jueves, 16 de julio de 2009

Hambre infantil. bolsones de impunidad

Varios países europeos caben en la monumental geografía de la provincia de Buenos Aires. Sus pampas sin límites y sus distintos climas también darían lugar para millones y millones de seres humanos. Sin embargo no hay lugar para que todas las pibas y pibes de Buenos Aires estén bien alimentados. El alerta sanitaria que llegó como consecuencia de la gripe A también trajo el cierre de los comedores escolares. Allí se alimentan, casi todos los días, 2.056.307 chicas y chicos que intentan cumplir con los ciclos inicial, primario y secundario de la educación. No pueden comer en sus casas, tienen que hacerlo en las escuelas. Brutal naturalización de la concentración de riquezas en pocas manos en el principal estado de la Argentina. De allí que el gobierno bonaerense haya decidido repartir canastas alimentarias cada quince días. El problema es que hay poca comida en esos bolsones cuyo costo es de tres pesos por ración. Para Carlos Bertolotti, pediatra del Hospital de Niños de La Plata, la entrega de estos bolsones implica “realizar un trabajo de campo para analizar cómo viven los chicos que reciben el bolsón. Seguramente habrá chicos que les alcance y a otros que no... De nada sirve dar arroz, si en las casas no tienen garrafa, gas y herramientas para cocinarlo... Crudo no se lo pueden comer...”, sostuvo el profesional acostumbrado a tratar a hijos del pueblo empobrecido.

Según Amelia García, titular de Suteba La Plata, “la mercadería no es la prometida, ya que ni siquiera incluye un jabón. El Estado está ahorrando plata en medio de la crisis sanitaria, porque si se divide por quince días el total del costo de la canasta que le entregaron a cada chico, no llega a dar el mísero costo de 3 pesos por día, que es lo presupuestado por alumno para los comedores durante una situación normal. La ausencia del Estado es total... ¿En ningún momento se pusieron a pensar que en las casas pobres no tienen ni agua, ni cocina, ni gas?”, se preguntó la dirigente gremial.
Eduardo Olguín, dirigente del Frente Popular Darío Santillán, coordinador de varios comedores sociales en La Plata, Berisso y Ensenada, dijo que “es paradójico” que informen que la gripe A afecta a quienes tienen “defensas bajas” y “estén entregando este tipo de alimentos que no tienen ningún valor nutricional... En los barrios no hay ninguna campaña. Ninguna autoridad municipal ni de ningún tipo que se haya acercado a llevar información o insumos... Nos hemos organizado por nuestra cuenta y los comedores los tenemos abiertos, cocinamos el almuerzo, pero repartimos las viandas para que cada familia se las lleve... En estas bolsas no se incluyen productos de limpieza... Nadie que se alimenta solamente con fideos puede tener las defensas altas”, concluyó el dirigente barrial.
Más allá que por la geografía y la riqueza que tiene la provincia de Buenos Aires varios países europeos podrían vivir, queda claro que semejante abundancia es para pocos. Para los que son más apenas llegan estos bolsones cargados de impunidad.

Carlos del Frade

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