sábado, 4 de julio de 2009

El stress nacional o el cansancio de los argentinos.

Muchos argentinos estamos cansados, muy cansados. Argentinos al borde de un ataque de nervios... de stress, de frustración, de bronca, de confusión. Muchos nos sentimos manipulados por psicópatas, inducidos por los medios, confusos y abrumados por las campañas y sin saber en quién confiar. En síntesis, estamos desamparados, abrumados de mentiras y estafas, o bien ausentes, lo más lejos posible. Los políticos siguen sus intereses sin tener demasiado en cuenta a la gente, sin cuidar sus palabras, sin mesurar su interacción pensando en el efecto nocivo sobre el otro. ¡Piedra Libre! Para mí y para todos mis compañeros. Me detuve a descansar un poco y no lo logré. Me detuve a observar: Mucha gente está abrumada por las tensiones pre electorales y post electorales. Campañas obscenas por la montaña de dinero que deben haber costado, campañas obscenas por la falta de ideas, de programa, de propuestas. Para mí una de las preguntas es: ¿los argentinos que votaron a De Narvaez, Macri, qué votaron? Qué ideas, qué proyectos, qué programa, qué... Pienso desordenadamente y me pregunto ¿las campañas en cuanto costo económico no deberían estar reguladas, acotadas?

¿No debería existir alguna reglamentación que contenga tanta desmesura y desperdicio?
Yo espero que un político sea una persona seria, comprometida, estudioso de la realidad social, con prioridades claras, pero no es así. La mayoría de ellos hace lo que quiere, dice lo que quiere, amenaza, hace alianzas, rompe alianzas, dice algo y se desdice, nadan en un mar de contradicciones y mentiras con gran estilo. Es difícil saber por dónde andan.

La gente, mucha gente está cansada. Tienen problemas económicos, tienen que sobrevivir, tienen que cuidarse del dengue, de la gripe estacional, de la bronqueolitis, de la gripe A, no hay una razonable infraestructura hospitalaria, o de dispensarios barriales a los que acudir. Los laboratorios lucran con la enfermedad, los políticos siguen en campaña, ahora para el 2011.
Los chicos se mueren de hambre, viven en el barro, las madres hacen equilibrio y malabarismos para darles de comer una comida diaria, se desesperan por la droga. Cantidades de adolescentes perdidos, sin escolaridad, vagando por las calles, víctimas del paco, mientras se despliegan campañas publicitarias poco serias, indiferentes, ausentes de los lugares que mas necesidades tienen.

Vivimos una realidad obscena, en la que siempre pierden los mismos: los pobres. Gana el hambre de los pobres y la estupidez de los ricos. Gana la indiferencia glacial hacia el otro.
Gana Berlusconi, el payaso asesino.

Hablo con mucha gente, voy a transcribir alguna de las cosas que escuché.
“Estoy cansada de la corrupción y la mentira, de todas las expectativas frustradas, de las promesas incumplidas, de la falta de diálogo maduro y la abundancia de agravios. Tengo cáncer, lucho por mi superviviencia y todo esto me hace muy mal, trato de estar lo más lejos posible, pero no siempre puedo. Es una gran decepción que hace mal”. (66 años, abogada)
“La decepción no es que pierdan los K. La decepción es que pierden los trabajadores, los pobres, los excluidos. La decepción es que ganen los Macris y que la gente no se de cuenta de lo que eso significa”. (35 años, verdulera)

“La realidad política argentina y mundial también es abrumadora. Yo trato de no enterarme. Fui militante, estuve en la cárcel y ahora dije ¡basta con esta manga de mentirosos y vacíos! Esto es lo peligroso, es gente vacía además de doble.

Son dobles, tiene los dobles grotescos que les inventó Tinelli y ellos pueden darse vuelta en cualquier momento, son reversibles”. (40 años, maestro mayor de obras, desocupado)
Creo que hay una “globalización de la violencia”, hecho mundial al que conviene estar atento.
“A mí lo que me cansa más es la inestabilidad, la falta de políticas de largo plazo. La única política de largo plazo que veo es el aumento de pobres. ¿La pobreza es una política de largo plazo? Por lo visto sí. Eso me frustra y me cansa.”(37 años, maestro titular)

“A mí se me quedaron asociadas las elecciones en Argentina y el golpe en Honduras. ¿la gente se dará cuenta de lo que significa esto en un contexto más amplio? No sé.” (50 años, empleado de un banco)

“Yo veo tanta careta, slogans de campaña, chamuyo barato, Imágenes, imágenes, el montón de dinero que se gastó, ¿esa plata de dónde sale? ¿cuántos centros de salud se podían haber construido? Me decepciona mucho, si pudiera me iría, pero adónde?” (29 años, empleado)
“Me cansa el bajón, el palazo que es que ganen Macri y sus secuaces, todo es light, liviano, sin densidad. Los medios engañan, desinforman, hacen cualquier cosa.”(38 años sin trabajo)
“De esta campaña de mierda, deberíamos aprender los más posible. Pensé en un Manual del Buen Candidato, en el que estén reguladas obligaciones y derechos de los políticos que presentan su candidatura. Manual en el que se sancionen los agravios entre ellos. Presenten programas, ideas, proyectos para que el electorado piense. Otro tipo de contacto con la gente, un lenguaje y conductas respetuosas entre ellos y con la ciudadanía. No cualquier cosa. Hay que cuidar a los ciudadanos, Dar el ejemplo. Después no sabemos de dónde salen los problemas de conducta de los adolescentes. Deberían ser demandados y sancionados cuando no cumplen sus promesas. Hay una fórmula final en los juramentos que dice: ...y si así no lo hiciera, que Dios y la Patria me lo demanden. Dios no sé, pero se los debería demandar, por estafadores morales.” (44 años, maestra)

“El Yo se satura y no puede procesar todo lo que recibe, imágenes, slogans, mentiras, promesas. Creo que la consecuencia es la ausencia, ausentismo. Se borran.” (27 años councelor)
Se daña la democracia, la gente se aleja de lo político-social, está saturada, apenas puede con lo propio, espera apoyo, ayuda, comprensión, alguna forma de amparo. Se daña porque se ataca el deseo de participar, que se maten entre ellos, yo me ocupo de lo mío.

Gana la desmovilización cívica, gana la pobreza, la ignorancia, la estupidez, lo grotesco, el espectáculo, la barbarie.
Más que información e ideas, hay ruido.
Las campañas, las mentiras, las contradicciones aturden, abruman, enferman.
Los políticos nos vulnerabilizan, son descarados, desfachatados, no son honestos con el pueblo que los vota, pero parece que son una mal necesario. ¿qué hacer?
Argentina es un país que nos jaquea, si no todos los días, casi todos. Eso es malo para la salud. Vivimos tensionados de crisis en crisis, de tensión en tensión, frustrados, amargados, cansados. Todo eso no es bueno para la salud.
Pero la salud no se cuida. Que cada uno haga lo que pueda.
No pensamos en la impunidad sino en una ilusoria seguridad.
Amenazados por mensajes apocalíticos, o por el Dengue, o por la Gripe A, o por las elecciones, o porque la presidenta es mujer y eso al patriarcado misógino no le gusta, o por la banalización de la realidad, la simplificación o el desinterés.
Alguien debería pensar en un código de conducta para los políticos, en campaña, en el congreso, frente a la justicia.

¿Deberíamos pensar en la impunidad un poco más, a ver si ganamos en seguridad?
La Impunidad es el famoso ¡Piedra Libre! Todo es posible.
Así vivimos en peligro.
Somos maleducados, prepotentes, atropelladores, soberbios y superficiales. Por eso soportamos la mala educación, la arrogancia, el atropello, como si fuera una cosa lógica y normal y no lo es, no debe ser así.
¿Somos capaces de comprometernos en nuestra propia autoeducación?

Liliana Mizrahi

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