sábado, 17 de octubre de 2009

¿Maradona es inimputable?


Escribe: José María Otero: Es muy evidente la “tinellización” y “deangelización” de nuestro país en numerosos aspectos de la vida diaria, de la degradación de la política, del léxico que se utiliza en los medios, de la falta de respeto a las Instituciones y las groserías que vomita la televisión .Y aquello que había sido bandera representativa por pedigrí, categoría, marca registrada de nuestro deporte: el fútbol, hace agua por todas partes.


Diego Armando Maradona fue designado seleccionador nacional, sin curriculum que lo avalase para el cargo y contra la opinión de la mayoría de la afición, que lo idolatró como futbolista, con todo merecimiento, pero que conoce in extenso, sus altibajos anímicos, su desmesura, su inmenso ego, la necesidad de tener al lado adulones que lo aplaudan permanentemente, ese desequilibrio psíquico que lo inhabilita para ejercer una función tan importante y representativa como conducir los destinos de la selección nacional.


Está más que demostrado que no basta una brillante carrera para pasar a ejercer como maestro o Director. Sobran los ejemplos en todos los terrenos del arte o del deporte, de grandes que no han conseguido hacer escuela.

Sobre Maradona pesa además la losa de su vida errática, de los comentarios críticos y rotundos que vertió sobre otros seleccionadores anteriores y sus equipos. Y una vez designado en su puesto volvió a llamar para secundarle a sus “sidieguistas” habituales: Mancuso o el ignoto preparador físico Signorini que sólo trabajó para Sportivo Maradona.


En esta corta etapa que ha vivido al frente del equipo nacional el Técnico ha cambiado de jugadores como si se tratasen de calcetines. Podía entronizar a Dátolo, a Otamendi, a Domínguez, a Andújar, a Insúa o borrarlos abruptamente de la lista. El resultado más escandaloso de estas eliminatorias sudamericanas fue el 6-1 que nos endosó Bolivia. Armó un equipo de corredores para jugar en la altura en lugar de poner “tocadores”. Esos bandazos, esos cambios de timón, la falta de planes, las peleas con Grondona, con Bilardo, con los periodistas, confirman su clásica ciclotimia, sus cambios de humor.


Y jugando pésimamente, al fin se consiguió la clasificación, por detrás de Brasil, Paraguay y Chile. Entonces sacó a relucir su descontrol oral arremetiendo contra los “críticos”, con insultos descalificadores para cualquier persona que detente un cargo oficial, o incluso para una persona normal. Y lo más grave es que esa verborragia barriobajera la contagió a los jugadores que también lanzaron cánticos fuera de lugar. Y sobre esos “ayudantes” que gritaban a voz en cuello contra a los periodistas con insultos gravísimos, uno no puede menos que preguntarse, qué méritos han contraído para estar en ese sitio y además abochornar a todo un país. Y entrecomillo lo de “críticos” porque no puedo entender tanta indulgencia ante tamaña improvisación y desjerarquización de la función de Técnico de la Selección Nacional de fútbol. Han preferido vapulear a Messi, que se vio siempre obligar a jugar sólo arriba contra 4 y 5 defensores rivales, tener que arreglarse con pelotazos desnortados, sin sentido , de larga distancia que le disparaban Heinze, Gago, Demichelis o cualquiera.

Maradona parece desconocer lo más simple: achicar líneas para que Mascherano no se coma el baile en el medio, los delanteros no queden aislados, ni los cuatro del fondo a la intemperie. Pero, al fin de cuentas eso quedaría en un análisis técnico-táctico. Lo otro: la verborrea escatológica de Maradona debe ser juzgada por autoridades competentes. No se puede perdonar una barbaridad semejante, jamás sucedida en ningún país del mundo.

Ah, y no la chupo.


1 comentario:

Coati dijo...

Hola amigos del Boletin Argentino.

Maradona es un ejemplo degradante y escandaloso que perduja al imagen de la nacion argentina en el mundo.
Vivo en Francia, y lo sentio no puedo praticar mucho la lengua de Cervantes.
Entonces yo no conosco la significaciòn de la palabra “tinellización”. Gracias por antemano si pueda aclararme sobre el asunto. GG