimiento interior...”.
Este posicionamiento, esta voluntad de conquistar un espacio, este deslumbrase ante la realidad cotidiana es el que va ensanchando el perfil de artistas que se vislumbra en cada una de ellas. Van comenzando a tomar conciencia de que las anteceden creadores de la dimensión de Quinquela, Lacamera, Tiglio, Victorica, y de la importancia de abrevar en ellos. Los tienen allí, a su alcance, en el Museo BQM, en la ribera; el barrio que las hizo artistas también les da sustento para perfeccionarse.
Estas “señoras grandes”, que se pusieron a crear más allá de la diversión, encarnan la esperanza de un pueblo que reconstruye su tejido social a pesar de las adversidades y las dificultades que les presenta el sistema.
Con su actitud asombran hasta a sus propios hijos, al mostrarles que en una sociedad bombardeada por el consumismo o acechada por la miseria, se puede convertir a un acto gratuito en un hecho significante y gratificante. Qué el espíritu puede sobrepasar a la conveniencia. Qué –como enseñan las Madres de Plaza de Mayo- es necesario seguir “pariendo sueños” para el bien del pueblo.
Apoyan a este grupo los Promotores de Salud de la Vuelta de Rocha, integrantes del Programa de Salud Comunitaria del Servicio Social del Hospital Argerich y el Servicio de Terapia Ocupacional del Hospital Borda.
Salvador Linares
Comenzaron buscando una gratificación espiritual al margen de las agotadoras labores de trabajadoras y madres y terminaron descubriéndose artistas. No se trataba de un entretenimiento, sino de una vocación escondida que las hizo ver la realidad de una manera distinta e insospechada hasta entonces para ellas. El barrio había ejercido su magia contribuyendo con ese afloramiento de la sensibilidad estética y de la incipiente habilidad para concretarla y ya van por su segunda exposición en la sede de la Biblioteca Popular del Ateneo Eva Perón de Iberlucea 1158. Sus obras entran en la categoría de lo que se denomina comúnmente arte ingenuo o “naif”. Pero en realidad exceden ese formato y apuntan a un crecimiento que desembocará, seguramente, en obras mayores.
En principio hagamos una diferenciación que consideró más que necesaria: el arte “naif”, como una especialidad de la pintura, se enseña generalmente en academias establecidas al efecto. Es decir, se va a ellas a “aprender a ser inocentes”, a recuperar la candidez del niño, lo cual, en muchos casos, se traduce en una verdadera impostura.
En el caso de “Mujeres de la Boca...”, en cambio, la imagen surge desde la propia esencia de lo espontáneo. Sus autoras no intentan aprender un estereotipo, sino manifestar su manera personal de percibir lo que sucede todos los días antes sus ojos.
Manifiestan en su último catálogo: “Rescatar cuatro horas semanales para nuestro interior, fue un privilegio y un acierto. Por eso estamos nuevamente con deseos de mostrar nuestro crecimiento. Algunas nos atrevimos a la maravillosa experiencia del dibujo. Seguimos encontrando nuestra fuente de inspiración en el barrio de La Boca. Este lugar geográfico al que pertenecemos, por transitar a diarios sus veredas y conocer sus rincones que tiene pasado y presente. Por eso además de mostrar sus colores, queremos dar a conocer nuestro enriquecimiento interior...”.
Este posicionamiento, esta voluntad de conquistar un espacio, este deslumbrase ante la realidad cotidiana es el que va ensanchando el perfil de artistas que se vislumbra en cada una de ellas. Van comenzando a tomar conciencia de que las anteceden creadores de la dimensión de Quinquela, Lacamera, Tiglio, Victorica, y de la importancia de abrevar en ellos. Los tienen allí, a su alcance, en el Museo BQM, en la ribera; el barrio que las hizo artistas también les da sustento para perfeccionarse.
Estas “señoras grandes”, que se pusieron a crear más allá de la diversión, encarnan la esperanza de un pueblo que reconstruye su tejido social a pesar de las adversidades y las dificultades que les presenta el sistema.
Con su actitud asombran hasta a sus propios hijos, al mostrarles que en una sociedad bombardeada por el consumismo o acechada por la miseria, se puede convertir a un acto gratuito en un hecho significante y gratificante. Qué el espíritu puede sobrepasar a la conveniencia. Qué –como enseñan las Madres de Plaza de Mayo- es necesario seguir “pariendo sueños” para el bien del pueblo.
Apoyan a este grupo los Promotores de Salud de la Vuelta de Rocha, integrantes del Programa de Salud Comunitaria del Servicio Social del Hospital Argerich y el Servicio de Terapia Ocupacional del Hospital Borda.
Salvador Linares
jueves, 16 de julio de 2009
Hambre infantil. bolsones de impunidad
Varios países europeos caben en la monumental geografía de la provincia de Buenos Aires. Sus pampas sin límites y sus distintos climas también darían lugar para millones y millones de seres humanos. Sin embargo no hay lugar para que todas las pibas y pibes de Buenos Aires estén bien alimentados. El alerta sanitaria que llegó como consecuencia de la gripe A también trajo el cierre de los comedores escolares. Allí se alimentan, casi todos los días, 2.056.307 chicas y chicos que intentan cumplir con los ciclos inicial, primario y secundario de la educación. No pueden comer en sus casas, tienen que hacerlo en las escuelas. Brutal naturalización de la concentración de riquezas en pocas manos en el principal estado de la Argentina. De allí que el gobierno bonaerense haya decidido repartir canastas alimentarias cada quince días. El problema es que hay poca comida en esos bolsones cuyo costo es de tres pesos por ración. Para Carlos Bertolotti, pediatra del Hospital de Niños de La Plata, la entrega de estos bolsones implica “realizar un trabajo de campo para analizar cómo viven los chicos que reciben el bolsón. Seguramente habrá chicos que les alcance y a otros que no... De nada sirve dar arroz, si en las casas no tienen garrafa, gas y herramientas para cocinarlo... Crudo no se lo pueden comer...”, sostuvo el profesional acostumbrado a tratar a hijos del pueblo empobrecido.
Según Amelia García, titular de Suteba La Plata, “la mercadería no es la prometida, ya que ni siquiera incluye un jabón. El Estado está ahorrando plata en medio de la crisis sanitaria, porque si se divide por quince días el total del costo de la canasta que le entregaron a cada chico, no llega a dar el mísero costo de 3 pesos por día, que es lo presupuestado por alumno para los comedores durante una situación normal. La ausencia del Estado es total... ¿En ningún momento se pusieron a pensar que en las casas pobres no tienen ni agua, ni cocina, ni gas?”, se preguntó la dirigente gremial.
Eduardo Olguín, dirigente del Frente Popular Darío Santillán, coordinador de varios comedores sociales en La Plata, Berisso y Ensenada, dijo que “es paradójico” que informen que la gripe A afecta a quienes tienen “defensas bajas” y “estén entregando este tipo de alimentos que no tienen ningún valor nutricional... En los barrios no hay ninguna campaña. Ninguna autoridad municipal ni de ningún tipo que se haya acercado a llevar información o insumos... Nos hemos organizado por nuestra cuenta y los comedores los tenemos abiertos, cocinamos el almuerzo, pero repartimos las viandas para que cada familia se las lleve... En estas bolsas no se incluyen productos de limpieza... Nadie que se alimenta solamente con fideos puede tener las defensas altas”, concluyó el dirigente barrial.
Más allá que por la geografía y la riqueza que tiene la provincia de Buenos Aires varios países europeos podrían vivir, queda claro que semejante abundancia es para pocos. Para los que son más apenas llegan estos bolsones cargados de impunidad.
Carlos del Frade
Según Amelia García, titular de Suteba La Plata, “la mercadería no es la prometida, ya que ni siquiera incluye un jabón. El Estado está ahorrando plata en medio de la crisis sanitaria, porque si se divide por quince días el total del costo de la canasta que le entregaron a cada chico, no llega a dar el mísero costo de 3 pesos por día, que es lo presupuestado por alumno para los comedores durante una situación normal. La ausencia del Estado es total... ¿En ningún momento se pusieron a pensar que en las casas pobres no tienen ni agua, ni cocina, ni gas?”, se preguntó la dirigente gremial.
Eduardo Olguín, dirigente del Frente Popular Darío Santillán, coordinador de varios comedores sociales en La Plata, Berisso y Ensenada, dijo que “es paradójico” que informen que la gripe A afecta a quienes tienen “defensas bajas” y “estén entregando este tipo de alimentos que no tienen ningún valor nutricional... En los barrios no hay ninguna campaña. Ninguna autoridad municipal ni de ningún tipo que se haya acercado a llevar información o insumos... Nos hemos organizado por nuestra cuenta y los comedores los tenemos abiertos, cocinamos el almuerzo, pero repartimos las viandas para que cada familia se las lleve... En estas bolsas no se incluyen productos de limpieza... Nadie que se alimenta solamente con fideos puede tener las defensas altas”, concluyó el dirigente barrial.
Más allá que por la geografía y la riqueza que tiene la provincia de Buenos Aires varios países europeos podrían vivir, queda claro que semejante abundancia es para pocos. Para los que son más apenas llegan estos bolsones cargados de impunidad.
Carlos del Frade
Ser español no seduce en Argentina
La crisis y la burocracia reducen al mínimo las peticiones de nacionalidad que la Ley de Memoria Histórica reserva para hijos y nietos de españoles
Primero se dijo que serían entre 400.000 y 600.000 argentinos los que tendrían derecho a solicitar la nacionalidad española, gracias a la disposición adicional de la Ley de Memoria Histórica, que permite que los nietos de españoles opten también al pasaporte de sus abuelos. Luego se leyó mejor el texto legal y se calculó que las peticiones rondarían realmente las 100.000. Han pasado seis meses desde la entrada en vigor de la ley, en diciembre de 2008, y la realidad es que el consulado español en Buenos Aires no ha recibido ni tan siquiera 10.000 solicitudes. "Ha sido una auténtica sorpresa", reconoce José Antonio Nespral, presidente del Centro Asturiano en la capital argentina. Todo el dispositivo montado por el servicio consular, con citas previas vía Internet para evitar aglomeraciones y supuestas avalanchas de argentinos ansiosos de lograr un pasaporte español, se ha demostrado superfluo. Las colas de los primeros días han ido desapareciendo y las expectativas, reduciéndose.
¿Qué ha sucedido para que menos de 10.000 de los centenares de miles de nietos de españoles que viven en Argentina hayan iniciado realmente los trámites de solicitud?
Se trata, probablemente, de un conjunto de circunstancias: las restricciones objetivas que impone la ley, las dificultades para conseguir la documentación necesaria, y también que España, sumida en una fuerte crisis económica, ha dejado de ser un destino deseado. "Hay dificultades técnicas considerables", asegura José Antonio Nespral. "Primero, porque no es fácil conseguir las partidas de nacimiento de los abuelos, en España, documentos a veces casi ilegibles".
Por otro lado, la Ley de Memoria Histórica esta pensada para los descendientes de quienes emigraron entre 1936 y 1955, el exilio provocado por la Guerra Civil. Muchas de esas personas no inscribieron a sus hijos en el registro español (se sentían ajenos a cualquier cosa que representara al franquismo), sobre todo los que no se quedaron en las grandes ciudades sino que emigraron hacia el interior del país y, muy especialmente, al mundo rural.
En teoría, los nietos de esos españoles, llegados en ese periodo, podrían acogerse a la nueva ley (con un espacio de vigencia de dos años) y solicitar el pasaporte de sus abuelos. Pero una vez más surgen los problemas burocráticos: según el Código Civil, no se puede producir un salto generacional, ni la ruptura de la cadena, lo que quiere decir que, antes de inscribir a los nietos como españoles, habría que inscribir a sus padres. Y en algunos casos, los padres están muertos.
¿Pueden los nietos inscribir a sus padres ya fallecidos? No parece que los consulados se encuentren cómodos con esa posibilidad, comenta el director del Centro Galicia, José María Vila Alen. Y si están vivos y pueden inscribirse, la ley dice que sólo transmiten el derecho a la nacionalidad a sus hijos menores de edad.
Ni "abriendo la mano"
"No existe un censo real que permita saber cuántos argentinos tienen un abuelo o abuela nacido en España, pero indudablemente se cuentan en centenares de miles, si se tienen en consideración las diferentes oleadas de emigración española a Argentina", explica el director del Centro Galicia, José María Vila Alen. En el consulado que atiende el Gran Buenos Aires están legalmente inscritos 240.000 españoles.
El consulado afirma que no está autorizado a facilitar el número exacto de expedientes que se están tramitando como consecuencia de la Ley de Memoria, pero admite que, al menos en Argentina, son "muchísimos menos de los esperados". Y eso aunque aseguran que están aceptando cierto margen, "abriendo la mano", a la hora de interpretar las restricciones legislativas.
Soledad Gallego-Díaz
miércoles, 15 de julio de 2009
Psicoterapeutas emplean el humor como terapia de choque
Es útil para superar obsesiones, neurosis sexuales, fobias o ataques de pánico.
-Doctor, siento un temblor permanente en las piernas como si me pasara corriente. Todos los médicos me dicen que no tengo nada. Tengo un cumpleaños y no quiero ir porque creo que me voy a caer, que todos se van a reír... -Pero ¿qué es lo peor que te podría pasar, si vas? Dejá que las piernas se muevan, que saquen chispas... ¿Mirá si justo te cruzás de piernas y se encienden como dos tubos de neón? -Y van a decir que soy como el hombre nuclear... [Risas.] Usar el sentido del humor con personas que padecen fobias, neurosis sexuales, obsesiones o ataques de pánico puede resultar muy útil como terapia de choque para abrir el camino hacia el problema que provoca el síntoma. "Si el paciente ríe, es garantía de que el tratamiento va a funcionar. Se busca que el individuo se pueda distanciar de lo que le pasa para que, en lugar de juzgar la situación y juzgarse, pueda jugar con ella y desdramatizarla", afirma el doctor en psicología Claudio García Pintos, director del Centro de Logoterapia y Análisis Existencial, que funciona en la Universidad Católica Argentina. Allí, durante el tercer congreso latinoamericano de la especialidad, expertos en el uso terapéutico del humor debatieron sobre su efectividad y presentaron resultados en pacientes de todas las edades.
"Desde hace años, existe una corriente llamada salutogénesis, que indaga qué me genera salud y propone trabajar en favor de ella, en lugar de hacerlo en contra de la enfermedad -comenta García Pintos en diálogo con LA NACION-. En la sesión se trata de estimular los recursos sanos que tiene la persona por más enferma que esté. Uno de esos recursos es el sentido del humor. La gente lo asocia con el chiste, pero también hay humor sin chiste."
Es que no se trata sólo de hacer reír al paciente durante la consulta, sino de aliviar la tensión que vive frente a una circunstancia determinada.
"Muchos dramatizamos problemas, que son situaciones que tienen solución; no así los dramas. Y lo hacemos por miedo, enojo, egocentrismo o individualismo... El sentido del humor permite evitar las situaciones de sufrimiento, desde no hacer un drama de un choque con el auto en la calle hasta desarrollar una actitud que permita vivir lo mejor posible una enfermedad grave", agrega.
Reírse con el paciente
La condición principal con la que se trabaja en la sesión es que el paciente comprende que las humoradas no son para reírse de él ni de su situación, sino para "jugar" con lo que le pasa. Técnicamente, precisa García Pintos, es lo que se llama la intención paradójica.
"Como decía Viktor Frankl [fundador de la logoterapia], el miedo es la madre del suceso. Entonces, la terapia, para una fobia social, por ejemplo, es que la persona no sólo no le tenga miedo a algo, sino que quiera que suceda. Entonces, se le propone a un paciente que mencione todo lo que le podría pasar si hace aquello que le produce miedo", como hablar en público, aceptar o proponer una cita, dejar desordenado el escritorio o usar un ascensor.
"Se busca que el individuo se pueda distanciar de lo que le pasa para que pueda buscar una forma distinta de responder a la situación. En general, se obtienen muy buenos resultados y el impacto fundamental de la técnica permite solucionar síntomas que hacen insostenible la vida de una persona", indica.
El sentido del humor, señala el especialista, se usa mucho en las neurosis sexuales por problemas de erección debido a, por ejemplo, una mala experiencia con una pareja. "Cuando no existe un problema orgánico, el humor logra romper con eso -afirma-. Esta terapia de impacto que hace que el individuo salga de obsesiones, ataques de pánico o fobias", que son todos problemas muy invalidantes socialmente.
Eso sí: si la persona ni siquiera se sonríe ante el primer comentario del terapeuta, lo más probable es que la técnica no vaya a funcionar. "Tiene que tener cierta plasticidad espiritual, por llamarlo de alguna manera. El humor es un potencial que algunos desarrollan y otros, no", finaliza García Pintos.
Fabiola Czubaj
Los culpables de la gripe porcina
Un análisis de Ignacio Ramonet, intelectual español residente en Francia. Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) (Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, París) y catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis-Diderot (Paris-VII). Especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, actualmente imparte clases en la Sorbona de París. Desde 1990 hasta 20081 fue director de la publicación mensual Le Monde Diplomatique y la bimensual Manière de voir.
La epidemia de gripe A(H1N1) surgida en México tiene al menos un responsable concreto: la productora de carne porcina Smithfield Foods Inc. y sus gigantescos criaderos de cerdos del pueblo mexicano de La Gloria como el origen del flagelo, dice Ignacio Ramonet
En la ribera texana del ancho Valle del Río Grande, a dos pasos de la frontera con México, se halla Harlingen. En esa pequeña y coqueta ciudad estadounidense, el pasado 5 de mayo falleció Judy Trunnell, una joven maestra de escuela de 33 años que acababa de dar a luz, por cesárea, a una niña radiante y saludable. “Era una persona maravillosa, cálida. Se consagraba a la educación de niños discapacitados”, declararon sus familiares y amigos, que acudieron a su vivienda, situada en una luminosa calle de esa localidad, para expresar su pésame en el funeral (1).
El destino quiso que Judy fuese la primera estadounidense fallecida a causa del virus de la nueva gripe que la Organización Mundial de la Salud (OMS) llama ahora A(H1N1). Un nombre aséptico para evitar el uso de “gripe mexicana”, que contraría a las autoridades aztecas, o de “gripe porcina”, que enfada a los grandes industriales de carne de cerdo.
Sin dejarse distraer por esa astucia terminológica, el marido de Judy, Steven Trunnell, presentó ante un juez, el pasado 11 de mayo, una demanda contra la empresa productora de carne porcina más importante del mundo: Smithfield Foods Inc. Esta multinacional detenta –vía su filial mexicana Granjas Carroll– unos gigantescos criaderos de cerdos cerca de un pueblito de tres mil habitantes, La Gloria, perteneciente al municipio Perote, en el Estado mexicano de Veracruz.
El abogado de Steven Trunnell, Marc Rosenthal, reveló que esa compañía posee más de un millón de cerdos hacinados en las 200 porquerizas situadas en los alrededores de La Gloria. Añadió que los habitantes locales se quejan de la hediondez y de las pésimas condiciones higiénicas de las cochiqueras. La demanda tratará de reclamar daños y perjuicios por “la muerte injusta de Judy, provocada por Smithfield Foods”, y reclamará “unos mil millones de dólares”. Marc Rosenthal (2) se propone denunciar el horror de los insalubres criaderos industriales de puercos y aportar pruebas de que la gripe A(H1N1) tuvo su origen en esas inmundas pocilgas de La Gloria, desde donde se está propagando a todo el planeta.
Paraísos para virus
Aunque la empresa Smithfield Foods niega cualquier relación entre sus instalaciones y la aparición de un foco de nueva gripe a las puertas de sus granjas (3), un informe reciente de GRAIN (4) parece confirmarlo. Los expertos de esta organización no gubernamental alertan que el aumento en gran escala de zahúrdas industriales ha creado las condiciones perfectas para el surgimiento y dispersión de nuevas formas de gripe altamente virulentas. Tales criaderos constituyen bombas de tiempo listas para desencadenar epidemias mundiales. Ya en 2006, unos investigadores del Instituto Nacional de Salud (NIH, por su sigla en inglés) de Estados Unidos habían declarado: “La alta concentración de enormes cantidades de animales apretujados en muy poco espacio facilita la rápida transmisión y mezcla de los virus” (5).
Tres años antes, en marzo de 2003, la revista Science (6) ya había advertido que la gripe porcina estaba evolucionando en fase rápida a causa del aumento del tamaño de los criaderos industriales y del uso generalizado de antibióticos y vacunas. Los virólogos alertaban precisamente a México y a Estados Unidos del peligroso cóctel vírico que estaba por venir (7). Afirmaban lo siguiente: “Parece que después de años de estabilidad, el virus de la gripe porcina de América del Norte se halla en una fase de rápida evolución y cada año produce nuevas variantes”.
Achacaban la fulgurante mutación de los virus a dos causas: el hacinamiento en criaderos insalubres de un número cada vez mayor de cerdos, y la práctica de vacunar a las hembras, ya que la vacuna actúa seleccionando nuevos virus mutantes. Esos dos factores, avisaban los expertos, “aumentan la probabilidad de que emerja un nuevo virus transmisible entre humanos”. Luego, ya sea por los excrementos, el alimento, el agua, o incluso las botas de los trabajadores, el virus se disemina de modo imparable.
En ese mismo artículo, el Dr. Christopher Olsen, virólogo molecular en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Wisconsin, en Madison, hasta se atrevió a profetizar: “Ahora debemos buscar en México la granja donde va a aparecer la próxima pandemia”. (8)
Aunque la OMS, en sus últimos comunicados, no haya confirmado que el brote tuvo ahí su origen, todo indica que esa granja se ha localizado. Y que el infierno de la actual epidemia empezó en La Gloria, a escasa distancia de los criaderos de cerdos de la empresa Smithfield.
Gigante productor de carne porcina, Smithfield Foods Inc. es una de las mayores empresas agroalimentarias del planeta y el número uno mundial de la carne de cerdo. Su sede se encuentra en la ciudad de Smithfield, Virginia, y posee filiales en nueve países a través del mundo. En España, Smithfield Foods controla el 24% del capital de Campofrío, líder español de la producción de carne de cerdo. Campofrío se fusionó, en junio de 2008, con la filial europea Smithfield Holdings (9) del gigante norteamericano para formar una nueva empresa: Group Campofrío (10).
Con una cifra de negocios de casi 12 mil millones de dólares, Smithfield Foods es la tercera compañía estadounidense más poderosa en la producción de alimentos, después de Archer Daniels Midland y de Tyson Foods. En 2008, ocupó el lugar número 222 entre las 500 firmas más importantes del mundo, según la revista Fortune (11). Pero esta compañía, que abastece a las cadenas de comida rápida McDonald’s y Subway, ha sido frecuentemente acusada de contaminar agua, suelo y aire, y de no respetar los derechos de sus trabajadores. En su informe de 2005, Sangre, sudor y miedo. Derechos de los trabajadores en las plantas cárnicas y avícolas de Estados Unidos, la organización no gubernamental Human Rights Watch denunció duramente sus abusos (12). También fue multada, en 1997, con 12.300.000 dólares por violar la Ley de Aguas Potables (13).
Contaminar el Tercer Mundo
Para evitar esas acusaciones, Smithfield Foods trasladó parte de sus criaderos a países como México, Rumania y Polonia, en los que las leyes en favor del medio ambiente son más relajadas o inexistentes, y donde algunos políticos están más dispuestos a dejarse corromper (14). Mediante su filial Granjas Carroll, Smithfield se instaló en la remota zona rural mexicana de La Gloria en 1994, aprovechando el Acuerdo de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá. Allí, gracias a la complicidad de políticos locales, no tiene que preocuparse de ser acusado de violar ley alguna sobre el medio ambiente.
En el interior de barracas con ventilación deficiente e iluminación constante para estimular su crecimiento, los cochinos viven encerrados en jaulas que impiden su movimiento. Son engordados hasta alcanzar unos 120 kilos. Los criaderos son verdaderas ciudades de cerdos, rodeadas de mares de heces y bazofias.
La contaminación provocada y su impacto en la salud de los habitantes vecinos, así como las lagunas en que depositan los desechos animales, propiciaron a partir de 2004 el surgimiento de un movimiento ecologista de protesta. Granjas Carroll respondió reprimiéndolo.
Muchos vecinos de La Gloria y de una decena de comunidades, que viven desde hace años con esa hediondez y respiran día y noche una peste infernal, se unieron para protestar en contra de la expansión de la trasnacional. Organizaron asambleas y marchas, y la empresa los demandó por difamación. Varios activistas fueron reprimidos y procesados, otros detenidos y obligados a pagar una fianza para salir de prisión.
Un corresponsal del diario La Jornada (15), Andrés Timoteo, se desplazó al poblado para describir el ambiente en el que viven los habitantes: “Nubes de moscas emanan de las lagunas de oxidación donde la empresa Granjas Carroll vierte los desechos fecales de sus granjas porcícolas; y la contaminación a cielo abierto ya generó una epidemia de infecciones respiratorias (…) El vector epidémico serían las nubes de moscas que despiden las granjas porcícolas y las lagunas de oxidación donde la empresa mexicana-estadounidense arroja toneladas de estiércol”.
Los habitantes atribuyen la aparición de infecciones a esa polución y al envenenamiento de las aguas y de la atmósfera.
Otro reportero, Jorge Morales Vázquez, contó en Milenio (16) cómo los pobladores llevan años protestando contra la expansión indiscriminada de la empresa porcícola y cómo han sufrido persecución policíaca, represión y amenazas. A su vez, durante su recorrido, el periodista constató “el fétido olor proveniente de las granjas de cerdos que se respira durante todo el día en la pequeña comunidad de apenas tres mil habitantes, así como la existencia de enjambres de moscas que infestan los domicilios de las familias”. Verificó asimismo la proximidad de las “lagunas de oxidación” en las que se someten a un proceso de descomposición aéreo los desechos fecales de los cerdos –que se convierten en gas metano–, responsables del nauseabundo hedor que inunda la zona. El reportero transmitió que se sospecha, además, que haya problemas de filtración a los mantos freáticos. Y pudo observar los llamados “biodigestores”, fosas cubiertas con una puerta de metal, en donde se arrojan los cadáveres de cerdos enfermos o muertos por peleas en las pocilgas.
“En esos agujeros cavados en el suelo –relató– los cadáveres se descomponen, lo que representa una fuente más de contaminación y proliferación de moscas del tamaño de abejas que llaman ‘muerteras’, las cuales, empujadas por el viento, viajan en enjambres hasta La Gloria e invaden los domicilios…” Muchas familias declaran haber sido afectadas por frecuentes dolores de cabeza, enfermedades gastrointestinales y de las vías respiratorias, y han desarrollado diarreas, tos, infecciones de garganta, vómitos y fiebre.
Ocultamiento diplomático
En este lugar, presumiblemente, el virus A(H1N1) saltó de los cerdos a los humanos en algún momento entre noviembre de 2008 y enero de 2009. Y pudo haber comenzado a infectar a grandes cantidades de personas a partir de principios de marzo (17).
Las autoridades federales mexicanas no difundieron públicamente la información. Pero, a fines del año pasado y principios de 2009, el número de enfermos fue tan insólito que varios organismos internacionales de salud empezaron a preocuparse por lo que estaba ocurriendo en La Gloria.
De tal modo que el pasado 6 de abril –o sea, 18 días antes de que el Gobierno mexicano alertara a la OMS de la aparición de un nuevo virus de gripe humana–, la web de Biosurveillance, que pertenece a Veratect (18), Centro del Gobierno estadounidense encargado de la información epidemiológica, reportó que en La Gloria se estaba produciendo una serie de extraños casos de “infecciones respiratorias parecidas a la bronquitis neumónica, con fiebre y fuerte tos” y que “el 60% de los habitantes” padecía de una nueva y atípica enfermedad.
Es probable que el Ejecutivo azteca supiera pronto que un foco infeccioso grave de una gripe desconocida se había producido en el valle de Perote y que, sin que los tratamientos habituales pudieran impedirlo, el mal se estaba difundiendo rápidamente a través del país. Pero no dio la alerta, ni movilizó seriamente a sus servicios de salud y a sus investigadores científicos. Tampoco informó, en ese momento, a la Organización Mundial de la Salud de la gravedad de una situación que se le estaba yendo de las manos.
¿Por qué actuó de ese modo el Gobierno mexicano? Según algunos analistas locales, esa “discreción” se puede explicar porque, cuando surgieron los primeros casos, se acercaban las vacaciones de Semana Santa. Período crucial, en tiempos de recesión, para la industria turística del país.
Pero todo indica que la causa principal de semejante silencio fue diplomática. Se trataba de evitar a toda costa que, por razones de seguridad sanitaria, se pospusiese la visita oficial de Barack Obama, prevista para los días 16 y 17 de abril, que representaba la segunda salida al extranjero del Presidente estadounidense tras su estancia en Canadá en febrero pasado. Para el presidente Felipe Calderón, cuya elección en julio de 2006 fue muy controvertida (19), la visita del mandatario estadounidense era una consagración definitiva. Nada –ni siquiera la amenaza de un nuevo virus devastador– debía retrasarla.
Prueba de lo avanzada que estaba ya por esas fechas la epidemia es que ya había llegado al propio entorno de Felipe Calderón. El arqueólogo Felipe Solís, quien recibió –con Felipe Calderón– en el Museo Nacional de Antropología de México al Presidente de Estados Unidos, estaba contaminado y murió seis días después de la visita del mandatario estadounidense. Un asesor del secretario estadounidense de Energía, Steven Chu, que había ido a México para preparar el viaje del presidente Obama, se contagió también con la nueva enfermedad. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, reconoció que la esposa, el hijo y hasta el sobrino del funcionario también presentaron síntomas de la nueva gripe (20).
Ante la amplitud que tomaba la pandemia, los servicios mexicanos de salud decidieron por fin actuar enviando muestras médicas tomadas de algunos enfermos de La Gloria a laboratorios de Estados Unidos y Canadá. Fue el Laboratorio Nacional de Microbiología de la Agencia de Salud Pública de Canadá, en Winnipeg, el que detectó el 24 de abril el nuevo virus que contiene elementos de la gripe aviar, de la porcina y de la humana juntos, al analizar una muestra tomada en un niño de cinco años que se había enfermado en marzo pasado.
Ese niño, hoy ya curado, identificado como el primer ser humano infectado por la virulenta cepa de la nueva gripe porcina –el “paciente cero”–, se llama Edgar Hernández y su historia, narrada por The New York Times (21), lo ha hecho famoso en el mundo entero. Edgar ha contado los severos síntomas que sufrió cuando todo empezó en La Gloria el 9 de marzo pasado: su cabeza le ardía, tosía, le dolía la barriga, la garganta y no tenía ganas de comer (22).
Según la revista Science (23), en su artículo difundido el pasado 11 de mayo, se estimaba que el 24 de abril, fecha en que México hizo pública la pandemia, ya presumiblemente había en ese país entre 6.000 y 32.000 casos de gripe porcina, o sea, muchos más que los confirmados por los laboratorios.
Hay poca evidencia de que este brote de gripe A(H1N1) sea, por el momento, más peligroso que las infecciones rutinarias de las cepas usuales de los virus estacionales, que cada año causan la muerte de entre 250.000 y 500.000 personas en el planeta. Sin embargo, según Science, el virus A(H1N1) parece mucho más contagioso que el de la gripe común. Otro elemento preocupante: ataca más a los jóvenes sanos. Por ejemplo, en La Gloria hubo el doble de niños de menos de 15 años contaminados, en comparación con los adultos. Según datos publicados en la web del New England Journal of Medicine (24), el 40% de los afectados tiene entre 10 y 18 años; y apenas el 5% tiene más de 50.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud ha advertido que el nuevo virus aún puede mutar, hacerse mucho más virulento y causar una pandemia que se podría propagar hasta tres veces. La OMS señala que “la gravedad de esta gripe está influida por la tendencia de las pandemias a dar la vuelta al mundo en al menos dos y quizás tres oleadas”.
Actualmente, en el hemisferio austral empieza el período habitual de la gripe, y el virus A(H1N1) podría allí foguearse con los antivirales (Tamiflu) y proceder a una nueva mutación para regresar al hemisferio boreal en octubre próximo en condiciones mucho más virulentas, como lo hizo la terrible “gripe española” en 1918. Todo indica sin embargo que la nueva epidemia será menos severa que la de 1918, aunque algunos expertos estiman que será tan letal como la de 1957 (la “gripe asiática”), que causó más de dos millones de muertos … Otro riesgo es que el virus se combine con el de la gripe aviar, el temible H5N1 asentado en varios países, y produzca un letal mutante asesino de masas…
Para proteger a sus ciudadanos, los gobiernos del planeta están ahora adquiriendo cantidades importantes del medicamento antiviral Tamiflu (oseltamivir), uno de los pocos tratamientos eficaces (se toma en cápsulas por vía oral) para combatir el virus mutado H1N1, y recomendado incluso por la OMS.
Rumsfeld se enriquece
La historia del Tamiflu, en estas circunstancias, no deja de ser sugestiva. Fue descubierto por la firma biofarmacéutica Gilead Sciences Inc., cuya sede se encuentra en Foster City, California. Gilead cedió los derechos de fabricación y de comercialización a la empresa multinacional suiza Roche, la cual le revierte el 22% de los beneficios anuales por las ventas de Tamiflu.
Es interesante notar que Donald Rumsfeld, el ex-secretario de Defensa del presidente George W. Bush y uno de los principales instigadores de la invasión ilegal de Irak (25), fue presidente de Gilead Siences Inc. desde diciembre de 1997 hasta hacerse cargo del Pentágono en 2001, y conserva un importante paquete de acciones.
Una de las primeras medidas de Rumsfeld cuando asumió su cargo en el gobierno fue declarar el Tamiflu de uso obligado en el seno de las fuerzas armadas (26). Las ganancias de Roche y de Gilead –y por consiguiente el enriquecimiento personal de Donald Rumsfeld– se dispararon. Las acciones de la empresa se vieron también altamente beneficiadas en Bolsa a partir de 2003, cuando surgieron en Asia las amenazas de epidemias del Síntoma Respiratorio Agudo Severo (SRAS) y del virus H5N1 de la gripe aviar.
Fascinados por la teoría del complot, algunos han llegado a deducir que el detestado Rumsfeld debe estar implicado, de una manera u otra, en el surgimiento de estas epidemias y en particular en la aparición del nuevo virus mutante A(H1N1).
Es poco probable. La principal responsabilidad de esta grave amenaza sanitaria reside en la industrialización delirante de la producción pecuaria. El despiadado sistema de cría intensiva ha transformado radicalmente el sector. Hoy se parece más a la industria petroquímica que a la feliz granja familiar que aún describen los manuales en las escuelas (27). En 1965, por ejemplo, había en Estados Unidos 53 millones de cochinos repartidos entre más de un millón de granjas; ahora hay 65 millones de cerdos concentrados en sólo 65.000 explotaciones. En España hay actualmente 25 millones de cerdos (más de medio cerdo por habitante…), el 92% de ellos criados en explotaciones intensivas semejantes a las de las mexicanas Granjas Carroll de La Gloria. Se ha pasado en poco tiempo de las porquerizas caseras a infiernos concentracionarios en los que se hacinan, en medio de la hediondez y bajo calores asfixiantes, decenas de millares de animales que intercambian virus patógenos con gran intensidad.
Ese tipo de ganadería inhumana, intensiva y productivista, que desanimaliza al animal y lo considera como un mero “producto industrial”, un simple “material” que da carne y procura beneficios financieros, es el culpable de la pandemia en curso (28). Cuando, por los propios excesos de empresarios insensatos, ese depravado modelo revienta, el desastre sanitario amenaza con afectarnos a todos…
Fuente El diplómatico
1 AP, 6-5-09.
2 Austin American-Statesman, 13-5-09.
3 “Smithfield Foods Reaffirms No Incidence of A(H1N1) In Any of Its Herds or Employees”, http://investors.smithfieldfoods.com/releasedetail.cfm?ReleaseID=381309
4 “Influenza porcina: un sistema alimentario que mata. La industria de la carne desata una nueva plaga”, www.grain.org/articles/?id=49
5 http://cruzrojoepidemiologia.wordpress.com/
6 Bernice Wuethrich, “Infectious Disease?: Chasing
the Fickle Swine Flu”, Science, vol. 299, n° 5612,
marzo de 2003.
7 La Organización Mundial de la Salud también alertó, en 1999, de un posible brote de gripe porcina en México y recomendó crear laboratorios para desarrollar tratamientos de inmunización, con el objetivo de garantizar la disponibilidad de vacunas. A pesar de esas advertencias, México sigue sin poseer la infraestructura para desarrollar y producir vacunas contra el virus de gripe porcina. Peor aun, el Gobierno federal desmanteló dos institutos especializados y dejó de invertir en la creación de productos biológicos.
8 www.agenciamn.com/index.php/De-Pe-a-Pa/
Mexico-sabia-de-la-amenaza.html
9 Esta firma opera en Francia, Portugal, Bélgica, Holanda y Alemania. En Francia controla los grupos Aoste (marcas Calixte, Cochonou, Justin Bridou) y Jean Caby.
10 Sus principales accionistas son: Smithfield Foods (37%), Oaktree Capital (24%), Pedro y Fernando Ballvé (12%), la familia Díaz (5%), Caja Burgos (4%), QMC (2%) y el grupo Fuertes (2%).
11 Fortune, 28-5-08, http://money.cnn.com/magazines/
fortune/fortune500/2008/snapshots/728.html
12 www.hrw.org/reports/2005/usa0105/resumen_sp.pdf
13 F. William Engdahl, “Cerdos voladores, Tamiflu y granjas industriales”, 3-5-09. (Traducido del inglés por Felisa Sastre, www.lahaine.org/index.php?p=37648)
14 Luis Hernández Navarro, “Las ciudades de cerdos de Smithfield”, La Jornada, México, 12-5-09.
15 La Jornada, México, 5-4-09.
16 http://impreso.milenio.com/node/8559659
17 “Pandemic Potential of a Strain of Influenza A (H1N1): Early Findings”, Science, 11-5-09.
18 www.veratect.com/media.html
19 Ignacio Ramonet, “México fracturado”, Le Monde
diplomatique, ed. Cono Sur, Buenos Aires,
agosto de 2006.
20 www.rtve.es/noticias/20090430/miembro-del-sequito-obama-muestra-sintomas-gripe/273070.shtml
21 The New York Times, 29-4-09.
22 www.abc.es/20090430/nacional-sociedad/todo-
empezo-edgar-20090430.html
23 Véase nota 17.
24 http://healthmap.org/nejm/
25 Véase Ignacio Ramonet, Irak, Historia de un desastre, Debate, Madrid, 2005.
26 Ernesto Carmona, “La influenza porcina ¿beneficia al Tamiflu de Donald Rumsfeld?”, www.rebelion.org
27 Mike Davis, “La gripe porcina y el monstruoso poder de la gran industria pecuaria”, www.sinpermiso.info/textos/index.php.?id=25258
28 Carlos Martínez, “Una multinacional americana es denunciada como culpable del brote de la gripe porcina”, www.rebelion.org
Ignacio Ramonet
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Ignacio Ramonet (Redondela, Pontevedra (Galicia), 5 de mayo de 1943) es un intelectual español residente en Francia. Es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la École des Hautes Études en Sciences Sociales (EHESS) (Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, París) y catedrático de Teoría de la Comunicación en la Universidad Denis-Diderot (Paris-VII).
Especialista en geopolítica y estrategia internacional y consultor de la ONU, actualmente imparte clases en la Sorbona de París. Desde 1990 hasta 20081 fue director de la publicación mensual Le Monde Diplomatique y la bimensual Manière de voir.
Es cofundador de la Organización No Gubernamental Media Watch Global (Observatorio Internacional de los Medios de Comunicación) de la que es presidente. Un editorial escrito en Le Monde Diplomatique durante 1997 dio lugar a la creación de ATTAC, cuya labor se dedicó originalmente a la defensa de la tasa Tobin. En la actualidad se dedica a la defensa de una gran variedad de causas de la izquierda política y tiene como presidente de honor a Ignacio Ramonet. Fue también uno de los promotores del Foro Social Mundial de Porto Alegre. Es Doctor Honoris Causa de la Universidad de Santiago de Compostela, en España, y de la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina.
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